Claves críticas para significar la expansión capitalista: ¿cómo entender la actual depredación de la Amazonía?
Este artículo propone algunas ideas buscando contribuir en la comprensión de las dinámicas, tendencias y significados de la Amazonía en su conjunto, en el marco del actual capitalismo global y el contexto convulso de la crisis civilizatoria. Reconocemos que el bioma amazónico es de una extraordinaria complejidad y diversidad, y este texto no pretende abarcar la integralidad de aspectos que lo determinan. En todo caso, se intenta reconocer de manera general algunas claves que identificamos como necesarias para alimentar el debate, y abordar algunos de los problemas más sensibles que enfrenta la biorregión.
Emiliano Terán Mantovani (Observatorio de Ecología Política de Venezuela)
Nos enfocaremos tanto en aspectos histórico-estructurales (nuevas fronteras de commodities, límites del planeta, etc), como coyunturales (despliegue del crimen organizado, tipping point amazónico, etc) para comprender continuidades y patrones sistémicos, en su articulación con variaciones de corto plazo, así como los significados de la Amazonía en este particular período.
El artículo intenta sumar a una discusión en torno a la acción y la investigación de y en la Amazonía, que está en la actualidad en el epicentro del interés mundial, por lo que también plantearemos algunas ideas sobre enfoques de investigación de amplio rango que consideramos útiles para analizar este delicado bioma desde una perspectiva geo-ecopolítica.
I.Amazonía en las tendencias histórico-geográfico-estructurales del capitalismo global
Hay un primer proceso fundamental que debe ser mencionado, que requerimos mirarlo en clave histórico-geográfica, y que ha sido fundamental para el desarrollo del capitalismo global: la permanente búsqueda de nuevas fronteras de commodities. Esta conlleva no sólo a la captura de más y nuevos recursos, sino también a abrir nuevos ciclos de acumulación de capital, la solución a las recurrentes crisis de sobreacumulación y el sostenimiento de altos niveles de la tasa media de ganancia, que se logran a partir de nuevos procesos de (re)colonización de cuerpos y naturalezas, nuevos ordenamientos espaciales y nuevas territorializaciones. Todo esto fundamentalmente motivado, para decirlo de manera general, por la búsqueda de mantener un circuito de reproducción capitalista “saludable”. Estos procesos han sido estudiados desde Marx y Rosa Luxemburg hasta nuestros días. De estos análisis resaltamos la idea de la “desruralización del mundo” de Immanuel Wallerstein; los “ajustes espacio-temporales” que señala el geógrafo marxista David Harvey o la búsqueda de nuevas “naturalezas baratas” que propone Jason Moore desde su análisis de la ecología-mundo.
Pues bien, entender lo que ha pasado, viene pasando, y potencialmente podrá suceder con la Amazonía, pasa por resaltar esta dinámica histórica de la búsqueda de nuevas fronteras de commodities, siendo que, a modo general desde el siglo XVII/XVIII (sin querer decir que antes no había pasado nada!) la biorregión ha venido siendo insertada con más fuerza en estos procesos globales de acumulación/imperialismo/re-colonización, que han tenido sus diferentes fases, pero que han persistido hasta la fecha.
Sabemos que la imagen de la Amazonía más recurrente en el mundo exterior a ella, la describe como un enorme espacio geográfico ‘prístino’, ‘inhabitado’, ‘salvaje’, con un conjunto de territorios que ‘requerirían’ terminar de ser insertados en el proyecto de desarrollo nacional, en la modernidad, o bien conservados bajo formatos que suelen ser muy tradicionales y exógenos a sus propias realidades y dinámicas locales. Sin embargo, la Amazonía está atravesada también por procesos de urbanización, grandes niveles de intervención económica, despliegue de grandes infraestructuras, gran heterogeneidad cultural y dinamismo social, nuevas subjetividades, entre otros factores. Fernando Mires ya hacía referencia a un particular “modo de producción amazónica” para describir estos viejos y violentos procesos de colonización y recolonización.
Por tanto, no sería correcto referirnos a la Amazonía toda como una ‘nueva’ frontera de commodities. No obstante, al mismo tiempo es cierto que dentro de esta enorme biorregión aún existen vastas geografías de vida, grandes extensiones de selva y bosque primario, algunos ecosistemas intocados o muy poco intervenidos, que desde el lenguaje económico son entendidos como ámbitos con bajos niveles de capitalización, nichos extraordinarios de acumulación. Esto, en un mundo ampliamente modernizado, tiene una relevante trascendencia y nos da una idea del significado que tiene la Amazonía en los procesos globales en curso; además de invitar a preguntarnos qué dinámicas y procesos específicos enfrenta hoy esta biorregión.
Tres temporalidades interrelacionadas
Para tratar de responder a esta pregunta, debemos hacer el ejercicio de responder simultáneamente cuál es el tiempo específico de la Amazonía en la actualidad; cuál es tiempo de la crisis planetaria que enfrentamos y cuál es el tiempo del capitalismo, es decir, ante cuál forma de capitalismo nos encontramos hoy. Estas preguntas en sí mismo nos abren a un rico debate con posibles diferentes interpretaciones, debate sobre el que apenas haremos algunas unas breves referencias para seguir buscando coordenadas de comprensión.
Primera temporalidad: el tiempo de la crisis planetaria. Nos encontramos ante una crisis civilizatoria, la crisis de todo un orden histórico no sólo de siglos, sino quizás de milenios. Una crisis que tiene un carácter multidimensional sobre la que habría mucho que hablar, pero de lo que es crucial resaltar el rebasamiento de los límites del planeta, y la probable reconfiguración planetaria que, en predominantes discusiones, está siendo leída incluso en clave geológica. Desde esta última, se ha hablado de antropoceno, plantacionoceno, capitaloceno, como una nueva era de la Tierra determinada por los impactos del ordenamiento societal dominante; términos todos estos que, de nuevo, nos están remitiendo a una crisis de gran trascendencia. Nos parece clave pensar este como un tiempo de umbrales, umbrales que podemos estar muy cerca de cruzar, o que quizás ya podríamos haber cruzado, y que sencillamente cambia todo el panorama. Cambia incluso la morfología histórica del capitalismo y la estructura ecosistémica de la Amazonía.
Segunda temporalidad: el ‘Tipping point’ de la Amazonía, o su punto de inflexión ecosistémico. Si nos hemos preguntado por el tiempo específico de la Amazonía, inevitablemente tendríamos que abordar entre otras cosas el debate sobre el potencial punto de inflexión ecológico de la biorregión –referenciado en trabajos como el de Lovejoy & Nobre (2018) −, que nos habla de una pérdida de estabilidad y de capacidad de recuperación de los ecosistemas, y potenciales procesos de sabanización, etc. Si pensamos en los diferentes tiempos que están en juego, los pueblos amazónicos tienen su propia temporalidad, así como la economía política amazónica y la geopolítica; pero este tiempo ecológico de la Amazonía, que es un tiempo vivo que tiene su propio ritmo, no sólo no podemos obviarlo, sino que marca ciertas urgencias y premuras en la acción.
Tercera temporalidad: el tiempo del capitalismo actual. Hay un debate extenso sobre la particular forma del capitalismo que enfrentamos en el siglo XXI, en el que podríamos hablar de una fase tardía de la globalización (quizás ya no es exactamente la misma de finales del siglo XX), de una hiper-financiarización de la vida, de una estructura masiva de precarización del mundo del trabajo, de cadenas de valor globales más flexibles pero que se vuelven al mismo tiempo más violentas, entre otras cosas. Pero lo que nos interesa resaltar aquí, es la búsqueda extrema, radical, a cualquier costo y en los ámbitos más insospechados, de mantener vivos y en expansión los circuitos de acumulación capitalista. Por un lado, vemos cómo sigue aumentando el metabolismo social global; a pesar que hoy se habla de manera extendida de “transición energética”, crece en términos absolutos la demanda de energía, las dimensiones del extractivismo −no decrece la demanda de combustibles fósiles y aumenta la minería de minerales críticos. Y, por otro lado, se expanden métodos y mecanismos de mercantilización de la naturaleza. Todo, mientras aumenta el número de guerras en el mundo y caduca el marco normativo internacional. Es nuestra cruda realidad.
Pero cabe añadir, la búsqueda de las últimas fronteras de commodities en realidad va más allá de recursos y territorios; incluye el control y la manipulación genética, saberes ancestrales sobre plantas medicinales, geoingeniería y manipulación climática, ingeniería social como nueva frontera del control humano, crecimiento de la inteligencia artificial, y la mercantilización de ámbitos insospechados de la vida, como ya hemos dicho. En este tiempo de la crisis civilizatoria, se disputa el control de las bases elementales de la reproducción de la vida (recordemos la cotización en Wall Street de los derechos de uso del agua, por mencionar ejemplos).
Significados de la Amazonía en este contexto
Es en este marco que podemos comprender el significado de la Amazonía. Aunque no es la única frontera en disputa (pensemos en el Ártico o en los lechos marinos), es crucial en este tiempo del capitalismo debido al menos a 5 factores:
1 Ciertamente, es un gran reservorio de recursos naturales fundamentales (mineros, hidrocarburos, tierras y agronegocio, etc.), pero también;
2 Es el bioma tropical más grande del planeta, con una enorme biodiversidad, un espacio para la captura y comercialización de formas elementales de vida como las genéticas y ciclos de vida, además de sus importantes acuíferos. En esto, la Amazonía tiene un lugar especial;
3 Probablemente estemos ante un proceso de reestructuración global de gran trascendencia (tal y como ocurriera en el último cuarto del siglo XIX con la segunda revolución industrial o en el período posguerra a partir de 1945), pero esta vez profundamente marcado por la crisis ambiental y climática, y por el potencial crecimiento de un ‘capitalismo verde’ no visto en semejantes dimensiones. Nunca en la historia del capitalismo se había proyectado tal cantidad de inversiones hacia “economías ambientales” como ahora. En este marco, la Amazonía es un territorio que posibilitaría de manera extraordinaria reimpulsar nuevos ciclos de acumulación y generar grandes oportunidades de ‘negocios verdes’.
4 En esta misma línea, la promesa de “salvar la Amazonía” es una fuente posible para tratar de ganar legitimidad político-cultural y ofrecer las supuestas bases de un “capitalismo sostenible”; funciones básicamente propagandísticas. Lo vemos en discursos de presidentes como Luiz Inácio Lula da Silva, mientras promueve con mucha fuerza la explotación petrolera en el Foz do Amazonas; Nicolás Maduro mientras disfruta de la explotación minera ilegal del oro en la biorregión; Emmanuel Macron, que se muestra ante el público como su defensor, la Unión Europea o el Comando Sur de los EEUU.
5 Adicionalmente, la Amazonía permite un posicionamiento territorial y militar de gran importancia −prácticamente va del Atlántico al Pacífico−, así como el control de rutas claves disputadas también por grandes proyectos de infraestructura como la Ruta de la Seda, Partnership for Global Infrastructure and Investment (PGII) del G7 o el conocido IIRSA-COSIPLAN, por mencionar ejemplos.
II.Cinco temas coyunturales de análisis en la Amazonía
A partir de este marco, vale la pena destacar 5 temas de coyuntura sobre la Amazonía que ameritarían especial o mayor atención en cuanto a la investigación y la acción política.
1 Bioeconomía y economía verde: ¿Qué estamos entendiendo por “bioeconomía”, siendo este un término que se ha venido posicionando cada vez con mayor fuerza en narrativas corporativas, de instituciones supranacionales, vocerías de gobierno, entre otras, para impulsar inversiones en “soluciones ambientales”? Ante una potencial ola de inversiones en “economía verde” (UE, BID, etc.), requerimos un abordaje crítico ante la posibilidad de la expansión de nuevas herramientas de despojo y mercantilización de la naturaleza; pero también reflexionar sobre algunos matices en los asuntos sobre cómo avanzar en una transición energética. Por ejemplo: ¿la crítica a la instalación de grandes fuentes de energías renovables, implica negarnos completamente a ellas? ¿Renovables cómo, cuánto, para quién y para qué? ¿Existen formas de ‘bioeconomías’ que consideraríamos aceptables o plausibles?
2 Economías ilícitas y grupos criminales: La extraordinaria expansión de economías ilícitas y grupos criminales en la participación de procesos de despojo, operaciones de extracción de naturaleza y control territorial en la Amazonía ha alcanzado niveles considerables y muy alarmantes. Tienen presencia devastadora en varias regiones de este bioma y se han constituido como verdaderos poderes territoriales. Casos como la expansión de la minería ilegal de oro, el tráfico de madera y el acaparamiento de tierras se explican también en muy buena medida por el accionar del crimen organizado y sus colusiones con actores estatales. Evidentemente hay una creciente necesidad de ampliar el campo de conocimiento de estas formas de intervención territorial y sobre la naturaleza. Por otro lado, llamamos la atención ante el incremento de la militarización en nombre de la seguridad en la Amazonía (con anuncios nacionales e incluso internacionales) o a la popularidad de la “estrategia Bukele” como supuesta “solución” al problema del crimen organizado. ¿Cuáles son nuestras respuestas ante ello?
3 Financiamiento de la destrucción de la Amazonía: más allá de los actores territoriales que producen impactos como la deforestación, poco se analizan los agentes y grupos que están detrás de estas actividades, y que las posibilitan a través de un complejo abanico de mecanismos de financiamiento y subsidio, que trasladan capital a los grupos económicos y potencian la ampliación de fronteras de la extracción. Por ejemplo, los trágicos incendios en Bolivia en 2024, que han abarcado también la Amazonía, tienen como uno de las principales causales el avance de la agroindustria, que ha generado extraordinarios niveles de deforestación. Como lo ha evidenciado las investigaciones del economista Stasiek Czaplicki Cabezas, desde una compleja red de inversiones directas e indirectas a través de la banca y fondos de inversión cerrados, se han canalizado miles de millones de dólares hacia sectores como el soyero, ganadero y azucarero; y multinacionales como Cargill, Alicorp y BFC han también sido beneficiadas por redes financieras como estas. Para el amplio conjunto de actividades que degradan la Panamazonía, caben entonces preguntas como: ¿quiénes financian esta destrucción ambiental en la biorregión? ¿Qué tipo de mecanismos se usan? ¿Qué actores y dispositivos nacionales los encubren? ¿Cómo pueden enfrentarse?
4 Detener el avance de los hidrocarburos: proyectos hidrocarburíferos siguen promoviéndose en la biorregión, a pesar no sólo de la crisis climática y los acuerdos en las COPS, sino, sobre todo, de las oposiciones locales ante los impactos que estos generan. No obstante, existen también iniciativas para dejar el crudo en el subsuelo que ameritan mucha atención, tal y como la del Yasuní en la Amazonía ecuatoriana. Dicha iniciativa no sólo ha ganado apoyo popular por medio de una consulta nacional, sino que también ha venido trazando una ruta, que articula pueblos indígenas amazónicos con sociedad civil ecuatoriana. Esta ruta ha conformado un proceso para afinar los mecanismos técnicos y de participación social con miras a concretar los procesos de cierre de pozos (taponamiento), desmantelamiento de infraestructuras y la reparación de los pueblos y la Naturaleza. Este ejemplo amerita no sólo ser ampliamente promovido, sino que el proceso de cierre, que está en plena disputa, requiere mayor seguimiento, acompañamiento, discusión y sistematización, con el fin que pueda ser aplicado en otras partes de la biorregión y el mundo.
5 Dinámicas transfronterizas más intensas: se han intensificado dinámicas transfronterizas en relación a los procesos de extracción, rutas de commodities y narcotráfico, y la movilidad de grupos sociales y actores armados irregulares, que están desdibujando aún más, tanto las fronteras como los análisis que se proponen únicamente por países. Esto demanda mayor investigación y acción integrada, bilateral, trilateral y transfronteriza, que reconozca los complejos procesos de territorialización en desarrollo en el conjunto de la biorregión. ¿Cómo potenciar miradas conjuntas y regionalizadas, que trasciendan las fronteras?
III. Hacia una geo-ecopolítica de la Amazonía: algunas ideas sobre enfoques de investigación de amplio rango
¿Qué enfoques pueden ser los más propicios para abordar estas complejas dinámicas, en el marco de procesos de investigación/acción? En este artículo reivindicamos los aportes de la ecología política como un enfoque que privilegia los saberes y prácticas populares, la defensa de la naturaleza y los territorios, y las resistencias ante procesos de despojo y degradación ambiental, algo fundamental si tomamos en cuenta el concierto nacional e internacional de voces e intereses que de diversas maneras giran en torno a la idea de “desarrollar” y supuestamente “proteger” la Amazonía. Una investigación comprometida con estos actores en resistencia, desde enfoques críticos de ecología y antropología, ha contribuido, por ejemplo, a la construcción de procesos de autodemarcación de tierras indígenas desde el conocimiento de los pueblos originarios, a la ampliación del conocimiento y manejo de la jurisdicción especial indígena, la contribución a los procesos de formación de organizaciones y coordinaciones regionales indígenas, de guardias territoriales y el impulso a experiencias de co-administración de áreas protegidas e iniciativas económicas locales, como ha ocurrido en Venezuela con el comprometido apoyo de organizaciones sociales y universitarias de gran vocación con los pueblos originarios.
No obstante, al abordar fenómenos como la minería ilegal de oro, la actividad que más impactos generales ha provocado en la Amazonía venezolana, y que ha involucrado variadas resistencias de numerosas comunidades indígenas, es necesario resaltar que no es un problema sólo de orden local. No tiene solo que ver con un supuesto crecimiento espontáneo de pequeños mineros; está también estrechamente relacionada con los impactos de los Acuerdos de Paz en Colombia de 2016, las nuevas posiciones del ELN y las disidencias de las FARC en Venezuela, así como la política exterior tanto de Iván Duque como Gustavo Petro. A su vez se relaciona con la injerencia estadounidense, las sanciones internacionales sobre el oro venezolano y el colapso de la industria petrolera nacional; con la fortaleza internacional del oro ante el tambaleo de otros commodities en los mercados globales, como vimos en la pandemia; con la cooperación militar entre Venezuela y Rusia, el apoyo de China a las actividades mineras en el país y el uso del oro en los intercambios comerciales entre los gobiernos de Nicolás Maduro y Recep Tayyip Erdogan de Turquía; así como la búsqueda de nuevas rutas de la cocaína por parte de los cárteles transnacionalizados de la droga; por citar varios ejemplos. Todo esto supone la necesidad de enfoques integrados, multi-actorales y multi-escalares que nos permitan conectar procesos de diversos niveles sin caer en reduccionismos, pero tampoco en ‘geopoliticismos’, estos últimos tendientes a borrar las voces de pueblos y comunidades y las especificidades de cada territorio, y darle centralidad al “desarrollo”, la lucha internacional por los recursos o la razón de Estado.
Los conflictos ambientales en la Amazonía, cada uno de ellos, están en realidad insertos en una compleja trama de conflictos internacionales y transnacionales, y así deben ser entendidos. Esto es lo que llamamos una geo-ecopolítica de la Amazonía.
Fuente: https://aplaneta.org/2024/10/11/claves-criticas-para-significar-la-expansion-capitalista-como-entender-la-actual-depredacion-de-la-amazonia/#more-21555 - IMAGEN DE PORTADA: Crédito foto: RAISG