Los moderados arponeados y hundidos en el encuentro de la CBI en Roma



Escrito por Sea Shepherd Conservation Society   


La Sea Shepherd Conservation Society viene diciendo durante años que no se ganará nada a través de la diplomacia y pacificación con Japón. Esta semana, un encuentro especial de la Comisión Ballenera Internacional finalizaba sin que Japón retirara un ápice su postura.
Moderados, aquellas ONG y gobiernos que nos condenan por ser demasiado 'radicales', están perdiendo la lucha por defender las ballenas. La pasión que los japoneses tienen por matar ballenas no ha sido igualada por la pasión de aquellos que profesan su protección. Durante veintitrés años todo lo que han hecho es hablar, tener actitudes, hacer promesas y organizar encuentros mientras las ballenas siguen muriendo en miles.
Han fracasado de manera vergonzosa e imperdonable.
Japón quiere masacrar las ballenas, quiere matar las ballenas en peligro y quiere matar ballenas amenazadas en un santuario de ballenas establecido en violación a una moratoria global sobre la caza de ballenas.
Desde 1986, la industria ballenera japonesa se mantiene despreocupada de la opinión pública internacional e indiferente a las peticiones de países como Australia y Nueva Zelanda. Japón tiene el músculo económico para escupir con desdeño en la cara de la gente como el Ministro de Medioambiente australiano Peter Garrett sabiendo que Peter Garrett tolerará el desprecio antes que poner en peligro el mercado japonés del serrín, uranio y hierro.
Australia se ha comprometido de manera tan humillante que ahora reúne pruebas para los japoneses, tal como el reciente abordaje de nuestro barco, el Steve Irwin, cuando regresábamos de oponernos a las actividades balleneras japonesas en el Océano Antártico. Australia no sólo está inclinando su espalda para satisfacer a Japón, si no que ayuda abiertamente a las actividades ilegales de Japón.
Y ahora los Estados Unidos están intentando romper un trato que no conseguirá nada excepto legitimar las actividades que actualmente Japón lleva realizando ilegalmente. Si se da el derecho a Japón a matar ballenas de manera legal frente a su costa, entonces otros países, como Corea ya ha señalado, exigirán el mismo derecho.
Los gobiernos miembros de la CBI orientados a la protección han fracasado en el cumplimiento de las regulaciones que protegen a las ballenas, han fracasado en proteger el Santuario de Ballenas del Antártico y han fracasado en hacer cumplir la moratoria sobre el comercio de ballenas. Ahora al parecer están dispuestos a lanzar la toalla y dar a Japón todo lo quiera.
La única cosa que las naciones miembro de la CBI pudieron acordar fue en condenar a la Sea Shepherd Conservation Society por hacer lo que ellos han fracasado hacer y que es salvar las ballenas.
Se permitió que Japón mostrara sus cintas editadas de la confrontación en el Océano Antártico sin permitir que Sea Shepherd pudiera mostrar las suyas. Los balleneros japoneses acusaron a Sea Shepherd de defender violentamente las ballenas mientras se ignoraba de forma conveniente el hecho que los balleneros atacaron de manera violenta a la tripulación del barco de Sea Shepherd, Steve Irwin.
El presidente de la Comisión de la CBI, Bill Hogarth, dijo estar animado por el compromiso general para trabajar para un pleno acuerdo. "Aún no estamos ahí pero seguiremos y veremos lo que podemos conseguir," decía. Hogarth es el hombre que inició la política de pacificación con Japón.
El Presidente Barak Obama ha mantenido esta persona, designada por George W. Bush, para llevar a cabo el desmantelamiento de la moratoria sobre la caza de ballenas y condenar las ballenas del mundo a la muerte cruel y exterminación de los sanguinarios arpones japoneses, noruegos, islandeses y coreanos. Hogarth quiere dejar como legado el resurgimiento de la caza ballenera y está firme en conseguirlo en junio en el encuentro de la CBI en Madeira.
El ex ministro de medioambiente australiano, Ian Campbell, fue el último delegado fuerte y auténtico en la CBI que defendió a las ballenas ante las, cada vez más codiciosas, exigencias de los balleneros japoneses. Ahora que ha sido reemplazado por Peter Garrett, las velas del conservacionismo se han desinflado y van a la deriva impotentes, esperando la destrucción total por los arpones de Japón.
"Este es el siglo 21," decía el Capitán Paul Watson. "La cruel matanza y exterminio de ballenas no tiene lugar en esta generación. Debemos acabar con ella y juro que Sea Shepherd nunca cesará, con todos los recursos y resolución que tengamos, su oposición a esta matanza. Quizás tengamos que rendir nuestras vidas para defender a estos amables gigantes y si eso es lo que acaba ocurriendo, entonces eso es lo que hemos de hacer. Preferiría morir que ver los despiadados arpones disparados legalmente contra estos increíbles seres sensibles, las grandes ballenas. Si existe algo por lo que valga la pena morir es por esto, una vocación mucho más noble que morir por defender el petróleo o un puñado de propiedades inútiles."

Fuente: Sea Shepherd Conservation Society 

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