El fin de los vuelos cortos: ¿medida oportuna o cosmética?

Francia se prepara para prohibir los vuelos que se puedan hacer en tren en menos de dos horas y media. España también se lo plantea. ¿Qué supone realmente esta medida?  Poner fin a los vuelos cortos siempre y cuando haya alternativas de menos de dos horas y media en tren. Esta es la medida que está a punto de aprobar Francia. Y no es el único país. España parece que acabará dibujando un futuro similar, sin aviones haciendo rutas intrapeninsulares. El motivo: evitar las millones de toneladas de gases de efecto invernadero que se expulsan a la atmósfera en cada trayecto. A priori, una medida acertada si se quiere frenar el calentamiento global. 

 
Prohibir los vuelos nacionales de corto alcance para luchar contra las consecuencias del cambio climático es una medida “ineficaz” y “cosmética”, ha advertido este miércoles en un comunicado el Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE). El COIAE se refiere al reciente anuncio del Gobierno de Francia de suprimir todos los vuelos dentro de su territorio siempre que el mismo trayecto pueda realizarse en tren en menos de dos horas y media, una decisión a su juicio “equivocada” ya que tendría “un impacto real inapreciable en las emisiones”.
Según sus cálculos, la prohibición afectaría a unos 70 vuelos diarios y su efecto real sería de menos de 0,5 % de las emisiones del sector aéreo francés. Como el transporte aéreo representa menos del 2 % de las emisiones de CO2 antropogénicas, “si todos los países hicieran algo similar, el efecto real en emisiones a nivel mundial sería prácticamente nulo”.
Lucha contra la crisis climática
Los ingenieros aeronáuticos afirman que la lucha contra el cambio climático sería “mucho más efectiva” si los gobiernos se enfocaran “allí donde la palanca es útil”, por ejemplo, cambiando el actual sistema de gestión del tráfico aéreo, “poco eficiente y obsoleto”.
Sólo con la implantación del programa de Cielo Único en Europa, se podría reducir las emisiones “en más de un 10 %, 10.000 veces más que la propuesta del Gobierno francés”.
El COIAE afirma además que es “absolutamente erróneo” calcular el impacto ambiental utilizando sólo las emisiones que salen del “tubo de escape” y pide incluir en el cálculo medioambiental todas las emisiones de la cadena de producción completa, incluida la infraestructura, ya que en este sentido “el transporte aéreo es tremendamente más eficiente”.
Así, compara el coste medioambiental de la línea de tren AVE entre Madrid y Barcelona, de 600 kilómetros de longitud y que transporta 11 millones de pasajeros al año, con una sola pista aérea de 4 kilómetros de longitud, que puede transportar de 30 á 40 millones de pasajeros al año y, además, a cualquier lugar del mundo.
Los ingenieros aeronáuticos advierten de que en estos momentos de urgencia climática “es una tremenda irresponsabilidad hacer creer a la ciudadanía que se está actuando con firmeza, cuando en realidad sólo se están tomando medidas cosméticas sin valor alguno”.
Por ello, emplazan a las autoridades de cada país a legislar “para cambiar efectivamente la realidad y no para alterar inútilmente las percepciones”.

Fuente: EFEverde - Imagen: Recurso de archivo. EFE / TONI GALÁN

 

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