¿La basura marina está matando a las ballenas?





Millones de toneladas de escombros plásticos vertidos cada año en los océanos podrían representar una grave amenaza para las ballenas, según una evaluación científica que será presentada en la Comisión Ballenera Internacional esta semana.
Un examen de trabajos de investigación de las últimas dos décadas revela cientos de casos en que cetáceos, un orden que incluye a 80 especies de ballenas, delfines y marsopas, han enfermado o han sido víctimas de la basura marina.
Durante tiempo, los enredos por bolsas de plástico y artes de pesca han sido identificados como una amenaza para aves marinas, tortugas marinas y cetáceos pequeños.
Para los grandes mamíferos marinos sin embargo la ingestión de tales desechos está surgiendo también como una grave causa de discapacidad y muerte, dicen los expertos.
Los horribles ejemplos son abundantes:
En 2008, fueron descubiertos dos cachalotes varados en la costa de California con una enorme cantidad (205 kilos) de redes de pesca y otros escombros sintéticos en los intestinos de uno de los cuerpos.
Uno de los animales (de 15 m) tenía una ruptura estomacal y el otro, con síntomas de inanición, tenía un enorme tapón provocado por plásticos que bloqueaba su tracto digestivo.
Los estómagos de siete cachalotes machos que vararon en la costa del Mar Adriático en el sur de Italia en 2009 estaban llenos de picos de calamar, anzuelos de pesca, cabos y objetos de plástico.
En 2002, un rorcual aliblanco (Balaenoptera acutorostrata) que llegó a la costa de Normandía, Francia, tenía casi una tonelada de plástico en su estómago, incluyendo bolsas de dos supermercados británicos.
"La ballena picuda de Cuvier (Ziphius cavirostris) en el Atlántico Noroeste parece tener incidencias particularmente elevadas de ingestión y muerte por bolsas de plástico," indica Mark Simmonds, autor del informe y miembro del comité científico de la Comisión Ballenera Internacional (CBI) y que se reúne esta semana del 11 al 14 de julio en la isla británica de Jersey.
La extensión del problema y si puede amenazar una población entera o especie siguen sin conocerse.
"En muchas áreas de mundo, los cuerpos muertos de ballenas hallados en las costas no son registrados o examinados y en áreas donde se han registrado es poco común el examen del contenido del intestino por ingestión por plástico," dice Chris Parsons, biólogo marino en la Universidad George Mason en Farifax, Virginia.
"Sin embargo, hay evidencia de que los escombros plásticos en el mar pueden perjudicar a estos animales, ya sea debido a la ingestión como debido a enredos, algo que necesita ser investigado de forma más urgente," decía Simmonds, Director de Ciencia de la Whale and Dolphin Conservation Society.
Las principales amenazas para los cetáceos en todo el mundo son la captura accidental en las redes de pesca y el cambio climático, señalaba en un intercambio de correo electrónico.

"Todavía no sabemos suficiente a cerca de los escombros marinos para compararlo con otras amenazas, pero a medida que desgraciadamente siguen creciendo en los océanos, seguramente jugará un papel cada vez mayor."
Los científicos han demostrado que los escombros se concentran en las llamadas zonas de convergencia, formadas por corrientes y vientos, donde las ballenas se alimentan de las presas abundantes.
Los científicos han realizado pocos progresos en la medición del impacto de la basura marina en los animales y las organizaciones internacionales han hechos todavía menos por tomar medidas.
En 2003, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) estableció la Iniciativa Global sobre los Escombros Marinos sin embargo lanzó el análisis detallado del alcance del problema en 2009.
Más recientemente, representantes de 38 países reunidos en marzo en Hawai aprobaron el "Honolulu Commitment", presentando una docena de medidas voluntarias.
Para las ballenas, el nivel de amenaza que supone la basura marina varía según la especie y tipo de escombro, dice el nuevo informe.
Para las ballenas dentadas del suborden Odontoceti, la ingestión por trozos de plástico plantea, al parecer, el mayor peligro.
Los cachalotes y las ballenas picudas se consideran especialmente vulnerables porque son animales de succión.
Menos conocido es el impacto en las ballenas barbudas (suborden Mysticeti), que se alimentan mediante el filtrado, consumiendo enormes cantidades de diminuto zooplancton y pequeños bancos de pequeños.
Una sola ballena azul por ejemplo puede llegar a alimentarse de 3.600 kilos de krill cada día durante la temporada de alimento.
El mayor peligro potencial aquí procede de las toxinas en el plástico que se rompe en partículas diminutas, incluso microscópicas, a lo largo del tiempo.
Las colisiones con embarcaciones y daños en el tejido auditivo provocado por la contaminación acústica debido a la exploración de petróleo en alta mar son amenazas adicionales, indican los expertos.
La CBI está dividada entre países que se oponen a la caza de ballenas y aquellos que la apoyan, Japón, Islandia y Noruega, contraviniendo una prohibición de 1986 a la caza de ballenas o usando lagunas legales para eludirla.  

Fuente: oceansentry.org

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