¿Qué viene después del capitalismo?

El capitalismo es un tema polémico y mucho de lo que se puede decir o pensar, está basado en la pura especulación. Mientras que prácticamente todo el mundo vive o es afectado por el sistema capitalista, en realidad, pocos saben con certeza cómo funciona y, muchos menos cómo desarticularlo. Pero ¿por qué preguntarse sobre el capitalismo? Y, sobre todo ¿por qué ponerlo a discusión?

Ecoosfera

Hay muchas consecuencias negativas del sistema económico que nos rige. La primera, es que su sustento ideológico se ha filtrado a otros ámbitos, como la política y el arte que se han convertido en mercados, en donde el valor que más importa es el dinero y adquirir nuevas posesiones. Por otro lado, el capitalismo nos ha hecho pensar, precisamente, que el dinero no sólo es parte de nuestra vida, si no que es natural. Natural como respirar o como tomar agua. El dinero y el valor monetario de las cosas nos parecen evidentes. Sin embargo, hay otras formas de valuar los objetos.
Realmente parecería que hemos olvidado que el capitalismo es sólo una forma de vivir.
Sin embargo, sus fallas se están haciendo notar y esto nos hace preguntarnos si existen otras formas de vida. Y debe haberlas, pues en el mundo, actualmente, hay más de 700 millones de personas en estado de pobreza extrema, probando lo poco democrático que es este sistema. Además, debido a la sobreexplotación del medio ambiente, el capitalismo podría colapsar por desabasto de los recursos que sostienen los estilos de vida que promueve. Flora, fauna y personas somos víctimas de las consecuencias de la explotación en el entorno natural.
El capitalismo no trabaja para todos y las evidencias son muy claras.
Por ello, por lo menos en su versión más tradicional, está siendo lentamente abandonado. Poco a poco, las generaciones jóvenes se ligan con un pensamiento complejo, que ya no responde a esquemas verticales. Ahora, se pone la mira en una comprensión del mundo mucho más horizontal, en donde las acciones de cada uno afectan en un sentido amplio a todo lo que lo rodea. Está visión, mucho más holística, apuesta por la regeneración en lugar de la explotación y por una comprensión del entorno, tal vez más humilde, en donde los humanos no somos dueños de la tierra, sino que nos co-constituimos con el entorno.
De esta forma han surgido —por lo menos teóricamente— nuevos esquemas económicos, sociales y educativos que, a este paso, podrían sustituir al capitalismo más pronto de lo que parece. Aunque los gobiernos y las grandes instancias económicas se rehúsan a ver el cambio como posibilidad, la forma de vivir, pensar y consumir de las generaciones jóvenes, podrían devenir en un cambio no sólo de perspectiva, también estructural e ideológico.
Estas son algunas de las propuestas, que podrían convertirse en la realidad después del capitalismo:
Economía circular
Este tipo de economía pretende imitar los procesos cíclicos de la naturaleza donde la basura de unos, es alimento de otros; la energía viene siempre de fuentes renovables, y los materiales que se descomponen vuelven a formar parte del entorno. La clave está no sólo en el uso de energías sustentables, también en fabricar productos comerciales que se puedan desensamblar fácilmente, de tal forma que sus partes sirvan para generar nuevos productos o que estén hechos de materiales biodegradables.
Economía basada en la tierra
En primer lugar, propone adoptar energías renovables. La idea central es acercarse a una forma de economía tribal, ligada a una visión indígena, en donde el espíritu de cada elemento natural tiene un valor propio. Esta visión económica piensa que tenemos que basar nuestros esquemas en sobrevivir, no en conquistar o conseguir más de lo necesario. La comida y la alimentación están al centro de esta economía, pues en los alimentos converge una relación equilibrada con la tierra y el desarrollo de la vida.
Economía regenerativa
Lo que comparte esta propuesta con otras es que se centra en el uso de energías renovables. La premisa central es que el capital original, que da pie a la producción de cualquier cosa, debería ser regenerativo y extensivo. Mientras que la economía regenerativa no se considera contraria al capitalismo —incluso supone que podría ejecutarse a la par del mismo— se trata de cambiar la visión completamente. Los dos recursos más valiosos deberían ser el sol y el medio ambiente, más que cualquier otro, sólo de esta forma se puede producir una economía plenamente sostenible.
Economía post-desarrollo
Esta propuesta ataca los problemas desde un lugar un poco distinto. La idea central es que el desarrollo económico no puede ser infinito, pues los recursos son finitos y el crecimiento de la población debería ser finito. En ese sentido, hay un punto en donde el desarrollo económico y social tiene que dejar de ser la meta central de la humanidad. Lo que importa es alcanzar mejores índices de bienestar, no de desarrollo. Esto, sin abandonar las características positivas que nos ha dejado el sistema existente. Por último, toda acción que busque bienestar en lugar de desarrollo deberá realizarse con vistas a la cooperación, a la justicia social y a la ecología, de forma local y global.
Economía del decrecimiento
Cercana a la propuesta anterior, pero distinta, pues esta sí está en contra del sistema capitalista. Se plantea abandonar dentro de lo posible la noción de desarrollo y promover una vida mucho menos dedicada a la producción de capital y centrada en la producción de bienestar social. Se refleja particularmente en la propuesta de trabajar menos y hacerlo de forma colaborativa y pasar más tiempo disfrutando actividades como arte, música, estar en la naturaleza, con la familia y todo tipo de manifestaciones de cultura.

Fuente: decrecimiento.info

Entradas populares de este blog

Científicos declaran oficialmente el fluoruro (flúor) como una neurotoxina

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Japón decidió deshacerse de todos los hornos de microondas en el país antes de finales de este año