La minería canadiense acecha el páramo de Kimsakocha en Ecuador

Los defensores del agua del Azuay, liderados por el abogado Yaku Pérez, no se rinden ante el ecocidio que supondría el proyecto de explotación del oro por Dundee Precious Metals: A medida que nuestra camioneta asciende por la carretera sinuosa que conduce las lagunas andinas del Kimsakocha, en el cantón de Cuenca, provincia de Azuay, al sur del Ecuador, la vegetación va cambiando. Los pinos son cada vez más escasos, proliferan las gamíneas y la neblina se apodera del paraje. Al volante va Yaku Sacha Pérez Guartambel, conocido abogado, político y líder ambientalista cuencano que hace décadas que lucha por proteger el agua y preservar estos parajes de la voracidad extractivista, y que adquirió notoriedad como candidato indígena a la presidencia del país en las pasadas elecciones del 2021. Yaku, como es conocido por todo el mundo en Ecuador, estuvo a punto de pasar a la segunda vuelta, pero acabó perdiendo por unos pocos votos que le arrebató Guillermo Lasso. Pachakutik, el partido por el que se presentó entonces, denunció fraude y una serie de irregularidades que finalmente, y bajo fuertes presiones, no fueron aceptadas por la autoridad electoral.

Francesc Badia I Dalmases
Andrés Bernal Sánchez


A la salida de una curva, como agazapada a la espera de que pase una presa, surge, como una aparición, la empalizada de un “centro de difusión minera”: se trata de la avanzadilla de la compañía Dundee Precious Metals (DPM), la minera canadiense que compró la concesión de Loma Larga a otra minera canadiense, INV Metals Inc. hace ahora 2 años, en Julio de 2021. El proyecto de Loma Larga, dice la nota de prensa en que DPM anunció la transacción millonaria, tiene el potencial de “producir un promedio anual de aproximadamente 200,000 onzas de oro en sus primeros cinco años. La vida útil de la producción de la mina se estima en aproximadamente 170.000 onzas de oro por año a un atractivo costo total de mantenimiento.”

"Centro de difusión minera” de la compañía canadiense Dundee Precious Metals (DPM ) ea un costado de la carretera que asciende al páramo de Kimsakocha | Francesc Badia i Dalmases

El Ecuador, situado en la estribación norte de la Cordillera de los Andes, conocida por su gran riqueza en metales muy codiciados (oro, plata, cobre) desde los tiempos precolombinos, se considera un territorio relativamente virgen en términos de exploración minera, con sólo el 10% del país explorado. Pero con la llegada al poder del conservador Guillermo Lasso (un ex banquero) en abril de 2021 se reabrieron grandes expectativas para el sector de la minería metálica, que ha identificado depósitos de primera clase (world-class), y que esperaba generar hasta 4.000 millones de dólares en exportaciones anuales de minería al final de su mandato, inicialmente previsto para 2025.
La difícil situación socioeconómica del país en la post-pandemia, un aumento exponencial de la inseguridad y los asesinatos en sus principales ciudades, el descontento general manifestado en varios paros nacionales, y diversas acusaciones por presunta corrupción que llevaron al Congreso a votar su destitución, aconsejaron a Lasso disolver la asamblea anticipadamente a través de un mecanismo constitucional conocido como “muerte cruzada” que llevará al país a nuevas elecciones el próximo 20 de agosto. Esta circunstancia ha frustrado las expectativas de varias grandes operaciones de extracción minera previstas para esta legislatura.
Además del oro mencionado, según un informe de la consultora AX Legal sobre la minería en Ecuador en 2023, Dundee Precious Metals espera que el proyecto Loma Larga produzca, durante una vida estimada de la mina de 12 años, otras 794.561 onzas de plata y 5,1 millones de libras (Mlb) de cobre anualmente.
Está previsto que la explotación minera inicial se realice a un ritmo de 3.000 toneladas por día, que se incrementará a 3.400 a partir del quinto año. El proyecto contempla el acceso a la mina subterránea a través de una rampa de 1,2 km, que también se utilizará para el transporte de residuos y mineral, así como para fines de ventilación. Desde ahí, el mineral se transportará 3,5 km hasta las instalaciones de procesamiento, donde se “someterá a dos etapas de trituración, primaria y secundaria”, concluye el informe.
El proyecto minero vive actualmente una serie de dificultades debido a una consulta popular que tuvo lugar en 2021 y que prohibió la minería metálica cerca de fuentes de agua. Aunque la empresa canadiense sostiene que no se encuentra afectada, y que está pasando por los procedimientos judiciales necesarios para que la construcción y la exploración adicional puedan avanzar, lo cierto es que su futuro ahora mismo es incierto.
DPM defiende que su propósito principal es el “desarrollo de los recursos para generar valor y así prosperar juntos”. Añade que este propósito “se basa en valores fundamentales con los que se guía la forma en la que la compañía lleva a cabo sus negocios para definir objetivos estratégicos en innovación, medio ambiente, responsabilidad social y gobernanza”.
DPM acompaña su proyecto de explotación con una serie de iniciativas socioambientales orientadas a paliar el impacto de la explotación, y construye una narrativa que minimiza las importantes consecuencias ambientales y de transformación de las comunidades afectadas, consciente del historial de fuerte oposición a la minería que existe en la región, especialmente en lo que respecta a la contaminación del agua.
En entrevista al canal especializado en minería AMTEX Mining & Oil Channel, el ingeniero Jorge Barreno Cascante, un alto ejecutivo ecuatoriano que trabaja para DPM, explica extensamente la labor de la empresa con las comunidades afectadas por la mina apoyando emprendimientos para paliar la falta de oportunidades. Según el ingeniero Barreno, en la provincia de Azuay hay 2 problemas graves, el rompimiento social que significa la migración debido a la falta de oportunidades, y el alcoholismo que la crisis genera entre miembros de la comunidad. Entre las estrategias de “acompañamiento de la mina” está el fomento de emprendimientos para, entre otras iniciativas, “mejorar las prácticas alimenticias, fomentar la medicina natural, mejorar la ganadería y las chacras de los campesinos”.
La minera hace una fuerte inversión en comunicación pública para contrarrestar la tenaz oposición local
“Valoramos las habilidades únicas de los ecuatorianos” reza un paternalista video de felicitación de Navidad de DPM. Ciertamente, la minera hace una fuerte inversión en comunicación pública para contrarrestar la tenaz oposición local y para hacer valer su narrativa de que la minería es un gran agente de desarrollo local. Con frases como “la riqueza está en nuestra gente” o “la minería significa hacer realidad los sueños de la gente”, el ingeniero Barreno despliega un discurso pautado por los intereses de comunicación de la minera, y se muestra muy satisfecho de los micro proyectos de emprendimiento que DPM viene implementando en las comunidades vecinas.
Sin embargo, más allá del caso concreto de Loma Larga, el desarrollo sector minero en Ecuador se enfrenta a varios retos mayores, entre los que se cuentan los referéndums, como el que está previsto para prohibir la minería metálica en la bio-región del Chocó Andino, o como la consulta para la protección de la reserva de la biosfera del Parque Nacional del Yasuní frente a los proyectos de extracción petrolera, consulta que coincidirá con las elecciones del 20 de agosto. Otro problema grave para el sector es la proliferación de la minería ilegal y fuera de control, que es altamente contaminante, además de la consulta previa e informada y los procedimientos judiciales que a menudo consiguen bloquear, aunque sea temporalmente, la explotación de las concesiones.
En el caso del cantón de Cuenca, sin embargo, la preocupación principal ha sido la defensa del agua frente a la contaminación que traerían lo diversos proyectos de minería metálica que amenazan el territorio. Después de 30 años de luchas, en septiembre de 2020, el alcalde de Cuenca presentó ante la Corte Constitucional la petición de convocatoria a una consulta popular que prohibiera la minería cerca de los ríos y páramos de la ciudad, consulta que se celebró en febrero del siguiente año, coincidiendo con las elecciones presidenciales, y que arrojó un resultado inapelable: el 80 % de la población (unas 348 mil personas) votaron a favor de prohibir la minería en las zonas de recarga hídrica de los ríos Tomebamba, Tarqui, Yanuncay, Machángara y Norcay, los más importantes de Cuenca y sus región. Pero el bloqueo del paso a la segunda vuelta de Yaku Pérez, el ex prefecto provincial del Azuay defensor del agua frente a Guillermo Lasso, acabó dando la presidencia a éste último e hizo temer que, con su apoyo, las mineras encontrarían vacíos legales para continuar con sus explotaciones.

Yaku Pérez con su madre, Inés Guartambel, junto a su casa familiar en Tarqui, parroquia de Cuenca, Ecuador | Andrés Bernal Sánchez

Al borde del río Tarqui, en conversación con democraciaAbierta, Lizardo Shawi, presidente de los Sistemas Comunitarios de Agua del Tarqui, afirma: “Nosotros defendemos esta agua, que proviene de los páramos de Kimsakocha. Nosotros hemos resistido los embates del gobierno, sobre todo de los gobiernos de Correa, que llevaron presos al doctor Yaku Pérez y al compañero Federico Guzmán, acusado de terrorismo por defender el agua. Y ahí la gente se conciencia, y se une a la lucha”. Pero Shawi añade que “también hay gente que sí quiere la explotación minera, pero sin darse cuenta de que van a convertir todo este verde en desierto en pocos años. Con sus pequeñas dádivas, la minera divide a las comunidades, a las familias. Pero nosotros no vamos a dar un pie atrás para que todo esto no quede devastado.”
Un año y medio después de la consulta, el 14 de Julio del 2022 se produjo una victoria clave de los defensores del agua contra la minería metálica en los páramos de Kimsakocha, donde DPM pretende explotar su mina de oro.
Un juez de la Unidad Judicial de Cuenca concedió Medidas Cautelares a los páramos de Kimsakocha y suspendió todas las actividades mineras, alegando que el Estado ecuatoriano y la empresa canadiense no consultaron a las comunidades afectadas. La solicitud de Medidas Cautelares fue presentada en febrero de 2022 por la Federación de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Azuay (FOA) y los Sistemas Comunitarios de Agua del Tarqui, Victoria del Portete y Girón contra el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica.
Un juez de la Unidad Judicial de Cuenca concedió Medidas Cautelares a los páramos de Kimsakocha y suspendió todas las actividades
DPM quitó importancia a la decisión, afirmando que la minera ya había planificado el proceso de consulta antes de proceder a la fase de explotación. DPM informó que buscará la aclaración de la corte sobre si “la consulta indígena se puede hacer en paralelo con el Proceso de Participación Ciudadana y otras actividades requeridas para el permiso ambiental, o si la consulta debe completarse antes de avanzar con esas actividades, lo que podría retrasar el proceso para la recepción de la licencia ambiental”.
Según recoge una entrada de blog de la ONG canadiense Mining Watch, lo cierto es que las comunidades, que no fueron consultadas, argumentaron ante la fiscalía que la actividad minera en estos humedales de altura violaría su derecho al agua, dada la importancia del ecosistema como sistema hidrológico natural de las comunidades.
Durante la rueda de prensa que siguió al fallo de concesión de Medidas Cautelares , el propio Yaku Pérez calificó las distintas batallas legales para parar a las mineras como “una situación de David contra Goliat”, y explicó cómo ocho actores gubernamentales y corporativos unieron fuerzas, incluido el Ministerio del Medio Ambiente y Dundee Precious Metals, para “luchar contra las comunidades en los tribunales mientras que éstas buscaban medidas de protección para el páramo de Kimsakocha”.

El río Tarqui, a su paso por la parroquia de Cuenca, provincia de Azuay | Andrés Bernal Sánchez

Ya en Agosto de 2019, en un amicus curiae presentado a los Jueces de la Corte Constitucional del Ecuador por la fundación estadounidense Defend Them All, en la época en que Yaku Pérez era prefecto de Azuay e impulsaba una consulta sobre Kimsakocha, se detallaban los importantes daños que la explotación de Loma Larga produciría al ecosistema del páramo, afectando especialmente a su biodiversidad. Además, según la fundación, “el riesgo de liberación de metales pesados y acidificación del suelo es inaceptablemente alto, incluso teniendo en cuenta las estrategias de mitigación declaradas por el proyecto. La liberación de arsénico y otros metales pesados está prácticamente garantizada para contaminar las aguas superficiales y subterráneas, y la complicada hidrología de los páramos significa que esta contaminación se extenderá de forma impredecible.”
Desde su casa de Quito, la profesora y defensora del agua Manuela Lavinas Picq, muy activa en la defensa del páramo junto a Yaku Pérez, declaró a democraciaAbierta que “Los Andes y la Amazonía son ecosistemas inseparables, indisociables, porque sin los Andes no hay agua en la Amazonía y uno hace al otro. Entonces, es muy importante mantener la conectividad de los ríos, limpios y sanos, y conectividad no solo a nivel de especies animales, sino de seres humanos y de culturas, que tienen que articular sus luchas a pesar de habitar territorios que han sido colonizados por estados distintos, porque al final el ecosistema fue fragmentado de manera artificial.”
Cuando llegamos al páramo de Kimsakocha, a 3.800 metros sobre el nivel del mar, y descendemos de la camioneta para adentrarnos en el paraje virgen, se siente la falta de oxígeno debido a altura. Sin embargo, Yaku se muestra ágil y rápido en sus gestos mientras describe, con su característica intensidad pausada, el tesoro material y espiritual que representa este lugar que, como indígena kichwa, considera sagrado, y a cuya defensa ha dedicado buena parte de su vida.

Durante un ritual de diálogo con el agua, Yaku Pérez bebe de una de las lagunas del páramo de Kimsakocha | Andrés Bernal Sánchez

Más allá de este valor espiritual, el valor geológico y biológico de los páramos andinos, uno de los ecosistemas más singulares del Planeta, es indiscutible. Se trata de una combinación única de tipologías naturales, como son la latitud tropical, las intensas lluvias, las persistentes nieblas, los fuertes vientos dominantes, la exposición extrema a los rayos ultravioleta, y una altitud por encima de la línea de árboles, pero por debajo de la línea de nieve, que crean un ecosistema único y que, para Yaku, es necesario preservar a toda costa. “De aquí nacen las aguas que nutren la Amazonia”, nos dice. “Todo está interconectado”.
La comunión íntima de Yaku con la naturaleza, esencial entre los pueblos originarios, se evidencia en su actitud frente a la prístina inmensidad del páramo, y se expresa en toda su profundidad cuando acaricia la vegetación, deja que cruce la palma de su mano un ciempiés, o toca el agua con reverencia ceremonial.
“Mi padre” cuenta Yaku a democraciaAbierta “me hizo conocer cierto día Kimsakocha, porque él era arriero, y caminaba por aquí. Y en 1998 apareció la triste noticia de que vinieron los mineros. Encontramos aquí un anfibio con gringos que estaban haciendo exploración avanzada. Y ahí mi padre me dijo: mira, hijo mío, aquí está el agua, y abajo está el oro. La pachamamita nos puso a probar la inteligencia: ¿Qué prefieres, el oro o el agua? Y ahí vino la reflexión: el agua vale tanto, que no tiene precio.” 25 años después de aquella conversación transcendental, Yaku Pérez sigue teniendo la misma respuesta: “el agua vale más que el oro”, frase que se convirtió en uno de los lemas preferidos de los defensores de este ecosistema.
Terminada la visita, al iniciar el descenso hacia el valle, descubrimos aparcada estratégicamente en la cuneta una pickup blanca de Dundee Precious Metals. “Ahí están, agazapados, vigilándonos” dice Yaku, mientras acelera a la salida de la curva. “¡Ajá! A estos canadienses no les gusta que subamos a visitar la Kimsakocha. Pero aquí estamos, y no vamos a renunciar”.
Semanas después de nuestro trabajo de campo en Azuay, ante la convocatoria anticipada de elecciones, Yaku Pérez, se lanzó por segunda vez a la presidencia de la república como candidato del movimiento indígena, del ambientalismo y de parte de la izquierda del país. Solo en la circunstancia poco probable, aunque no imposible, de que Yaku alcance a ser presidente, DPM comprenderá que no podrá explotar el oro que pretendía, y las tres lagunas de Kimsakocha podrán por fin dormir en paz y tranquilidad.

Fuente: https://www.opendemocracy.net/es/mineria-oro-acecha-paramo-kimsakocha-defienden-kichwa-ecuador/Imagen de portada: Imagen aérea de las tres lagunas del Kimsakocha | Marco Astudillo

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