La caza nos mata (a todos)
Los cerca de un millón de cazadores españoles matan cada año 4,2 millones de conejos, 3 millones de perdices, 1,2 millones de liebres, 1,3 millones de codornices, 5 millones de palomas, becadas y patos, 120.000 jabalís y 60.000 ciervos (según Anuario INE). Para lograr tan sangrienta estadística disparan no menos de 250 millones de tiros. Ello supone arrojar anualmente al campo, al aire, a los cultivos, al agua, más de 4.000 toneladas de plomo, un metal pesado extremadamente tóxico.
No es una exageración ecologista. Dos recientes estudios de destacados profesores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) advierten de que esta permanente e invisible contaminación supone “una seria amenaza” para nuestra salud y la de la fauna salvaje. Y solicitan el cambio urgente de la munición por metales menos peligrosos en balas y cartuchos.
¿Se acuerdan de esas perdices o conejos guisados en los que la aparición de algún perdigón entre la carne era síntoma de su pedigrí campestre? Son puro veneno. Especialmente si los animales están cocinados en escabeche, pues el vinagre facilita la disolución del metal y el consecuente incremento de sus concentraciones en sangre. Los estudiosos además han constatando que aún quitando los perdigones antes de la cocción las concentraciones de plomo quedan casi intactas. Una vez ingeridos, este tipo de metales pesados se van acumulando poco a poco en el organismo, aumentando los niveles hasta provocar graves enfermedades e incuso la muerte. También en estos casos los niños son especialmente sensibles al veneno, ajenos al peligro que entraña el comer el jabalí que cazó su padre.
Resulta increíble. La Unión Europea ha prohibido el uso del plomo en pinturas y reducido a mínimos su presencia en los combustibles, pero no ha extendido esta prohibición a la munición cinegética. ¿A qué esperan?
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Aquí os paso el enlace de los dos trabajos científicos en donde se advierte del peligro para hombres y animales de usar munición de plomo:
Deborah J. Pain, Ruth L. Cromie, Julia Newth, Martin J. Brown, Eric Crutcher, Pippa Hardman, Louise Hurst, Rafael Mateo, Andrew A. Meharg, Annette C. Moran, Andrea Raab, Mark A. Taggart y Rhys E. Green (2010). “Potential Hazard to Human Health from Exposure to Fragments of Lead Bullets and Shot in the Tissues of Game Animals”. Plos One 5 (4): e10315. Doi:10.1371/journal.pone.0010315. Artículo de acceso libre.
Sergio A. Lambertucci, José A. Donázar, Fernando Hiraldo (2010). “Poisoning people and wildlife with lead ammunition: time to stop”. Environmental Science and Technology, 44 (20), pp 7759–7760. Artículo de acceso libre. —
Foto: © Hunter portrait / Dreamstime.com
http://blogs.20minutos.es/cronicaverde
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Se destruyeron cerca de 100 armas para el cuidado de la fauna misionera
El Ministerio de Ecología, Recursos Naturales Renovables y Turismo de Misiones destruyó cerca de cien armas que fueron secuestradas en distintos procedimientos realizados en los controles a cargo de guardaparques, guardafaunas e inspectores forestales, utilizadas en su gran mayoría para comerte delitos ambientales y en otras ocasiones, como elemento de seguridad de aquellos que infringen las reglamentaciones vigentes.
Junto a las armas, en la mayoría de los casos, se secuestraron otros elementos destinados a la caza y a la pesca furtiva, como así también al apeo ilegal de madera nativa, que fueron secuestrados y destruidos, o que quedaron a disposición de la justicia en las distintas jurisdicciones donde se cometieron las infracciones.
En esta oportunidad, cerca de cien rifles y escopetas de distintos calibres se destruyen con la intención de que estas armas no vuelvan a ingresar al circuito de la ilegalidad y de los delitos contra el ambiente, en una provincia caracterizada por su fauna nativa, con ejemplares únicos en peligro de extinción a causa de las actividades depredatorias.
En los últimos tiempos, desde el Ministerio de Ecología se intensificaron las acciones de control y vigilancia dentro de los parques provinciales y de las áreas naturales protegidas, ya sean de carácter pública o privadas, como así también en las propiedades con monte y fauna nativa, donde se detectaron constantes infracciones a las leyes XVI número 8 (Antes Ley 1040 y Decreto Reglamentario 3271/79); Ley XVI Número 11 (Antes Ley 1279 y Decreto Reglamentario 532/82) y Ley XVIII Número 28 (Antes Ley 4428).
La existencia de estas armas demuestra que el personal del Ministerio de Ecología se enfrenta a personas que van fuertemente armadas no sólo a cazar sino también a defenderse en su accionar delictivo, tal como se expuso en innumerables oportunidades tanto ante las máximas autoridades de la provincia, como de la Nación, en la búsqueda de soluciones definitiva a esta problemática.
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