Los rostros del mar y la productividad prodigiosa
Autor: Evelyn Pallotta - @eapallotta
Indiscutiblemente hemos entrado a la Era del Ambiente; el clima, el agua y la energía marcan nuestras vidas y nos recuerdan a diario que lo que le das a la tierra, ella te lo devuelve. La humanidad tiene inmensos desafíos con la pérdida de productividad y conservación de los océanos y los mares, esos grandes reservorios de agua que día a día contribuyen solidariamente con la especie humana, que regulan el clima mundial y proporcionan alimentos, medios de vida sustentables para muchos, escenarios de recreación y hasta elementos de inspiración para otros.
Y es que algunos de los aspectos que generan los cambios en las poblaciones de los distintos frutos de mar son perceptibles mientras otros pasan “agachados” ante la mirada de todos, mermando cada vez más los rendimientos de las aguas. Un pescador guerrero nativo de Barlovento, con una marcada experiencia en las labores de pesca, Foster, me advierte que “ahora uno le mete la mano al agua de la mar y esta calieeeeente”; otro, mientras oía atentamente a su colega de faena y asentía con su cabeza afirmando lo que Foster exponía, me dice, “ahora tengo que adentrarme hora y media, mar adentro para poder pescar: ya ni las sardinas se acercan a la costa. La contaminación de lo que botan los clubes y la cantidad de agua que baja de los ríos contaminados provocan una mortandad de peces, a veces hay una hediondez en la costa y la gente no sabe qué es, pues resulta que son moluscos muertos”, y Astudillo, como recorriendo y hurgando en su pasado, parecía pensar que era mejor el pasado y expone “eran los tiempos de Pérez Jiménez cuando yo estaba pescando, lo tumbaron y ni me enteré. Esa noche yo estaba sacando peces, pescando tranquilo en mi peñero cuando oí como unos cohetones…”. En verdad, desde las prácticas conocidas como artes de pesca hasta los efectos de los gases invernadero tienen su alícuota de impacto sobre la productividad del mar. Pesca de arrastre Las prácticas de pesca inapropiadas de todos los productos del mar marcan inexorablemente su productividad. En Venezuela hemos tenido adelantos en ese sentido con la regulación legal de la pesca de arrastre. La nueva ley de pesca, después de la consideración de un período de transición de un año -hasta marzo de 2009-, reguló a las empresas y barcos que practicaban pesca de arrastre, propiciando su migración hacia otras formas de productividad marina y dejando reponer a las especies de todo tipo que venían siendo extraídas de las entrañas del mar, sin tomar en cuenta su estadio de desarrollo lo que concluía en una gran pérdida de individuos juveniles y por tanto pérdidas masivas de las poblaciones de especies marinas. No obstante a estos avances legales, carecemos de un sistema eficaz de mediciones, publicación y difusión de los efectos y adelantos que hubiese tenido la puesta en vigencia de esta legislación. Contaminación
Esos grandes reservorios de agua llamados mares y océanos se ven influidos y su productividad impactada por las actividades humanas que de forma evidente se desarrollan en las costas y de forma no tan evidente se desarrollan aguas arriba, dado que el mar es el gran colector de todos los ríos que en él desembocan. Los ecosistemas marinos más vulnerables son los primeros indicadores biológicos que acusan recibo de los impactos, de la carencia de responsabilidad ambiental, los arrecifes coralinos entre ellos, que son organismos que sirven de asentamiento de la cadena alimenticia de mucha de la fauna marina y de lugar de reproducción de muchas especies comerciales. Estos son muy susceptibles al impacto negativo de la contaminación por aguas servidas no tratadas, por sobrepesca, aumentos de temperatura y acidez de las aguas debido a efectos de gases invernadero, excesos en el turismo, descargas de aguas calientes producto del funcionamiento de plantas generadoras de electricidad, cambios de salinidad y enturbiamiento de las aguas, producto de la erosión y arrastre de partículas causadas por las deforestaciones de manglares y quemas de vegetación. Una de las fuentes generadoras de productividad de los mares y océanos más desconocidas por nuestra población es el plancton o microorganismos de origen vegetal y que en la cadena trófica animal que constituye el elemento de nutrición primordial de los peces en su fase larval, éstos a los peces juveniles y a su vez éstos a los adultos. El crecimiento y presencia de la población del plancton es el resultado de la interrelación de variables que van desde las temperaturas de los mares hasta la presencia de contaminantes químicos, pasando por el grado de acidez, turbidez y dilución de los elementos químicos en el mar. Cambio climático y gases invernadero El tan nombrado cambio climático producto de la presencia “agachada” pero creciente en la atmósfera de gases invernadero generado por el aumento de talas y quemas indiscriminadas para ocupar el territorio, basurales, escapes de gases de vehículos, entre otros, es cada vez más identificado por la gente y constituye uno de los elementos que contribuyen con la disminución de la productividad marina. Estos gases generan cambios potenciales en el grado de acidez de los mares, su temperatura, la dilución de sus sales y el nivel de los mismos. La acidificación de los mares, producto de la presencia creciente de CO2, afecta la subsistencia de los arrecifes coralinos. La publicación científica Science establece que estudios realizados por la Universidad de Qeensland, Australia, reportan que el 98% del mar estará impactado siendo que un tercio del CO2 atmosférico es absorbido, contaminándolo progresivamente y afectando los arrecifes coralinos. De ellos, los situados en el mar Caribe serán unos de los primeros afectados para el 2050 y por ende todo lo que depende de su presencia. Estos impactos negativos de los gases de efecto invernadero no sólo constituyen una amenaza cierta a las poblaciones marinas y a las comunidades humanas que se han asentado en las costas, también amenazan la productividad de los países cuando los impactos sobre algunos parámetros ambientales puedan variar los niveles del mar y se vean desplazadas las infraestructuras, las comunidades que las habitan y las actividades que en ellas se desarrollan.
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