¿Salvará el Acuerdo de París a los  bosques?


En diciembre de 2015 se festejaba con bombos y platillos el Acuerdo de París, un acuerdo en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC) que establece nuevas medidas para la reducción de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, responsables del calentamiento de la Tierra. Casi un año después de celebrado el Acuerdo, el 4 de noviembre de 2016, entró en vigor. Unos días después se iniciaba la Conferencia de las Partes número 22 de la UNFCCC en Marrakech, en Marruecos, donde supuestamente se iría a avanzar con los detalles para la implementación del Acuerdo de París. (1)

A partir del Acuerdo de París y de las discusiones en Marrakech, ¿tienen los bosques y las comunidades que dependen de ellos algo para festejar? La respuesta es: NO. Vayamos por partes.
En realidad el Acuerdo de París es un ejemplo más sobre cómo la Cumbre de Clima y las agendas de los gobiernos han sido capturadas por las corporaciones que tienen interés en continuar y expandir sus negocios, lo que inevitablemente sólo conducirá a agravar aún más la crisis climática. Una muestra de esto es que en el Acuerdo de París no se mencionan los combustibles fósiles, principales responsables del calentamiento global. Mucho menos, se hace mención a las corporaciones que lucran con esos combustibles.
Sin decir cómo lo logrará, el Acuerdo se plantea “mantener el aumento de la temperatura   media  mundial  muy por debajo de 2°C con respecto a los niveles preindustriales, y  proseguir los esfuerzos para limitar ese aumento de la temperatura a  1,5°C  con respecto a los niveles preindustriales”. (2)
Para lograr el objetivo menos ambicioso del Acuerdo, es decir limitar el aumento de la temperatura por debajo de los 2°C, cada país envió a la UNFCCC sus Planes Nacionales de Acción para el Clima donde establecieron cuál será su contribución para cumplir con ese objetivo. Pues bien, las contribuciones a las que cada país se ha comprometido –a propósito voluntariamente- no son suficientes para lograr dicho objetivo (3). De pique, vamos muy mal.
Para el segundo objetivo que se propone, el más ambicioso, de limitar el aumento de la temperatura a 1,5°C, los cálculos técnicos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por su sigla en inglés) que vinculan la concentración de gases de efecto invernadero y los cambios de temperatura concluyen que es necesario dejar de consumir combustibles fósiles para el año 2025-2030. Dicen que al mismo tiempo, es necesario el uso masivo de una nueva propuesta tecnológica, que implica absorber en diferentes sumideros terrestres – como por ejemplo en los árboles y en el suelo -  el dióxido de carbono que actualmente está en la atmósfera y que es uno de los principales responsables del calentamiento de la tierra. Esta nueva propuesta tecnológica es conocida como Emisiones Negativas. (4) Hay cifras estimadas que hablan de que para evitar el aumento de 1,5°C si se fuera a utilizar la tecnología de Emisiones Negativas empleando monocultivos de árboles, se necesitarían 1.000 millones de hectáreas de tierra para tapizarlas con árboles, la superficie del territorio de los Estados Unidos (5).  
A pesar de las reiteradas advertencias, el Acuerdo no hace mención a la crucial necesidad de cortar inmediatamente a cero las emisiones que resultan de quemar combustibles fósiles (ver también el artículo “El Acuerdo de París mina la campaña global para dejar el crudo en el subsuelo”, en este boletín). Para evitar un desenlace fatal para muchos de los habitantes del planeta, se estima que es necesario dejar bajo la tierra el 80% de las reservas conocidas de combustibles de origen fósil. (6) No obstante el Acuerdo de París, y por tanto los gobiernos que lo suscriben, no insisten en este asunto. Entonces, ¿cómo pretenden alcanzar los objetivos propuestos?
Uno de los planteos –  o problemas -  centrales del Acuerdo, dice así: “reducir rápidamente las emisiones de gases de efecto invernadero,  de conformidad con la mejor información científica disponible, para alcanzar un equilibrio entre las emisiones antropógenas por las fuentes y la absorción antropógena por los sumideros en la segunda mitad del siglo”. (7) Se centran las soluciones en la creación de los llamados sumideros terrestres, incluyendo a los bosques, y se abren las puertas a los mecanismos de compensación de emisiones para lograr equilibrios entre las emisiones y los así llamados sumideros. Los mecanismos de compensación de emisiones permiten a las empresas o países con un límite en las emisiones de seguir contaminando más allá del límite, siempre y cuando paguen a alguien en otro lugar para reducir las emisiones por ellos. El mecanismo de compensación de emisiones más conocido es el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kioto. (8) Este es un mensaje muy errado y muy peligroso para los millones de personas que dependen de los territorios para su sobrevivencia.
Es justamente en dicha propuesta que radica el problema central del Acuerdo de París: la negación de la diferencia entre el carbono fósil y el biótico. Sin embargo para  el  clima,  existe una diferencia muy importante entre los dos tipos de carbono. Por un lado está el carbono que se emite por ejemplo cuando ocurre la deforestación, que forma parte del  ciclo natural del carbono emitido y absorbido por los vegetales y también por los océanos y que está circulando en la atmósfera desde hace millones de años. Por otro lado, está el carbono que se libera al extraer y quemar el petróleo, carbón mineral o gas natural. Ese carbono, que estuvo almacenado en el subsuelo durante millones de años, al ser liberado, aumenta la cantidad total de carbono (dióxido) en la atmósfera. Aunque los vegetales y los océanos puedan absorber una parte de este carbono adicional introducido a la atmósfera, éstos lo hacen temporalmente. Por ejemplo, de haber un incendio, o si un árbol muere, el CO2 se emite nuevamente y vuelve a la atmósfera. (9)  
Argumentos en el olvido
Los bosques habían sido excluidos de los mecanismos de compensación de emisiones de carbono del Protocolo de Kioto, principalmente el MDL, por una serie de razones: a) es imposible medir con precisión cuánto carbono se encuentra almacenado en los bosques, y además esto cambia constantemente, b) el mercado de carbono no logró dar solución a los factores que impulsan la deforestación, los proyectos de compensación de carbono tan solo trasladan la destrucción a otros lugares fuera del área del proyecto de compensación, (c) las normas propuestas creaban incentivos perversos, entre otros porque la definición de la FAO fue la que se utilizó para definir a los bosques. Sin embargo, esa definición confunde a los bosques con las plantaciones y así, la inclusión de los “bosques” habría creado un nuevo subsidio a la expansión de las plantaciones de mono-cultivos de árboles; (d) los bosques almacenan carbono solo temporalmente y ese carbono puede ser liberado en cualquier momento por procesos naturales y sociales. Esta llamada no permanencia del carbono en los árboles causa numerosas complicaciones para el mercado de carbono: si el carbono de los árboles es liberado, entonces el comprador del crédito de carbono ya no puede decir que su emisión de carbono fósil ha sido compensada. (10)
Los argumentos que hasta el momento habían sido válidos para excluir a los proyectos REDD [Programa de Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques, por sus siglas en inglés] de los mecanismos de compensación de emisiones siguen siendo válidos, no obstante a los gobernantes parece habérseles olvidado.
A pesar de los gobiernos hayan excluido a los bosques del Protocolo de Kioto, quienes tenían intereses en hacer negocios con REDD ocuparon espacio para poner REDD en la agenda oficial de la UNFCCC. Los que tenían intereses tanto porque les interesaba compensar sus emisiones o porque tenían proyectos REDD para ofrecer crearon además un mercado voluntario, es decir paralelo a las negociaciones formales en el marco de la UNFCCC. Con este mercado voluntario para proyectos REDD, los gobiernos, las empresas contaminantes, junto a las grandes organizaciones conservacionistas intentaron mantener presión para la inclusión de REDD en los mecanismos “oficiales” de Naciones Unidas. Existe suficiente evidencia que muestra que estos proyectos e iniciativas voluntarias que contaron con financiamiento a partir del mercado de carbono del Banco Mundial y también de la propia ONU (UN-REDD),  han resultado malos. Malos desde el punto de vista climático porque las emisiones continuaron en aumento, así como para los bosques que continúan extinguiéndose y para la gente que dependen de los bosques. Con el Acuerdo de París se elimina la separación entre los mercados voluntarios y el mercado de carbono en el marco de la UNFCCC de las Naciones Unidas.
Ignorando esta evidencia, REDD fue incluido en el Acuerdo de París y esta vez, sin limitaciones para la creación de un mercado para negociar los créditos, la compra-venta de créditos puede darse entre países Norte-Sur o Sur-Sur. Lo que empeora las consecuencias de esta decisión es que ahora, por el Acuerdo, los países del Sur -donde se encuentran las mayores áreas boscosas - tienen metas de reducción con las que cumplir (voluntariamente). Muchos de ellos han incluido en sus contabilidades nacionales la contribución de los bosques en la mitigación de las emisiones. Cada país deberá ahora desarrollar un mecanismo transparente y confiable para garantizar que las reducciones contabilizadas en el balance nacional de carbono no están siendo contabilizadas doblemente. Esto podría ocurrir si hay proyectos privados de REDD+ o programas de REDD+ administrados por provincias, municipios o estados dentro del país, que venden créditos de carbono. Contar dos veces la misma reducción contribuirá a empeorar aún más la situación. Además, se suma a este riesgo de la doble contabilización, la realidad que la supuesta reducción en el caso de las emisiones de carbono evitadas por reducción de la deforestación o por plantar árboles siempre son supuestas reducciones. La reducción vendida como crédito de carbono o registrada en un balance nacional de carbono nunca puede ser comprobada porque no es posible prever lo que habría pasado con el bosque, ni es posible de hacer un cálculo adecuado sobre la cantidad de carbono contenido en un bosque.  (11)  
Un futuro incierto para los bosques y sus comunidades 
Los proyectos REDD hasta ahora implementados han mostrado que, además de ser una falsa solución al cambio climático, han creado una serie de problemas a las comunidades locales que tradicionalmente han vivido en los bosques,  desde la no consulta y la no información previa sobre la creación de áreas para la compensación de emisiones, hasta la imposición de restricciones severas al uso de sus bosques. Y lo que es peor es que estos proyectos también han mostrado no contribuir en lo más mínimo a asegurar el derecho y control de las comunidades sobre sus bosques. Esto queda expuesto en una revisión de más de 24 proyectos REDD implementados en América Latina, Asia y África. (12)
REDD ha sido incapaz de frenar la crisis climática, incapaz de frenar las verdaderas causas de la deforestación, e incapaz de mejorar las condiciones de vida de las comunidades dependientes de los bosques. Pero nada de esto fue aprendido por quienes suscribieron el Acuerdo de París.

(1) En Marrakech no hubo avances significativos en la definición de una hoja de ruta para la implementación del acuerdo de París. Sino más bien, hubo discusiones trancadas, sobre los problemas centrales que se crean a partir de la aprobación del Acuerdo, por ejemplo sobre la creación de un posible mercado de carbono, la doble-contabilización de las reducciones de emisiones que cada país contabilizará y sobre el financiamiento necesario para los países del Sur. Ver “Forest highlights from Marrakech” en http://www.fern.org/node/6209
(2) Acuerdo de París http://unfccc.int/files/meetings/paris_nov_2015/application/pdf/paris_agreement_spanish_.pdf
(3) http://ec.europa.eu/clima/policies/international/negotiations/paris_en
(4) http://www.climatechangenews.com/2015/12/07/scientists-1-5c-warming-limit-means-fossil-fuel-phase-out-by-2030/
(5) Going Negative, How carbon sinks could cost the Earth. FERN.  http://www.fern.org/sites/fern.org/files/Going%20negative%20version%202.pdf
(6) https://www.theguardian.com/environment/2015/jan/07/much-worlds-fossil-fuel-reserve-must-stay-buried-prevent-climate-change-study-says
(7) Ver artículo 4 del Acuerdo de París en: http://unfccc.int/files/essential_background/convention/application/pdf/spanish_paris_agreement.pdf
(8) Más información en Carbon Trade Watch: El mercado de emisiones: Cómo funciona y por qué fracasa. http://www.carbontradewatch.org/publications/el-mercado-de-emisiones-como-funciona-y-por-que-fracasa.html y en el folleto de Amigos de la Tierra Internacional: Financierización de la naturaleza: La creación de una nueva definición de la naturaleza. http://www.foei.org/es/recursos/publicaciones/publicaciones-por-tema/bosques-biodiversidad-publicaciones/financialization-nature-creating-new-definition-nature
(9), (10) Para leer más: 10 alertas sobre REDD para comunidades. http://wrm.org.uy/es/libros-e-informes/10-alertas-sobre-redd-para-comunidades/
(11) La introducción a la publicación '10 alertas sobre REDD para comunidades' explica porque debe-se hablar de supuestas emisiones reducidas en el caso de cálculos sobre carbono en los bosques en vez de reducciones reales y comprobables.
(12) REDD: una colección de conflictos, contradicciones y mentiras http://wrm.org.uy/es/files/2014/12/REDD-Coleccion_de_conflictos_contradicciones_y_mentiras_expandido.pdf
Fuente: Boletin del WRM

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