Ballenas y tiburones a salvo en Palau





Por Stephen Leahy
NAGOYA, Japón, oct (IPS) - Palau, uno de los aliados más cercanos de Japón en materia de caza comercial de ballenas, declaró este sábado a todo su territorio marino, más de 600.000 kilómetros cuadrados, reserva de cetáceos, dugongos, tiburones y otras especies.
"No habrá más caza en nuestras aguas y no se molestará a los mamíferos marinos ni a otras especies", declaró el ministro de Ambiente, Recursos Naturales y Turismo de Palau, Harry Fritz. 

"Urgimos a otras naciones a unirse a nuestros esfuerzos para proteger a las ballenas, los delfines y otros animales marinos", añadió Fritz en conferencia de prensa en la 10 Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica, que comenzó el 18 de este mes y terminará el viernes de la semana que viene en la ciudad japonesa de Nagoya. 

Desde hace muchos años, Japón trata de anular la prohibición mundial sobre la caza comercial de ballenas con el apoyo de Palau. 

Japón es el mayor donante de asistencia al desarrollo de ese país insular, después de Estados Unidos. 

Además, muchos japoneses escogen sus islas como destino turístico porque hay bastante gente que habla su idioma. 

Pero "ahora Palau está a favor de conservar los mamíferos marinos, además de tiburones y otras especies", señaló Susan Lieberman, directora de política internacional de la organización estadounidense Pew Environment Group (PEW). 

"Es un anuncio muy significativo", dijo a IPS. 

"Japón seguirá siendo nuestro mejor amigo y esperamos trabajar en armonía para lograr objetivos comunes", declaró Fritz. 

Palau es un estado insular del océano Pacífico, a 800 kilómetros al este de Filipinas y a 3.200 kilómetros al sur de Tokio. Es una de las naciones más pequeñas del mundo con 22.000 habitantes. 

Japón invadió Palau en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) y fomentó la emigración de japoneses hasta la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), cuando Estados Unidos ocupó la zona. 

El presidente de Palau, Johnson Toribiong, anunció hace un año en la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas que sus aguas jurisdiccionales, con una superficie similar a la de Francia, serían una reserva de tiburones. 

La mitad de los escuálidos del océano están en peligro de extinción, en especial por la práctica de cortarles las aletas. 

Palau tiene por lo menos 11 especies de ballenas, incluida una población de cachalotes que se zambulle a más de tres kilómetros de profundidad persiguiendo a su presa. Otras 30 especies de cetáceos y delfines también podrán aprovechar las ricas aguas que rodean Palau, señaló Fritz. 

"La reserva promoverá el turismo de avistamiento de ballenas, que ya es un sector multimillonario y una oportunidad económica para la población de Palau", añadió. 

Desde 1986 rige una prohibición mundial de caza de ballenas. 

Pero Japón mata entre 600 a 900 rorcuales aliblanco y comunes al año en el Antártico para lo que llama "investigación científica", permitida en el marco de la prohibición. 

Noruega e Islandia también cazan cierta cantidad de ballenas lejos de sus costas. Esos países, entre otros, hicieron una fuerte presión para poner fin a la prohibición comercial de cazar especies como el rorcual, cuyas poblaciones se estiman en más de un millón de ejemplares. 

La mayoría de las poblaciones de ballenas son cada vez más pequeñas, incluidas las del océano Pacífico, debido a la caza practicada por empresas extranjeras, indicó Fritz. 

La reserva de Palau tiene un solo barco suministrado por Australia, pero operado por el gobierno para patrullar la vasta región. "Agradecemos a PEW la donación de combustible para que podamos salir dos veces al mes", dijo a IPS. 

"Recibí en agosto un informe de funcionarios estadounidenses en Guam según el cual más de 850 barcos pescan de forma ilegal en aguas jurisdiccionales de Palau", apuntó. Algunos fueron llevados ante la justicia y multados por el gobierno. 

Submarinismo, snorkel y otras actividades turísticas son las principales fuentes de divisas extranjeras de Palau, señaló Lieberman, de PEW. 

"Ballenas y tiburones valen mucho más vivos que muertos para la población de Palau", remarcó.

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