Prohíben fumigar en zonas urbanizadas de Córdoba



La justicia cordobesa obligó a productores de las cercanías de la ciudad de Córdoba a abstenerse de fumigar sus campos por estar ubicados en áreas urbanas, informaron hoy fuentes judiciales
El fiscal de Instrucción del Distrito 3, Turno VI, Carlos Matheu, ordenó a dos productores de campos colindantes a barrio Ituzaingó Anexo, en el sureste de la ciudad de Córdoba, y a un fumigador, que se abstengan de fumigar en el área urbana.
El funcionario judicial explicó que adoptó esa medida porque fumigar en áreas urbanas viola disposiciones de la Ley Provincial de Agroquímicos, y constituye "un delito penal de contaminación ambiental", que se pena con "hasta diez años de prisión".
La ley impide realizar aplicaciones terrestres de pesticidas como el glifosato y el endosulfán (categoría dos, según la calificación del Senasa) a menos de 500 metros de la zona urbana y a menos de 1.500 metros si la fumigación es aérea.
Matheu confirmó que dos productores y un aeroaplicador fueron imputados en una causa penal iniciada en febrero pasado por una denuncia de la Municipalidad de Córdoba, a raíz de fumigaciones sobre zonas urbanizadas de Ituzaingó Anexo.
"Estamos hablando de productos que en la Argentina están categorizados como peligrosos y con usos restringidos, a los que incluso se atribuyen efectos cancerígenos", destacó.
El subsecretario de Salud de la Municipalidad, Medardo Avila Vázquez, expresó su conformidad con lo dispuesto por Matheu, lo que valoró como "la primera orden judicial para que se cumplan las restricciones de fumigación respecto de zonas habitadas".
Destacó que el tema, tiene "directa vinculación sobre la salud de la población".
Fuente: http://www.biodiversidadla.org

----------------------------------------------------

COMUNICADO DEL GRR, COMO COORDINACIÓN DE LA CAMPAÑA PAREN DE FUMIGAR, ANTE LOS HECHOS QUE SE DESATARON A PARTIR DEL FALLO DE LA JUSTICIA, SOBRE EL BARRIO ITUZAINGO ANEXO, DE LA CIUDAD DE CORDOBA
 
El reciente fallo judicial ocurrido en Córdoba, que intima a que se cumpla la ley, alejando las fumigaciones del Barrio Ituzaingó Anexo de la Capital provincial, ha provocado una importante repercusión mediática, incluyendo una llamativa mención, en el discurso del día de hoy de la Señora Presidenta. El hecho del que se trata, es, en realidad, la punta del iceberg que venimos denunciando desde hace años y ante el cuál se han cerrado hasta el momento, no solo las puertas, sino también los oídos y el corazón, tanto de los funcionarios como de la Justicia.
 
Desde hace cuatro años venimos implementando una Campaña contra las Fumigaciones en el territorio de las provincias sojeras y arroceras. Esa Campaña nació precisamente inspirada en las luchas de las Madres del Barrio Ituzaingó Anexo, y tratando de que el heroico ejemplo que ellas nos proporcionaban, se hiciera útil en el resto del territorio crucificado por los venenos que acompañan a los monocultivos. En esa Campaña contra las fumigaciones,  fuimos sobrepasados en nuestra capacidad de sorpresa y de dolor, por los efectos de la extrema contaminación que hallamos en todas partes del territorio en que se impuso la agricultura industrial. Esos registros están presentes en diversos e incontables testimonios, películas documentales, presentaciones judiciales, conferencias de prensa,  páginas Web, etc. Nadie debería sorprenderse ahora, de lo que hace años venimos denunciando. Se trata de un genocidio practicado sobre las poblaciones de las provincias sojeras y de los puertos por donde se exportan los porotos, un genocidio que se oculta porque acompaña los éxitos del modelo agro exportador, así como los record de cosechas.
 
Las evidencias de que el cáncer es una metástasis en el cuerpo enfermo de la Argentina exportadora de commodities,  son incontrastables. Las evidencias de que se trata de una metástasis que acompaña de manera obligada a la frontera agropecuaria, que las malformaciones en niños, el asma, los abortos, los problemas respiratorios y de piel, los procesos de impotencia sexual, las parálisis progresivas y otros males, son  propios de un modelo de producción que conlleva el uso masivo de venenos.  No solo lo hemos afirmado nosotros, sino también numerosos investigadores y facultativos lo han demostrado, en algunos casos también, médicos con altas responsabilidades en centros sanitarios. Lamentablemente, no fueron escuchados. Aún más todavía: un programa televisivo: La Liga, emitido por Telefé, en 2008, exhibió un documental impresionante, que vieron más de un millón de personas y donde se mostraron los impactos del modelo sobre las poblaciones, e inclusive sobre un ex fumigador, cuya figura esperpéntica y trágica, quedó grabada en la retina de todos aquellos que se conmovieron con su llanto desgarrador. A pesar de ello, Fabián Tomáis, aquejado de  males irreversibles, todavía espera en la ciudad de Basavilbaso, que algún investigador o miembro de la justicia lo entreviste, para hacer conocer a través de su propia y personal experiencia, la irresponsabilidad y el desmanejo que acompaña la práctica de las fumigaciones en que se basa el actual éxito agrícola argentino.  
 
Para los diarios, tal vez sea ésta una noticia más. Para el Gobierno, probablemente, la ocasión de mostrarse informado y demostrar que es rápido en reflejos. Para la Ministra de Salud tal vez, la circunstancia de sumar un nuevo problema a los muchos que tiene por resolver.  Nosotros queremos recordarles a todos y a la opinión pública, que lo que estamos viviendo es una catástrofe sanitaria sin precedentes, que es la contraparte necesaria de un modelo agropecuario que tanto cuando se lo implementó en los años noventa, como en todos estos años en que se lo respaldó y acrecentó, los decisores deben haber sopesado como un precio que estaban dispuestos a pagar. En ese sentido, las consecuencias sanitarias del modelo y sus impactos, podrían constituir delitos sumamente graves, tal vez de lesa humanidad, ya que han ocasionado daño y muertes innumerables en miles de personas inadvertidas e indefensas. Estas responsabilidades alcanzarían a los decisores y funcionarios del área que continúan insistiendo en llamar fitosanitarios a los venenos que provocan enfermedad y muerte en personas y animales, pero alcanzaría también, a quienes habilitaron los tóxicos, para su uso comercial, a quienes los categorizaron como de baja toxicidad, y a los que desde puestos ministeriales o desde asociaciones empresariales, han realizado campañas publicitarias, afirmando que algunos de esos tóxicos desaparecían en contacto con el suelo o que inclusive, podrían beberse de tan inocuos que serían.
 
Es imprescindible que se abran investigaciones a fondo sobre la situación sanitaria existente en la Argentina como consecuencia de estos impactos y que se establezcan estadísticas de morbimortalidad en las zonas sojeras para poner al descubierto el modo en que la salud y la vida han sido impactadas. Es necesario, asimismo, que se investigue la razón por la que las leyes que regulan el uso de agrotóxicos o la distancia de su aplicación a las poblaciones no se cumplen, y que no se cumplen prácticamente en ningún lugar de la Argentina. Estamos de acuerdo con la Señora Presidenta que son problemas que los municipios podrían haber tratado de resolver, pero que ello no nos haga olvidar que las autoridades de aplicación según las leyes existentes, son los ministerios del área, y que, no solo no cumplieron con su deber, sino que traicionaron a lo largo de los últimos doce años, su rol de Estado, por connivencia con los intereses empresariales. Asimismo, tengamos en cuenta que las autoridades municipales han sido sistemáticamente devaluadas en su autoridad, en un país que no respalda ni autonomías ni desarrollos locales, ni estimula liderazgos capaces de implementar alternativas. Abrir un debate sobre los estragos que provoca el modelo sojero y de las agriculturas industriales, nos interroga sobre la Argentina que soñamos, sobre nuestras debilidades y nuestras faltas graves. Ojalá nos atrevamos a continuar este incipiente camino, que pareciera haberse abierto gracias a la lucha de las Madres del barrio Ituzaingó anexo de la ciudad de Córdoba.
 
 
GRR Grupo de Reflexión Rural
CAMPAÑA PAREN DE FUMIGAR
13 de enero de 2009
http://www.grr.org.ar/campanapdf/index.php
http://horizontesurblog.blogspot.com/


-------------------------------------------------------

Entre Ríos: confirman que el "glifosato" causa abortos espontáneos

Autoridades de la Secretaría de Salud se encuentran particularmente preocupadas por los casos de personas posiblemente afectadas por fumigaciones en distintas localidades de Entre Ríos
A los casos de abortos espontáneos y de cáncer en San Salvador conocidos en los últimos días, se suman denuncias de General Ramírez, donde los vecinos de esa localidad denunciaron a una empresa recicladora de bidones de glifosato, por arrojar a la vía pública parte de los líquidos que quedan en los recipientes.
En ese sentido, el director de Epidemiología Pablo Basso, dijo que “aunque haya leyes que nos digan a qué distancia hay que sembrar, tenemos que estar muy seguros de saber qué concentraciones de agroquímicos se están usando, a qué distancia de las poblaciones se está fumigando y, sobre todo, si esas fumigaciones son aéreas o terrestres”, manifestó el médico.
“El del glifosato es un tema que a nosotros particularmente nos interesa, pero no sólo este químico, sino cualquier otro que pueda estar en el medio ambiente y que se use en forma indiscriminada o ilegal, en algunos casos. No es nuestra incumbencia (de su Dirección) pero estamos preocupados en ver cuáles son los alcances legales del uso de los agroquímicos, porque sabemos por estudios hechos en otros lugares del mundo, que causan efectos indeseables en la salud”, aseveró Basso.
DENUNCIAS.
El funcionario reconoció que la Secretaría recibió denuncias del Foro Ecologista de Ramírez, “donde nos alertan sobre una empresa que podría estar utilizando agroquímicos en sus fabricaciones. Podrían estar usando envases de glifosato que estarían contaminando el ambiente. Estamos estudiando el caso en este momento e inclusive sabemos que hay participación de la Justicia de Diamante”.
“La impresión visual, porque esto lo puede ver cualquier persona, es que todas las poblaciones del interior de Entre Ríos están en íntimo contacto o a muy pocos metros de los sembradíos. Sabemos que las fumigaciones causan efectos indeseables en la salud, sobre todo cuando se expone a la gente”, explicó a APF.
En el caso de los embarazos, agregó, “está absolutamente comprobado que (las fumigaciones) producen abortos espontáneos y malformaciones al nacer”.
“Aunque haya leyes que nos digan a qué distancia hay que sembrar, tenemos que estar muy seguros de saber qué concentraciones de agroquímicos se están usando, a qué distancia de las poblaciones se está fumigando y, sobre todo, si esas fumigaciones son aéreas o terrestres”, acotó Basso.
En el caso de Ramírez, la planta fue recientemente clausurada, tras las cientos de denuncias que se hicieron. Los vecinos de la fábrica, testigos y damnificados directos, relataron en varias oportunidades a EL DIARIO, sobre las secuelas que les provocó estar en permanente contacto con los poderosos agroquímicos.
Es que la fábrica Pregram, no sólo acumulaba bidones en la vía pública, sino que en el proceso de reciclado, los plásticos eran lavados y el agua con deshechos químicos era volcado a la calle.
Osvaldo Müller, vecino de la planta, padece en carne propia los efectos del glifosato. Durante años, su trabajo fue manipular este poderoso herbicida, capaz de destruir toda clase de plantas menos a la soja, lo que le provocó daños irreversibles en la salud. Por recomendación médica, debió abandonar su actividad en el campo, pero ahora convive con el agroquímico en la ciudad, a raíz de la planta Pregram.
“Me intoxiqué con glifosato cuando trabajaba en el campo y desde entonces no puedo ni oler este químico, porque me provoca fuertes dolores de cabeza y reacción en la piel. Pese a que ya no trabajo más en el campo, debo convivir con este veneno en plena ciudad y a pasos de mi casa”, dijo a EL DIARIO, Müller.
S.O.S
Los padecimientos de los vecinos de la fábrica Pregram de Ramírez, son similares a los que padecen los pobladores de San Salvador. En esa localidad, no existe una planta recicladora de bidones que contenían el poderoso agroquímico, sino que ellos están expuestos al glifosato en cada fumigación.
Es que en San Salvador, prácticamente la soja está sembrada en la zona urbana, según reconoció a este medio el director del Hospital San Miguel, Hernán Bernhardt, quien reveló los numerosos casos de abortos espontáneos que se produjeron en septiembre en esa ciudad.
Por los medios locales, pobladores de distintos barrios de la ciudad describieron las reacciones que sienten cuando se fumiga en la ciudad, entre ellas, irritación en la piel, en los ojos y en la garganta.
Fuente: http://www.biodiversidadla.org

-------------------------------------

Denuncian envenenamiento de niños por glifosato e inercia de la Justicia santiagueña
@DIN, 12 de enero de 2009 - El Movimiento Campesino de Santiago del Estero denunció hoy que la Justicia de la provincia no dio curso a numerosas causas sobre un peligro gravísimo que amenaza a la población santiagueña. Se trata de las fumigaciones con glifosato, veneno plaguicida utilizado por numerosos empresarios agrarios, que lo utilizan para las plantaciones de soja transgénica en toda la provincia de Santiago del Estero.
Como caso testigo, el MOCASE presenta al de la niña Maira Castillo, quien está sufriendo gravísimas consecuencias por las fumigaciones de los agronegociantes rurales.
Maira Castillo vive en Quimilí, pleno monte santiagueño, y tuvo su primera intoxicación aguda a los 4 años. En el hospital local le diagnosticaron envenenamiento con agrotóxicos y la derivaron de urgencia al Garrahan, en Buenos Aires. 
La vivienda familiar está rodeada de campos con soja, rociados periódicamente con glifosato. El químico le afectó la vista, la piel y el sistema respiratorio. El Movimiento Campesino de Santiago del Estero (Mocase-Vía Campesina), donde están agrupados también los Castillo, denuncia desde hace diez años los efectos sociales, ambientales y sanitarios del modelo sojero. Contabiliza un centenar de denuncias por envenenamiento con agroquímicos, pero ninguna tuvo fallo favorable.
En cambio en la vecina provincia de Córdoba, por denuncias de los habitantes del barrio Ituzaingó, rodeado de campos de soja, la Justicia prohibió fumigar con agrotóxicos cerca de zonas habitadas por humanos. 
El modelo sojero funciona sobre la base del glifosato. Las denuncias que se han hecho en todo el país han sido ignoradas por los importantes intereses en juego.
Fuente: http://www.adinsantiago.com.ar

Entradas populares de este blog

Científicos declaran oficialmente el fluoruro (flúor) como una neurotoxina

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Japón decidió deshacerse de todos los hornos de microondas en el país antes de finales de este año