Uruguay: Eucaliptos y Sumideros de Carbono

Por Ramón Legnani
Aprobada la ley Nº 15939 de 1987 (Ley forestal) pronto fue visible el impulso que tomaban los monocultivos de eucaliptos, muy por encima de las necesidades básicas del Uruguay. El eucalipto es una especie agresiva en relación al medio en el que se implanta, totalmente distinto a sus ecosistemas de origen (Australia), porque tiende a modificar el nuevo ambiente a sus características de desarrollo.
El 18 de noviembre de 1994 se realizó un taller (1) en el que se analizaron los impactos de estos cultivos.
Se señaló: 1º) El primer tema, era (y es) la escala del emprendimiento. Tiene lugar no sólo en el Uruguay, sino también en numerosos países, preferentemente en los países pobres del Sur del mundo, en todos predominan pinos y eucaliptos. Las zonas plantadas tienen en común que allí estas especies crecen rápidamente y la mano de obra es barata. Son países endeudados que necesitan exportar (ya sea madera, chips o pulpa de papel). Es una estrategia global cuyo objetivo central es lograr una materia prima abundante y barata para la industria del papel.
2º) Se resaltó que estas especies de árboles, “exóticas” para el Uruguay, alteraban por completo el paisaje y perdíamos el “Uruguay país natural”.
3º) Se trata de mocultivos en los que falta la diversidad (biodiversidad) que caracteriza a los ecosistemas naturales. El eucalipto es una especie agresiva en relación al medio en el que se implanta, totalmente distinto a sus ecosistemas de origen (Australia), porque tiende a modificar el nuevo ambiente a sus características de desarrollo.
4º) Los suelos arenosos donde los eucaliptos presentan grandes crecimientos, son las mejores tierras para plantar maíz, citrus, u otros cultivos exigentes en agua y drenaje.
5º) El suelo en el que se plantan montes de eucaliptos no va a servir para otra cosa probablemene por los próximos 100 años. El eucalipto exuda terpenos, fenoles y otras sustancias que excluyen a otras especies, que aparecen cuando se abre la plantación. Todo tipo de árboles exóticos genera condiciones exóticas, que genera condiciones biológicas que impactan en el ecosistema local.
6º) Quizá el mayor impacto sea sobre el ciclo hidrológico. Los suelos bajo los eucaliptos se impermeabilizan (“water repellency”) y se secan irremediablemente en un proceso que puede ser irreversible.
7º) Dentro del monte de eucaliptos se produce erosión por el escurrimiento del agua. Las raíces crecen hacia dentro de la tierra, pero quedan al descubierto por la erosión que se produce.
8º) cuando se ha querido frenar procesos erosivos que producen cárcavas, los eucaliptos caen dentro de las cárcavas; incluso las cárcavas se forman dentro del monte de eucaliptos. Ambos procesos los podemos apreciar en la margen izquierda del Río Santa Lucía a la altura de la antigua toma de agua de OSE para esta ciudad (Santa Lucía), (zona conocida como “el chupón”).
9º) Si se toma un pan del suelo que estuvo bajo el monte de eucaliptos durante muchos años y otro del mismo suelo fuera del monte, en la pradera vecina, el primero es gris, el segundo es negro. Teinta años después siguen igual.
Esta plantación global tiene otro objetivo, que es secundario, pero lo promocionan como si fuera el primario: los árboles de rápido crecimiento actúan como sumideros de carbono: los árboles serían una forma barata de sacar el dióxido de carbono de la atmósfera para que no produzca el “efecto invernadero”. Hay empresas que contaminan en Europa o en Estados Unidos y plantan árboles en Sudamérica, para “compensar” sus emisiones contaminantes. El plan es plantar130 millones de hectáreas en el mundo. Si esos árboles los cortan e industrializan como papel, cuando éste se destruye libera el carbono almacenado. De acuerdo con la Ley Forestal, en Uruguay el Estado favorece con créditos, subsidios y exoneraciones impositivas a aquellos que plantan en suelos declarados de “prioridad forestal”, pero no prohibe a nadie que plante cultivos de eucaliptos, pinos u otra especie en cualquier terreno que sea de su propiedad. La plantación de árboles se acompañó de intensa promoción de la creencia que plantar árboles siempre es bueno para el ambiente y que constituye un buen negocio. En Cámara de Diputados en enero de 1994 se aprobó la Ley 16466, estableciéndose que las plantaciones de árboles de más de 100 hectáreas, debían realizar evaluación de impacto ambiental. En la reglamentación del Poder Ejecutivo presidido por el Dr. Lacalle, estableció (en contra del sentido de la Ley) que los monocultivos de árboles con fines de rendimiento económico no necesitaba estudios de impacto ambiental. Así se plantaron cientos de miles de hectáreas de eucaliptos sin realizar un estudio sobre su impacto ambiental. En la REVISTA AGROCIENCIA (diciembre 2006) (2), aparece un muy interesante trabajo de relevamiento de datos e investigación intitulado “FORESTACIÓN EN PASTIZALES: HACIA UNA VISIÓN INTEGRAL DE SUS OPORTUNIDADES Y COSTOS ECOLÓGICOS” realizado por investigadores de Argentina, EEUU y Uruguay. En el RESUMEN DEL TRABAJO, se destaca que el establecimiento de plantaciones forestales sobre pastizales se expande en Argentina y Uruguay, incentivado por el apoyo fiscal y posiblemente por el inminente comercio de bonos de carbono. Evalúa cómo esta transformación afecta los ecosistemas. Sintetiza información preexistente y otra original acerca de la influencia de estas plantaciones sobre la producción de biomasa y la dinámica del agua y la circulación de nutrientes. Mediciones de campo y satelitales muestran que la productividad primaria de las plantaciones forestales en Uruguay, Corrientes y Entre Ríos superó a la de los pastizales. Este aumento fue acompañado por una mayor evapotranspiración y un menor rendimiento hidrológico que redujo a la mitad el caudal de cuencas forestadas en Córdoba y Uruguay. Y agrega: “Las plantaciones forestales en la mayoría de los pastizales de la región acidifican el suelo y en algunos casos el agua de los arroyos. Es urgente generar información acerca de estos y otros impactos de las forestaciones”. En un país de praderas, como es el Uruguay, es lógico que el aumento de biomasa producto de la sustitución de pastizales por árboles nos lleva a preguntarnos cómo ese aumento de masa repercute en la dinámica del agua y de los nutirentes y por consiguiente en la fertilidad de los suelos. Dicen los autores, que en general “mayores tasas de fijación de carbono se asocian a mayores pérdidas transpirativas de agua. El aumento en las tasas de transpiración restringen el agua disponible para otros flujos (escorrentía superficial o drenaje profundo), los que son responsables de la recarga de acuíferos (aguas profundas) y alimentación de arroyos. Conjuntamente con la disminución del rendimiento hidrológico, los datos de 112 casos en que se estudiaron posibles variaciones químicas del suelo, se encontró una generalizada caída del pH(acidificación) de los suelos tras la forestación. Hemos explorado los cambios químicos en las aguas de arroyos, inducidos por el establecimiento de plantaciones. En Lavalleja, hemos encontrado un descenso del pH (de 0.5 a 1 punto) en todos los sitios y fechas. Esta acidificación fue acompañada por disminuciones significativas en la concentración de cationes, principalmente calcio, y carbono inorgánico disuelto, y por aumentos en la concentración de aluminio. Los resultados preliminares parecen indicar que estos cambios en los suelos se trasladan al agua de los arroyos”. Se refieren a las nacientes del Río Santa Lucía. www.ecoportal.net
(1) “Impactos de la Forestación en Uruguay”, Ricardo Carrere, Ofelia Gutiérrez, Daniel Panario, Carlos Pérez Arrarte, Karin Nansen y Ruben G. Prieto. Editorial Nordan – Comunidad, 1995.
(2) Google: AGROCIENCIA, diciembre 2006, FORESTACION PASTIZALES.

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