La minería no es sostenible y tampoco va a solucionar el cambio climático

La industria minera no sólo no contribuye a solucionar el cambio climático, sino que por el contrario, aumenta llevando a extremos la competencia por recursos naturales fundamentales, principalmente el agua. La industria minera esgrime una batería de argumentos sobre el cambio climático para convencer a la opinión pública sobre supuestos beneficios de la minería y las industrias extractivas para “salvar el clima”. Se invierten cada vez más recursos en vender a la industria minera como “amigable con el medio ambiente”.

Por: Guadalupe Rodríguez

El Consejo Internacional de Minería y Metal ICMM (1) habla sin tapujos de la gran “contribución de la industria minera al desarrollo sostenible” y a una “economía baja en carbono” y argumentan que con sus productos contribuyen proporcionando la base material que necesitan las energías renovables.

La industria minera ejerce un fuerte lobby en Europa -entre otras regiones-, que en definitiva termina orientando la elaboración de las políticas y nuevas leyes. La Comisión Europea abandera estas propuestas con su Green New Deal (Nuevo Pacto Verde), dentro del que recientemente han lanzado su Alianza Europea de Materias Primas. El gobierno alemán y su protegida la industria automovilística impulsan esta política. En los actuales tiempos de coronavirus todo esto se exacerba y empeora con el apoyo económico que prestan las ayudas a la recuperación, que se canalizan a través de los ideales de “crecimiento verde”.

Actualmente, la minería es responsable de entre el 4 y el 7 por ciento de las emisiones globales de gases invernadero. Esta cifra alcanza el 28 por ciento si consideramos emisiones indirectas como las de la quema de carbón.
A primera vista, claro que la producción de energía eólica o solar, así como la electrificación del transporte parecen una mejor alternativa para cuidar del clima que la extracción, transporte y quema de petróleo. Y hasta puede que lo fueran si se persiguiera una gestión y uso más racional y eficiente de la energía y los recursos. Pero teniendo en cuanta en las manos en las que se encuentra la elaboración de políticas, demostrando los gobiernos obedecer más a intereses empresariales que a necesidades, me asusta el modo en que facilitan el acceso a las cantidades inconmensurables de los metales y minerales en demanda.
Una de las principales demandantes de materias primas es la idea de igualar en número los 900 millones de coches existentes a base de combustibles fósiles, reemplazándolos por coches eléctricos en nombre de una transición energética que en esta manera y dimensiones es totalmente absurda desde el punto de vista ecológico y de la lucha contra el cambio climático. Esa transición a un uso tal de materias primas que requiere su fabricación, no tiene nada, pero nada de ecológica.

Las circunstancias en las que tiene lugar la extracción minera
Para las comunidades ya afectadas por proyectos mineros contaminantes y destructivos -muchos miles en todo el mundo- y otras que serán afectadas por nuevas concesiones, es una paradoja grande el hecho de que para llevar a cabo la transición energética — sustituir las energías fósiles por renovables -se necesitan toneladas de metales como cobre, litio, níquel, cobalto, bauxita o hierro. Los proyectos se imponen muchas veces por la fuerza. Y los impactos sociales y ambientales para extraerlos son elevadísimos. Muchas comunidades están ejerciendo resistencia a los proyectos mineros y luchando por sus derechos, incluido el derecho a la consulta y el derecho a decir NO.

El agua una preocupación central
Si hablamos de cambio climático y minería, personalmente no me viene a la cabeza cómo la minería va a ayudar a construir un mundo más verde, según la narrativa mediática que se intenta imponer, sino que por el contrario, me hace pensar en dos cosas: los problemas que el cambio climático puede suponer en términos de la peligrosidad de las operaciones mineras y los impactos de la minería en relación al mismo tiempo con la escasez de agua en unas regiones y la abundancia de agua en otras.
Me explico. Cuando llueve torrencialmente hay balsas y aumentan su peligro de rotura y desbordamiento poniendo en riesgo a las poblaciones, aguas y ecosistemas próximos con las consiguientes contaminaciones. Estas preocupaciones se intensifican en el caso de las inundaciones cada vez más catastróficas.
En Brasil, en años recientes hubo accidentes gravísimos de este tipo, tanto en Mariana como en Brumadinho, con las rotura de las balsas de lodos de la minera VALE. Y España tiene casos no tan conocidos, pero cuenta con algunas balsas en peligro de rotura inminente y un caso emblemático de rotura, acontecido en Aznalcóllar hace ya más de dos décadas. Los impactos no han sido totalmente reparados ni indemnizados.
Por el contrario, cuando hay sequía, no tiene ningún sentido dejar sin agua potable y de riego a las comunidades para entregarlas a la industria minera. Por mucha eficiencia, circuitos cerrados y reciclaje del agua que se aplique, el problema del agua y la minería es ineludible. Y la gran mayoría de las empresas no están realmente dispuestos a invertir por encima de los mínimos indispensables para hacer sus negocios lo más rentables posible. Si las sequías van a ser cada vez más intensas y prolongadas, la falta de agua hace aún más indeseable la presencia de la industria minera en cualquier región con problemas hídricos. Es el caso de Chile y también el de Australia y de amplias regiones en África y Asia, abarcando cada uno de estos continentes varios países afectados.
Otro caso de peligrosidad se refiere al aumento del nivel del mar y la proximidad de algunas operaciones mineras a las zonas costeras.

Una cosa tienen en común todas las operaciones mineras: la minería requiere la utilización de muchísima agua, e infringe a la vez enormes daños sobre las aguas superficiales y profundas, el medio ambiente y los perjuicios para las comunidades amenazadas por estas operaciones, incluyendo en casos extremos el peligro de muerte, la destrucción de hogares, el bloqueo y destrucción de infraestructuras de uso comunitario como caminos o puentes y otras. La cuestión del agua se hace aún más sensible cuando pensamos en el cambio climático y su intersección con la minería.
El etéreo conteo del carbono
Algo importante a tener en cuenta en los cálculos son las emisiones de carbono en torno a las energías renovables. Cualquier cálculo, debería incluir las emisiones de carbono durante la extracción de los minerales, el despliegue de la infraestructura para toda la cadena de producción y el transporte de las materias primas. Hay que sumar la infraestructura para el almacenamiento y conducción de la energía que incluye la fabricación de baterías. Es importante tener en consideración, calcular y registrar estos datos, incluirlos en las cuentas totales. Y tener en vista los deshechos generados y su manejo e impactos, incluyendo el mismo producto final al fin de su vida útil.
Según CODELCO (empresa minera estatal chilena, una de las mayores productoras de cobre del mundo), un aerogenerador de 1 MW (megavatio) contiene 4,4 toneladas de cobre (!)2. Los aerogeneradores para producir energía renovable se planifican por miles en todo el mundo, no sólo en tierra, también en el mar. Y van a necesitar no sólo cobre si no además molibdeno, litio, níquel, silicio y zinc, entre otros materiales. Eso no va a hacer sostenible la minería de estos metales en ninguna manera ni menores las emisiones de carbono asociadas al mismo, al ser necesario remover miles de millones de toneladas de tierras con maquinaria pesada y tratamientos y transporte ulterior, obviamente todo será tan contaminante y producirá tanto cambio climático como cualquier proyecto minero.
Llega el coche eléctrico
Las políticas del Nuevo Pacto Verde o Green New Deal disparan de forma casi automática la demanda de automóviles eléctricos e híbridos y las expectativas en torno a los mismos. La industria, feliz, en medio de afirmaciones de sostenibilidad, los quiere fabricar. De hecho, es la industria la que se esconde detrás de esta manera de hacer política. Los coches eléctricos necesitan cuatro veces más cobre que un coche convencional. Estos coches llevan además grandes baterías. La industria automotriz ha apostado decididamente por las baterías de litio3 y se ha convertido en un componente clave en los autos eléctricos. Hay un boom del litio debido principalmente a la expansión del automóvil eléctrico y la carrera por este elemento ya ha empezado.
El material se extrae principalmente en los salares de la región andina, la mayor reserva de litio del planeta. La extracción en lugares remotos, produciendo la destrucción de los territorios, contaminación de las aguas, impactos sobre la vida de las comunidades locales.
Pero no se trata sólo de litio, otros metales como cobalto, cobre y níquel también forman parte del coche eléctrico y los impactos de su extracción son mucho menos conocidos en este contexto. En países como Indonesia despunta la producción de níquel y es cada vez más preocupante para las comunidades locales afectadas por la extracción minera.
Agitar al viento el argumento de que el usuario de un coche eléctrico pueda impactar menos sobre el medio ambiente que un usuario de un vehículo diésel no elimina la enorme huella ecológica y de carbono de la producción de los vehículos eléctricos.
Dar a conocer los procesos de resistencia y las causas de la oposición

En este contexto de justificar lo injustificable, el ninguneo de parte de las autoridades y el sector empresarial puede llegar a ser sorprendente. Pero muchas comunidades locales afectadas se han convertido en las auténticas expertas sobre el tema. Hay gran cantidad de información y testimonios sobre los impactos contaminantes de la minería de cobre, de litio y otros tipos de minería. Existen ejemplos de comunidades que enfrentan proyectos de extracción de cobre con altas amenazas para el medio ambiente -bosques nubosos y a la economía local en Ecuador, y con violencia sobre la población local en Perú. Además de reivindicaciones laborales de los propios trabajadores mineros, por accidentes y otros asuntos, sin ir más lejos en el caso de CODELCO en Chile.
¿Existe una crítica al extractivismo detrás de las energías renovables?
Hay muchos grupos locales y comunidades amenazadas que se oponen a proyectos mineros que están en alerta, y poco a poco se está formando una campaña cada vez más consciente sobre los impactos del boom de la minería para las renovables.
Las grandes organizaciones ecologistas que llevan la voz cantante ecologista frente a los medios de masas, llevan años reclamando más energías renovables y una transición energética como alternativa al petróleo incluido el fracking, el carbón, etc., y hay muchas organizaciones ecologistas que parecen seguir pensando que no es un momento “propicio” para actuar de abogado del diablo y criticar también a las renovables. Pero se han estado equivocando: sus campañas deben al menos incluir, discutir y considerar este punto clave y pensar en los impactos de la minería. Forman parte fundamental de la gran mentira “verde” en la que estamos metidos y tarde o temprano hay que empezar a desentrañarla y a concienciar. Como avance con respecto a este posicionamiento, algunas organizaciones han comenzado a hablar de transición justa y algunas también hablan de decrecimiento en este contexto.Bajo un punto de vista crítico con la industria minera, los objetivos de reducción de emisiones de la cadena de abastecimiento misma mediante la eficiencia de sus operaciones, el uso de energías renovablesy su electrificación (p.ej. con el uso de camiones eléctricos en las minas) como lo están planteando, son un puro espejismo. Se podría decir que ridículo.
Esas son sólo algunas de las razones por las que soy escéptica sobre los planes de sustituir las energías convencionales por la misma cantidad de “renovables”, en todo caso las que se refieren a la cuestión de salvar el clima impulsando las renovables como si no hubiera un mañana en el que pensar.
En definitiva no se puede decir alegremente que la industria minera va a solucionar el cambio climático y ni de cerca la participación y fomento de esta industria va a ayudar a los gobiernos a acercarse a los objetivos marcados en el Acuerdo de París y sucesivas cumbres del clima.

Notas:
1 Agrupa a empresas mineras como BHP, Barrick, Anglo Gold Ashanti, Anglo American, Glencore, Goldcorp, Lonmin, Vale, etc., cuyos proyectos han sido severamente cuestionados y frontalmente rechazados por numerosas comunidades en diferentes países.
2 O sea, 4.400.000 gr.
3 A partir de diciembre 2010
Guadalupe Rodríguez
Mi aporte a las resistencias sociales y al debate: ayudo a interpretar políticas europeas que impulsan el extractivismo y la (bio)energía. @ecologistadelno
Fuente: https://ecologistadelno.medium.com/la-miner%C3%ADa-no-es-sostenible-y-tampoco-va-a-solucionar-el-cambio-clim%C3%A1tico-ed713ffa9b69 - Imagen: Mina Chuquicamata, Chile (Foto: Bruna Fiscuk/ Unsplash)


 

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