El biólogo argentino que rescató más de 400 cóndores andinos
Para el biólogo argentino Luis Jácome la ciencia y la cosmovisión son dos partes fundamentales de su trabajo. En agosto de 1991, se embarcó en un proyectó para promover la conservación del cóndor andino (Vultur gryphus), un imponente carroñero que constituye un símbolo prominente de la cultura andina y desempeña un papel clave en el equilibrio ecológico de la costa patagónica y la Cordillera de los Andes.
Florencia Tuchin
Al comenzar con esta iniciativa, Jácome se dio cuenta de que los pueblos originarios honraban al ave ya que por su cosmovisión veían una relación ancestral. Esas ideas se volvieron claves para su trabajo. "Mi intención fue unir el último avance biotecnológico con la tradición de los pueblos. Es por eso que, para mí, la ciencia y la cosmovisión son como las dos alas que permiten el vuelo. Cada nacimiento o liberación, se celebra con ceremonias", dice el biólogo.
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A comienzos de la década de 1990 comenzó a surgir entre las organizaciones conservacionistas una creciente preocupación por la disminución de la población de cóndores, víctimas de cazadores inescrupulosos, la ingestión de balas de plomo o cebos tóxicos, y el impacto de las líneas de alta tensión y los cambios en el medio ambiente.
Entonces, en 1991, Jácome puso en marcha el Programa de Conservación del Cóndor Andino (PCCA), una iniciativa conjunta entre Argentina y Chile. Dos años más tarde, inició un programa de cría, el primero de su tipo en América Latina, con el objetivo de aumentar la población de cóndores. También solicitó la ayuda de Mike Wallace, del Zoológico de Los Ángeles, que había desarrollado técnicas de cría en cautiverio para el cóndor californiano. El ingenioso método de Wallace incluye la manipulación de los pichones con marionetas de mano que simulan la cabeza de un cóndor. "Al aislar a los pichones de todo contacto humano, evitamos acostumbrarlos a la presencia humana", explica Jácome. "Los pichones se crían durante dos meses con el uso de marionetas de látex, y luego pasan a socializar con otros cóndores hasta que completan su plumaje marrón ocre característico de los cóndores juveniles. A los seis meses, están listos para ser introducidos en la naturaleza", agrega. Como parte del proyecto, en 1993 se produjo el primer nacimiento en cautiverio de un pichón de cóndor incubado de forma artificial en América del Sur.
Luis Jácome, Laureado del Premio Rolex
Jácome es licenciado en ciencias biológicas y biotecnología de la Universidad CAECE en Buenos Aires. Al tiempo que lidera el Programa de Conservación del Cóndor Andino, Jácome cumple una función destacada en otras organizaciones de conservación. Es presidente de la Fundación Bioandina Argentina y codirector del Programa Binacional de Conservación Cóndor Andino de Chile y Argentina. Entre 2002 y 2016, se desempeñó como gerente de conservación y ciencia en el Zoológico de Buenos Aires; entre 2008 y 2016, fue coordinador del Comité de Conservación de la Asociación Latinoamericana de Parques Zoológicos y Acuarios (ALPZA), además de promotor del Proyecto de Conservación de la Asociación Mundial de Zoológicos y Acuarios (WAZA).
En 1996, Jácome se presentó a los Premios Rolex a la Iniciativa y fue elegido como uno de los Laureados. "Ese reconocimiento me dio cierto respaldo internacional y soporte económico, que me permitió comprar binoculares, monóculos, trípodes, GPS e incubadoras", recuerda.
A diferencia del resto de programas de premios y becas, los Premios Rolex no se han diseñado para reconocer logros del pasado, sino que se otorgan a proyectos nuevos o en curso. Para ser elegido, se requiere un proyecto visionario original que pueda beneficiar a la humanidad o al planeta, así como habilidades y determinación para ponerlo en marcha. Los proyectos que reciben estos premios se centran en el medio ambiente, la ciencia y la salud, la tecnología aplicada, el patrimonio cultural y la exploración. En cada edición bienal se eligen a cinco Laureados. Cada uno, recibe financiación para poner en marcha su proyecto y se convierte en miembro de la red de Laureados Rolex, muchos de los cuales colaboran entre sí. Los 155 hombres y mujeres seleccionados desde 1976 incluyen un extraordinario grupo de pioneros en distintas localizaciones geográficas y con una amplia variedad de habilidades. Los Laureados han incluido a arqueólogos, arquitectos, educadores, ingenieros, emprendedores, exploradores, cineastas, geólogos, médicos, microbiólogos, alpinistas, físicos, primatólogos, sociólogos, veterinarios y biólogos especializados en fauna salvaje.
Un año después de haber obtenido el galardón, Jácome logró la primera reintroducción de cóndores en el Valle Encantado, en la Patagonia argentina. En la actualidad, su equipo rescató 427 cóndores silvestres, crió 81 pichones y liberó 232 cóndores en Sudamérica. "Para mí es un privilegio ver nacer al cóndor, acompañarlo en su crecimiento, poder liberarlo, verlo crecer y que tenga sus propias crías", dice.
Si bien el cóndor es una de las aves voladoras más grandes del mundo y tiene una de las mayores expectativas de vida, pudiendo llegar a vivir 70 años, enfrenta numerosas amenazas para su supervivencia a lo largo de su vida y ha sido clasificado como especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). "Hoy una gran preocupación es el desarrollo de mega parques eólicos para la producción de hidrógeno verde. En Europa, aves y murciélagos mueren en las aspas de los aerogeneradores. Es importante contar con una planificación estratégica para no cometer los mismos errores que en Estados Unidos o Europa", dice Jácome.
El biólogo cree que no es posible salvar al cóndor andino actuando de manera aislada, y que se requieren muchas acciones para garantizar la supervivencia de esta ave. Expresa: "Si podemos abordar cuestiones como el cambio climático, la contaminación y la destrucción de hábitats naturales, tanto nosotros como los cóndores podemos prosperar".
Fuente: https://www.cronista.com/negocios/el-biologo-argentino-que-rescato-mas-de-400-condores-andinos/