EL OBRERO QUE CRITICÓ A LOS AMBIENTALISTAS ES UN FALSO POSITIVO.
Un contrapiquete busca aislar un reclamo por la minería y hay tensión
Lo protagonizan supuestos mineros. Y tienen apoyo de la policía local.
Un contrapiquete de supuestos trabajadores mineros auxiliados por la Policía catamarqueña impidió ayer el paso de la prensa y de personas “foráneas” hacia la ciudad de Andalgalá (Catamarca) y las protestas que allí se desarrollan contra los emprendimientos de Bajo La Alumbrera y Agua Rica.
“Documentos”, pidió primero un policía a los enviados de Clarín en el acceso sur de Andalgalá. Luego de verificar que la documentación del vehículo y de su conductor estuvieran en regla, el agente, que no se identificó , se comunicó por teléfono con los “promineros” que cortaban la ruta a 200 metros de allí, con una rueda de tractor atravesada sobre la ruta.
“No queremos dejar entrar a foráneos, porque acá los ambientalistas son casi todos foráneos”, expresó un hombre que se identificó como Carlos Alvarez y que dijo ser empleado de una contratista de las mineras. La misma escena se repitió con otros medios de prensa y, por ejemplo, con un equipo del Servicio Paz y Justicia (Serpaj).
Alvarez, rodeado de otros fornidos compañeros, amplió sus argumentos: “No queremos que pase lo del 15 de febrero de 2010. Sabemos que están convocando gente de todos lados, como Esquel y Famatina, para que vengan acá a provocar otra revuelta”. Hace dos años, la Policía provincial reprimió una protesta del mismo grupo de ambientalistas, que ahora se sumó a las protestas contra las mineras que en las últimas semanas hubo en otros puntos del país, la Asamblea El Algarrobo.
“Esto es verdaderamente un sitio a la ciudad y hacia nosotros”, se quejó una mujer de la asamblea El Algarrobo a la que todos llaman “Rosita”. Los ambientalistas mantenían sendas protestas en la plaza principal de Andalgalá y en un pueblito llamado Chaquiago, ubicado al norte de esta ciudad, camino a las mineras . Bajo la Alumbrera se encuentra a unos 80 km de Andalgalá, mientras que Agua Rica, a apenas 17 km. Andalgalá tiene unos 10 mil habitantes y, según los defensores de la explotación minera, da trabajo directo e indirecto a unas 5 mil familias de la zona.
Los ambientalistas aseguraron que los “promineros” cuentan con el apoyo de cinco concejales oficialistas y de un ex concejal de apellido Boggio. También señalaron a una persona llamada “Tili” Díaz, a quien vincularon con el secretario de Minería de la Nación, Jorge Mayoral.
Los cortes “selectivos” de los “promineros” también alcanzaron a las rutas que llegan desde Pomán y Belén, e incluso a un camino de tierra alternativo. Los supuestos trabajadores mineros también impidieron la toma de fotografías, incluso a la pasajera de un ómnibus de línea retenido por el piquete.
“Nosotros queremos garantizar la paz social no dejando entrar a ninguna gente de este tipo, porque para nosotros estos activistas ya pasaron a ser terroristas ”, explicó el supuesto trabajador minero que se identificó como “Carlos Alvarez”. Sus argumentos parecieron coincidir con los esgrimidos en la llamada “ley antiterrorista” que aprobó el Congreso el año pasado y por la que volverán a protestar este miércoles agrupaciones de izquierda en Buenos Aires (ver página 6 ).
Pese a una corrección de último momento incorporada por el oficialismo, la ley es tan ambigua que permitiría a los jueces duplicar las penas de quienes hagan manifestaciones sociales como las que actualmente se están llevando a cabo en esta zona, según denunciaron desde la oposición.
Entre las víctimas del contrapiquete de ayer se encontró, por ejemplo, un equipo del Servicio Paz y Justicia (Serpaj), la fundación liderada por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, quien, pese a no estar allí, fue insultado y declarado por uno de los “promineros” como persona no grata en el lugar.
Foto: A favor. Un grupo a favor de la minería, en la localidad de Belén. La polémica, en varios puntos de Catamarca.
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Estela Knez (IPODAGUA)
El pasado 9 de febrero, en una de sus casi cotidianas apariciones televisivas, en esta ocasión mediante un video conferencia desde la Casa Rosada efectuada con motivo de la inauguración de obras de una empresa cementera de Olavarría, mantuvo una amena conversación con el Sr. Vicepresidente Boudou. Dado que el locutor oficial, tras anunciar a los funcionarios públicos y autoridades de la empresa presentes, omitió mencionar a un señor parado junto a ellos, camuflado de minero con un simpático casco amarillo, Boudou hizo una pausa en su afición por sonreír con desmesura y aplaudir vehementemente ante cualquier expresión de la Sra. Presidenta, y presentó a este personaje, definiéndolo como “un trabajador de la empresa”. Sobre la verdadera identidad de, según la Presidenta, “Antonio”, que en realidad se llama Armando César Domínguez, ya numerosos medios, incontables páginas de Internet y miles de usuarios de redes sociales se han ocupado de aclarar, con no poca ironía, que es un encumbrado dirigente del PJ de la mencionada localidad, y del sindicato AOMA (Asociación Obrera Minera Argentina). En uno de los pasajes de esta bufonada montada por autoridades nacionales, Cristina dijo que nadie puede acusar a Domínguez “de ser hombre de la Barrick”, ocultando que AOMA, cuya conducción nacional integra el nombrado, solicitó –en conjunto (o mejor, en complicidad) con la Cámara Minera de San Juan, y otras entidades privadas relacionadas con la minería- y obtuvo un fallo judicial que ordena la suspensión parcial de la ley de protección de glaciares (n º 26.639) en la provincia de San Juan, resolución que –por curiosa coincidencia- beneficia directamente a los emprendimientos mineros Pascua Lama y Veladero de propiedad de Barrick Gold Corporation. Por su parte, al concluir su guión en esta opereta, Domínguez pidió a la jefa de estado, mostrando aquí lo mas ruin de su infame actuación, que no permitiera que se corte el paso a los camiones que van a las mineras, porque, según él, no llevan explosivos y cianuro que van a arrasar con glaciares, montañas, contaminar cursos de agua y comprometer la salud y la vida de miles de personas, sino “alimentos y medicamentos”.
Evidentemente, todo resultó una puesta en escena, que podría calificarse de comedia si no fuera que se montó en momentos en que multitudes de pobladores de provincias cordilleranas, apoyados solidariamente por mucha gente en otras provincias, están resistiendo pacíficamente y manifestando que no quieren megaminería en sus pueblos. Esta verdadera canallada que armó el estado nacional, constituyó lamentablemente un aval anticipado a una de las represiones recientes más feroces, que la policía del gobierno kirchnerista de Catamarca desató, al día siguiente, contra una muchedumbre de pobladores en la localidad de Tinogasta que impedían sin violencia el paso de camiones mineros, y ha dado carta blanca para que por estas horas, Andalgalá se encuentre sitiada por patotas promineras armadas que, con la inconcebible indiferencia de la policía y de toda autoridad gubernamental, está amenazando a la gente del lugar, agrediendo a medios de prensa no oficialistas, e imposibilitando que nadie pueda entrar o salir de la ciudad. En el fondo, aunque significó un auténtico papelón, el sainete “del operario Antonio”, no fue sino una demostración mas de que el gobierno nacional está comprometido hasta el hueso con el modelo extractivista megaminero, cueste las libertades y las vidas que cueste, aunque los medios oficiales se empeñen en aparentar que es ejecutado por exclusiva decisión de los gobiernos provinciales.