Francia / Las Sublevaciones de la Tierra: actualización

Tuvimos ocasión de intercambiar información con miembros de Les Soulèvements de la Terre (Las Sublevaciones de la Tierra) y del sindicato Solidaires sobre la situación después de la represión de Sainte-Soline y las protestas contra la reforma de las pensiones que transformaron el panorama político el pasado fin de semana.

En esta charla nos dieron más razones para entender esa participación masiva (30.000) de activistas en Sainte-Soline. Según nos contaron, esa zona del oeste central de Francia, cerca de Poitiers ha visto sus humedales drenados y secados para dar paso a la agricultura intensiva. Por ello, se han perdido muchos ecosistemas, pero sobre todo ha afectado a su ecología en general pues eran sistemas que contribuían a una abundancia hídrica, que ahora es menos y a la que la emergencia climática afecta todavía más. El cultivo que se ha impulsado es el maíz sobre todo para la exportación y para engordar ganado. Por tanto, la similitud con otros países que siguen el mismo modelo y con los mismos impactos es obvia (Argentina, Brasil, Paraguay, o los mismos EEUU).

Esa política ha sido negativa para los pequeños agricultores que no han podido competir, que han perdido sus tierras a las grandes empresas, a la especulación, y que han abandonado sus tierras y granjas. Por eso también se entiende el apoyo enorme con que cuenta el sindicato de campesinos.

                                   Protestas en repulsa de la represión de Sainte-Soline (Bassines Nonmerci)

Protestas del 30 de marzo (Bassines Nonmerci)

Ahora, esa crisis hídrica entra en otra fase porque los mismos que secaron los humedales son los que se sirven de sus medios y tecnología para extraer el agua de acuíferos para sus  producciones: de ahí llenan las balsas y usan el agua para regadío. Nuevamente, como las activistas apuntan «se sirven de recursos naturales, recursos públicos, para su beneficio particular». Y con lo que eso puede suponer ecológicamente pues es agua que existe en esos pozos pero seguramente alimentará manantiales y ecosistemas. Y su efecto climático y en la crisis hídrica será también considerable: como el representante de Solidaires apuntó, para el año 2050  de tres ciudadanas francesas carecerá de agua.

Como nos informan, la otra idea que subyace en este caso es que «toda la región se ha convertido en un laboratorio para el sistema agrícola para ser exportado al resto de Francia».
Y como decíamos, parte de movimientos anteriores, de las marchas gigantes contra el aeropuerto de Notre-Dame-des-Landes, un poco más al norte, cerca de Nantes,  y ahora contra las balsas de regadío. De hecho, Soulèvements de la Terre se formó en enero de 2021 en esa misma ZAD de Notre-Dame-des-Landes como movimiento contra el acaparamiento y la artificialización de tierras. En concreto, ésta era la 5ª gran marcha contra estas infraestucturas y el modelo que las impone. El 3 de octubre también se juntaron 8000 personas en tres bloques para parar una de esas mega-balsas.
El objetivo de Bassines Non Mercy (Balsas no Gracias) y la Paysan Federation (Federación Campesina) es el entablar diálogo con el gobierno para incidir y parar este modelo. Pero sin duda, también subyace en todas estas movilizaciones y a radicalidad que se vive e el estado francés es la denuncia del gro autoritativo del gobierno de Macron con su decisión de introducir modificaciones y políticas evitando su discusión en el Parlamento. Esta decisión anti-democrática deja en evidencia la ya conocida política macroniana en favor de unos pocos y contra los intereses generales del Pueblo.
Ahora un nuevo lema ha sido asumido: «NO BASSARÁN!», evocando al lema republicano de la Guerra Civil y otras (Nicaragua, etc) y las aborrecidas bassines o balsas de irrigación.

Fuente: https://aplaneta.org/2023/04/03/las-sublevaciones-actualizacion/

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