La “gran banca” calienta la hoguera de la crisis climática

El titular llama la atención: “Deutsche Bank anuncia el final de sus inversiones en compañías de combustibles fósiles”. La noticia continúa con declaraciones de un portavoz del gran banco alemán en las que este señala que la entidad se compromete a ser una institución financiera responsable y sostenible. “Creemos que esto es lo correcto para el planeta y para nuestro futuro”, añade el supuesto representante. En el último párrafo, sin embargo, un jarro de agua fría. 350.org, organización ecologista centrada en la lucha contra la crisis climática, responsable de la supuesta noticia enviada a medios en forma de nota de prensa comunica que, “desafortunadamente”, la noticia es falsa. “Desearíamos que fuera cierta, pero el banco alemán continúa invirtiendo en combustibles fósiles”.

Por Pablo Rivas

La acción comunicativa forma parte de la campaña #BreakUpWithDeutscheBank (#RompeconDeutscheBank), por la que 350.org pretende presionar al gran banco alemán para que retire los miles de millones que tiene invertidos en las industrias que más emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) generan, persuadiendo a sus clientes de que cambien a entidades con mayor grado de sostenibilidad. La entidad no es un actor menor en esta industria. Entre 2016 y 2021 ha financiado la expansión del capital fósil con 85.953 millones de dólares, según los datos de la última edición del informe Banking on climate chaos, publicado por Rainforest Action Network, BankTrack, Indigenous Environmental Network, Oil Change International, Reclaim Finance y Sierra Club, una investigación anual que cuenta además con el respaldo de tres centenares de organizaciones. Son inversiones multimillonarias que van a parar a prospecciones petrolíferas, expansiones de yacimientos de gas y ampliaciones de todo tipo de infraestructura fósil bajo la promesa de una retorno de intereses en una industria que sigue obteniendo beneficios récord a costa de la salud del planeta.
Ni París
El informe recopila y contabiliza las inversiones desde 2016 por ser el año en que se adoptó el Acuerdo de París, un texto pensado como el plan definitivo para limitar el aumento medio de temperatura global a 1,5ºC pero que ocho años después tiene demasiados flecos por cerrar mientras sus conclusiones quedan desfasadas por aceleración de la crisis climática. Desde entonces, los 60 bancos más grandes del mundo han financiado a la industria de los combustibles fósiles con la nada despreciable cifra de 4,6 billones de dólares, 742.000 millones de ellos solo en 2021.
Cuatro bancos ostentan el dudoso honor de formar parte del podio de la financiación fósil: los estadounidenses JPMorgan Chase, Citi, WellsFargo y Bank of América. Juntos suman un cuarto de todo el montante que han hecho llegar a la industria del petróleo y el gas.
Financiación global a la industria fósil por parte de los 60 mayores bancos del mundo, en miles de millones de dólares. Fuente: Banking on Climate Chaos.
Lejos de ser una tendencia a la baja, las entidades responsables del informe remarcaban que, a pesar del estancamiento de las inversiones en 2021 —fruto de “la recuperación dilatada de la pandemia de covid-19”—, los niveles de inversión fósil aún son superiores a los de 2016. Es por ello que subrayaban “la necesidad de que los bancos implementen de inmediato políticas que pongan fin al financiamiento de la expansión de los combustibles fósiles y comiencen a reducir a cero su apoyo”.
Con todo tipo de mensajes al público anunciando la sostenibilidad de la banca global, la realidad es que las 450 entidades que capitalizan el 40% de los activos globales se han comprometido a que sus inversiones sean cero emisiones, pero en 2050, una fecha para la que aún queda un cuarto de siglo y en la que, al ritmo actual, la crisis climática habría sobrepasado los 1,5ºC de calentamiento medio global, acabando con el objetivo del Acuerdo de París. Así lo acordaron en la COP26, con un pacto que, dicho sea de paso, ni siquiera es vinculante.
Santander, BBVA y Caixabank
El capital español está muy metido en este juego de humos y beneficios. Si Deutsche Bank ocupa el puesto 22 en cuanto al montante de inversión fósil 2016-21, el Santander ostenta el puesto 32, con 42.913 millones; el BBVA el 42, con 26.273 millones; y Caixabank el número 56, con 5.471 millones.
Al respecto de la entidad financiera española que más capital aporta a la crisis climática, la confederación Ecologistas en Acción y la ONG Mighty Earth acaban de publicar un informe que analiza en detalle las inversiones de esta en las industrias que producen la crisis climática, lo que incluye inversiones en gas natural licuado, préstamos a grandes multinacionales ganaderas y activos en empresas culpables de deforestación a gran escala.
“El Santander es un banco que financia muchísimo a diferentes multinacionales con base en América y que tienen una actividad enorme relacionada con la deforestación en países como Brasil”, señala Carlos Bravo, portavoz de Mighty Earth y uno de los responsables del informe. Se refiere a compañías como JBS, Marfig y Minerva principales exportadores brasileños de carne de vacuno e implicados directamente en la destrucción de bosques en zonas como la Amazonía o la sabana de El Cerrado. Entre las tres representan más del 45% del ganado criado y sacrificado en la Amazonia.
Los datos recopilados por las dos organizaciones señalan que la entidad presidida por Ana Patricia Botín-Sanz es la segunda institución financiera de la UE —tras HSBC— que más créditos concede a estas compañías. Entre 2013 y 2019, Santander las financió con al menos 1.370 millones de dólares. “Son grandes empresas de la industria, especialmente del negocio de la carne, que tienen unas emisiones de gases de efecto invernadero enormes, tanto directas como indirectas, que en el caso de JBS superan las emisiones de un país como Italia”, denuncia el representante.
Lejos de parar en 2019, desde entonces el Santander ha participado en ocho de las nueve emisiones de bonos que ha realizado JBS, aportando 7.150 millones de dólares. Esto coloca a la entidad entre los 20 bancos que no solo están financiando la deforestación en las selvas tropicales, sino también las mayores emisiones de metano —un gas con un potencial de calentamiento climático 84 veces mayor que el CO2 en los primeros 20 años— relacionadas con el sector ganadero a nivel mundial.
Asimismo, entre 2010 y 2022 el Santander ofreció créditos por valor de 11.067 millones a los sectores más implicados en la deforestación, según la investigación, lo que incluye compañías dedicadas a la madera, el papel, el aceite de palma, la carne de vacuno, la soja y el caucho.
En la misma línea, y centrada en esta ocasión en inversiones a nivel estatal, otra investigación —esta vez firmada por Amigos de la Tierra y publicada el pasado 23 de marzo—, cifraba en más de 2.000 millones los préstamos realizados por la banca española a compañías del sector cárnico y lácteo, “responsables de contaminación medioambiental, aumento de emisiones de C02, prácticas contra la competencia y explotación laboral, entre otros costes sociales”, denunciaban las autoras del informe.
Gas licuado fósil estadounidense
Respecto a la financiación de la energía fósil, el informe destaca un aumento del interés del sector financiero por el gas natural licuado (GNL), incluso con inversiones a 30 años, lo que significa que las entidades están asegurando financiación al fósil más allá de la meta del cero neto global del 2050.
Es el caso de las realizadas por la banca española en la compañía estadounidense Venture Global LNG, multinacional destinada a la producción de gas natural. El Santander —como entidad principal—, BBVA y Caixabank están entre los prestamistas del proyecto Plaquemines LNG, una planta de Licuefacción de GNL que la compañía está construyendo en el Golfo de México para la que ha obtenido 21.000 millones de dólares de inversión y que ha contado con una fuerte oposición ciudadana en Estados Unidos.
El Santander participó, entre abril de 2021 y septiembre de 2022, en la colocación de bonos para Venture Global por valor de 3.000 millones de dólares, tal como señalan los datos proporcionados por la organización independiente Profundo a los que ha tenido acceso Ecologistas en Acción. “Se trata de una inversión muy controvertida”, denuncian desde Mighty Earth y Ecologistas en Acción, “ya que las organizaciones locales alertan de la contaminación del aire en la zona y de los problemas de salud que está provocando en la población local”.
Pero el estadounidense no es ni mucho menos el único proyecto fósil futuro en el que participan el Santander o el BBVA. Como señala el informe ¿Quién financia la expansión de los combustibles fósiles en África?, publicado en la Conferencia sobre el cambio climático de Sharm el Sheij (COP27) y firmado por una treintena de organizaciones ambientales, las dos entidades aparecen entre las 20 que mayor financiación aportan a la expansión de los combustibles fósiles en África. En concreto, el Santander aparece en el puesto 16, con 1.984 millones de dólares y el BBVA en el 20, con 1.352 millones.
“El Santander ha firmado un montón de compromisos de responsabilidad social corporativa y medioambientales, pero al final lo que vemos es que todos estos bancos, y este en particular, están invirtiendo enormes cantidades de dinero para financiar la deforestación o los combustibles fósiles”, lamenta Bravo, quien denuncia: “Están favoreciendo la continuación de los combustibles fósiles hasta después del 2050, ¿qué compromiso es ese?”
Transición financiera
Desde las dos organizaciones lanzan una serie de recomendaciones al Banco Santander en materia de deforestación y relación con las industrias fósil y armamentística, sector este último en el que la entidad ha financiado a las grandes empresas de armamento y militarización de fronteras con más de 4.000 millones entre 2020 y 2022 a pesar de que las políticas del banco prohíben supuestamente la financiación de armamento militar.
Respecto a la deforestación, exigen que la banca suspenda cualquier servicio, financiación o contrato con aquellas empresas que no demuestren de forma transparente que cumplen plenamente sus acuerdos de no deforestación. También exigen a las empresas energéticas, cárnicas y lácteas financiadas por la banca española que publiquen información cuantificada, verificada de forma independiente y completa sobre las emisiones de metano, tanto directas como indirectas, por línea de producto.
En lo referente a la industria fósil, piden a la banca que cumpla con los acuerdos globales firmados, especialmente el Net Zero Banking Zero Alliance, un pacto promovido por la Iniciativa Financiera del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente y firmada por el Santander, que tiene entre sus objetivos acabar paulatinamiente con las emisiones atribuibles a las carteras de préstamos e para alinearse hacia las cero emisiones netas para mediados de siglo o antes. El acuerdo incluye “establecer objetivos intermedios para 2030, o antes, para los sectores prioritarios de gran intensidad de GEI y de emisión de GEI”.
Así, frente al anuncio de compromisos climáticos y medioambientales como el mencionado, que luego quedan en saco roto, Ecologistas en Acción y Mighty Earth advierten de que  la sociedad “debe estar vigilantes para evitar el lavado verde (greenwashing) y exigir una responsabilidad corporativa al Banco Santander que realmente sancione este tipo de inversiones y que permita una redirección de los flujos financieros hacia actividades que no impacten en la vida de las personas y la salud del planeta”.

Pablo Rivas. Coordinador de Clima y Medio Ambiente en El Salto. @PabloRCebo
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/cambio-climatico/santander-deutsche-bank-banca-calienta-hoguera-crisis-climatica- Imagen de portada: Fuentes: El salto [Imagen: Acción de Extinction Rebellion en una sucursal del Banco Santander en la capital cántabra. Foto: Extinction Rebellion Cantabria]

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