Fascismo + Colonialismo + Capitalismo: Txt de Jesús Olmos

1. Fascismo

¿De qué sirve decir la verdad sobre el fascismo que se condena
si no se dice nada contra el capitalismo que lo origina?— Bertolt Brecht

La libertad de una democracia no está a salvo si el pueblo tolera
el crecimiento del poder privado hasta un punto en que llegue
a ser más fuerte que su propio Estado democrático. Eso, en esencia, es fascismo.— Franklin D. Roosevelt

El fascismo prospera donde la verdad muere;
primero por distorsión, luego por la fuerza.— Anónimo

La intolerancia es la angustia de no tener razón.— Andrei Sajarov


La infancia del fascista fue breve si es que fue,
nunca jugó sin castigo ni vigilancia,
no hubo arropes, ni cuentos, ni ternura,
solo instrucción e instrucciones,
jerarquías, correctivos, silenciamiento,
¿dónde resguardarse
donde solo hay intemperie patriarcal?
¿dónde habitar si no hay refugios intermedios?
¿dónde colocar el magma petrificado
de tanta conciencia asfixiada?
así, quien no pudo crear
destruirá al que crea,
así, quien no pudo amar y ser amado,
legislará la represión,
así, el fascista es un niño sin consuelo
atado a su peluche de hierro,
así, no retoza: simula el juego del poder,
así, no escucha: solo memoriza la consigna,
así, detesta la celebración que no se somete
y el afecto que no se arrodilla.
Los espacios y tiempos
a los que nadie ha puesto precio
le resultan ofensivos,
el deseo de los otros y
la otredad de la empatía, una grosería.
Mide todo en utilidad y rendimiento,
reclama disciplina y rendición como quien
pretende encadenar un misterio a una estaca
o poner grilletes al viento.
Y como no comprende el alma que tiembla,
que no es otra que la suya,
la encierra, la explota, la educa a golpes,
cavando trincheras
en toda plaza abierta.
No soportan que el otro sea otro
porque no toleran que, en realidad,
ellos sean el otro
y que el otro sea ellos.
Tantos cuerpomentes ajenos,
distintos e indistintos,
son demasiada presencia,
demasiado cercanas,
demasiado reales,
demasiado vivas.
Y así, aprenden a ver amenazas
en todo lo que no pueden fiscalizar.
Así, el juego, la vida, les parece un peligro,
y la creatividad, la poesía, un aire infecto.
Donde los abrazos, ponen fronteras,
donde los cantos, uniformes,
donde la diversidad, señalamiento.
Y a todo ese vacío sordo y mezquino que queda
lo llaman Orden, Mandato, Ley, Raza,
Pureza, Patria, Dios (pero jamás Diosa).

2. Colonialismo

No hay imperio que no se construya sobre la desaparición de alguien.— Aimé Césaire

Jesús Olmo.

El colonialismo no viaja, invade,
no descubre, rebautiza,
no comercia, expolia,
y avanza dibujando mapas como cicatrices,
plantando banderas como clavos en la piel,
asesinando dioses y levantando iglesias,
convirtiendo templos en haciendas,
midiendo lo vivo en hectáreas
y las almas en mano de obra,
clasificando cuerpos como inventario,
saberes ancestrales como bisutería,
resistencia indígena como delito,
disfrazándose de misión civilizadora
para encubrir su saqueo,
llamando intercambio a la mutilación,
perforando el subsuelo del tiempo,
fosilizando memorias,
y cuando el oro, la plata, el estaño,
el cobre, el uranio, el carbón,
el petróleo, el gas, el litio, el coltán,
el caucho, la caña, las pieles,
el cacao, las especias, el marfil, la sal,
la madera, los diamantes
y las piedras preciosas se agotan,
se sacude el polvo y
abandona esos huesos para hincar
los dientes en la siguiente presa.
El colonialismo nunca acaba, solo muta,
trasplantando su semilla y
su negra nostalgia imperial y genocida
en la tierra del pasado,
del presente y del futuro.


3. Capitalismo

Al final, hasta la muerte será una suscripción.— Martin Glaser


Se incuba como tumor
en el núcleo del deseo,
secretando progreso y necesidad,
emitiendo dividendos de angustia,
liberando dopamina fiscal y euforia bursátil,
filtrando ansiedad líquida en la savia del alma,
destilando status en cápsulas de plástico,
segregando metas cuantificables,
recalentando el aire con promesas de obsolescencia,
inyectando urgencia en cada unidad de tiempo,
multiplicando células con rostros
de marcas registradas y últimos modelos,
de influencers replicantes,
de slogans nutricionales,
de gadgets lumínicos,
de contratos de permanencia,
de créditos blandos y deuda perpetua,
de amputaciones sin anestesia
y emociones patrocinadas,
confundiendo metástasis con vida.

Fascismo + Colonialismo + Capitalismo

Es la misma bestia, solo que con más cabezas.— Clara Altermann

Así comienza el fascismo. Nunca dice su nombre, gatea, flota, cuando muestra la punta de su nariz, decimos: ¿Es él? ¿Usted cree? ¡No estaremos exagerando! Y luego, un día se lo traga y ya es demasiado tarde para expulsarlo.— Françoise Giroud


Así, el colonialismo más el capitalismo
es para el fascista
el perfecto templo,
la óptima aleación:
un sociopático androceo
donde poner a copular
a las mismas élites de siempre,
dueñas de los mismos recursos de siempre,
con el mismo dinero de siempre,
donde eternizar privilegios
de los pocos poseedores
y negar derechos
de los muchos desposeídos,
donde embotellar sus ocho humores:
moneda, divisas, oro, patrimonio,
sangre, flema, bilis amarilla y bilis negra,
y donde observar los otros diez mandamientos:
amar el Orden del Capital sobre todas las cosas,
no tomar el nombre del Orden en vano,
no santificar fiesta alguna,
no honrar a padre y madre,
matar,
cometer actos impuros,
robar,
dar falso testimonio y mentir,
consentir pensamientos y deseos impuros,
y codiciar los bienes colectivos,
Así, el fascio-colono-capitalismo
enferma, jamás alivia,
acumula, jamás reparte,
exige, jamás agradece,
impone, jamás propone,
excluye, jamás integra,
devora, jamás nutre.
controla, jamás libera,
desolla, jamás acaricia.
ordena, jamás escucha,
aplasta, jamás acompaña,
prohíbe, jamás reconoce,
sustrae, jamás repone.
Y nada de esto es crueldad sin motivo,
sino angustia envuelta en propaganda,
impostura disfrazada de moral,
rapacidad con máscara de progreso,
disociación elevada a sistema,
voracidad ungida por la ley,
irracionalidad convertida en argumentario,
usura ataviada de mercado,
ego herido e hiriente en ideología.
El fascio-colono-capitalismo ni siquiera es política,
(para serlo tendría antes que al menos
pensar, sentir, soltar, confesar, mimar,
parir, contemplar, abrazar)
es solo trauma que deviene bandera,
insignia transformada en garrote,
añoranza de un útero de tinieblas,
un quiste necrótico que se alimenta
del vacío que genera,
que se infla pisoteando lo que ignora,
que se perpetúa prometiéndose
que mañana todo será como antes,
como entonces,
como cuando todo,
o eso cree, era suyo
y solo suyo.

Jesús Olmo.

Fuente: https://www.15-15-15.org/webzine/2025/11/01/fascismo-colonialismo-capitalismo/

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