Argentina / Diez años de agroecología en Guaminí: semillas para una nueva ruralidad
Una charla pública con productores devino en una organización, en trabajo conjunto, una cooperativa y luego una red para la vuelta al campo y la elaboración de alimentos sanos. Crónica de lo sucedido en la localidad de Guaminí, donde la agroecología es una de las bases del modelo agropecuario con trabajo local y cuidado de la salud y el ambiente. La importancia de la acción colectiva y de las políticas que acompañen estos procesos.
Por Marcelo G. Schwerdt*
Guaminí es una localidad del extremo oeste bonaerense. El fomento de la agroecología surgió en 2014 como una política municipal inédita hasta entonces. Fue fruto de la búsqueda de opciones ante las aplicaciones de biocidas en zonas pobladas y en escuelas urbanas y rurales, y ante la contaminación de fuentes de agua para consumo humano. A diez años de los primeros pasos de la experiencia, es interesante examinar el rol de las políticas públicas y la retroalimentación de las mismas desde el territorio, como andamiaje y contexto para la materialización y expansión de la agroecología.
En abril de 2014 el ingeniero agrónomo Eduardo Cerdá brindó en Guaminí una charla para productores, vecinos y funcionarios sobre la experiencia del establecimiento La Aurora (ubicada en el distrito Benito Juárez, en el centro sur de Buenos Aires). La charla despertó gran interés entre una minoría de los productores locales asistentes. La situación fue advertida por la Dirección de Medio Ambiente y Recursos Hídricos municipal (que organizaba la charla) e inmediatamente inició gestiones para la conformación del grupo de productores agroecológicos del distrito.
Las primeras experiencias de transición a la agroecología resultaron altamente positivas. Se sostuvieron los rindes, descendieron significativamente los costos y se obtuvieron semillas propias, sobre todo de especies leguminosas (alfalfa, vicia, trébol rojo, entre las principales ) casi desaparecidas de los planteos agrícolas y forrajeros en la zona. Para fines de 2015, la superficie producida de forma agroecológica ya había crecido un 500 por ciento.
En 2016 se creó en Guaminí el Centro de Educación Agraria Nº 30, institución de educación no formal provincial que toma a la agroecología como base identitaria. Ese mismo año se formalizó la Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología (Renama). Ambos hitos independientes tuvieron en común los actores involucrados y un territorio que se erigió como un faro que alumbraba una nueva senda posible.
A través del trabajo en red se inició la visibilización de la agroecología como construcción permanente y concreta, mediante el desarrollo de experiencias de producción innovadoras, valorización local de las producciones primarias e inclusión, con actores principales tanto locales (la Municipalidad y el CEA Nº 30) como a nivel país.
En otras provincias, la Renama amplificó los resultados de estas experiencias pioneras, generando un creciente florecimiento de nuevos contagios agroecológicos, conectando grupos de productores, ONGs, vecinos autoconvocados, instituciones de la ciencia y la tecnología, actores municipales, provinciales, nacionales e incluso la FAO (organismo de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación).
En 2018 se acompañó la creación de la Sociedad Argentina de Agroecología y, en 2020, la inédita conformación de una Dirección Nacional de Agroecología, redundando en la expansión y escalamiento de la agroecología extensiva (en grandes superficies), alcanzando unas 4.000 hectáreas en Guaminí, unas 200.000 vinculadas a la Renama en nueve provincias y más de medio millón de hectáreas en todo el país, según el Censo Agropecuario de 2018.
Un año después se inició una estrategia dirigida a la organización de producciones agroecológicas intensivas (en pequeñas parcelas). En octubre de 2019 se conformó el grupo de productores agroecológicos intensivos de Guaminí. El CEA Nº 30 brindó un acompañamiento fundamental con visitas a las unidades productivas, con impulso a los no muy convencidos, con capacitación y apoyo en procesos de planificación productiva y gestión de insumos básicos. Así como también con el armado la documentación para la formalización cooperativa.
Este recorrido decantó en la formación de la primera cooperativa agroecológica de la región: Familias Rurales Agricultoras y Artesanas Guaminenses Agroecológicas “La Fraagua Ltda.”. Inicialmente se conformó con las familias rurales vinculadas al CEA Nº 30.
En este período se evaluaron los distintos ejes productivos con potencial desarrollo en la zona. Se advirtió una horticultura residual, prácticamente invisible a la comunidad, de traspatio y venta de excedentes (a excepción de un único productor consolidado pero muy aislado). La producción lechera estaba diezmada, con pérdida continua de productores por sus altos costos y el bajo precio de la leche, ecuación ruinosa al conjugarse con la inestabilidad y la crisis climática. La avicultura se presentaba sin desarrollo, con sólo un productor en dos de las cinco localidades del distrito Guaminí. En cuanto a la pesca artesanal, en el mejor de los casos, quedaba en el recuerdo de los vecinos más longevos, pues había pasado a la clandestinidad hacia finales de la década de 1980 y desaparecido, luego de más de cien años de historia, con el nacimiento del nuevo siglo.
Diez años después
En la última década de trabajo la superficie destinada a producciones extensivas se incrementó un 5.000 por ciento, con un aumento significativo de la superficie implantada con leguminosas. Por un lado, esto favoreció los procesos de regeneración y vivificación de los suelos y, como consecuencia, permitió duplicar la carga de hacienda (cantidad de animales por hectárea) de la mayoría de los campos.
En los últimos ocho años se logró capacitar a 8.177 personas provenientes de unas 50 localidades del sudoeste bonaerense. Una docena de productores hortícolas locales consolidó un grupo pre asociativo, que pasó de una hectáreas a doce en producción, y de 40 toneladas de verduras y hortalizas anuales a 600 toneladas.
Se reconvirtieron dos tambos a sistemas 100 por ciento pastoriles, de un solo ordeñe de vacas a las que se las deja convivir parte del día con sus terneros. Se impulsó el valor agregado de esta producción, integrándola a un proyecto de fábrica familiar de queso. También se fortaleció a uno de los productores avícolas y se acompañó a un segundo a iniciarse en la producción de huevos pastoriles.
Desde el CEA 30 se presentaron una docena de propuestas de capacitación laboral innovadoras. La mayoría se aprobó, quedando oficializadas y disponibles para dictarse en toda la provincia de Buenos Aires. Entre ellas, se destacan los cursos de producciones agroecológicas extensivas, huerta agroecológica, huerta biointensiva, introducción a la acuicultura, producción de pollos camperos, construcciones naturales y diseño bioclimático, construcción e instalación de calefones solares y formación de guías locales de turismo rural, entre otros. Este desarrollo curricular estuvo marcado por el planteo de nueva ruralidad en la que el cuidado de la vida, la salud y el campo generen la vuelta de las familias al medio rural.
Además de la faz formativa, el CEA actúa como institución incubadora de proyectos. A través de ellos, en 2020 por ejemplo, se consiguió equipar con invernaderos a todas las familias hortícolas guaminenses, posibilitando sostener volúmenes de producción en la temporada fría y fortalecer las economías familiares.
Organización cooperativa para alimentos a precios justos
La Fraagua es una cooperativa mixta, de trabajo y de provisión de servicios. Está integrada por familias rurales de base agroecológica ligadas a la bioeconomía de Garré, Casbas, Guaminí y Arroyo Venado (localidades del partido de Guaminí), con gran despliegue territorial a lo largo y ancho del distrito.
Con la fuerte convicción de sumar alimentos que aporten a la salud colectiva del territorio, sus integrantes se plantean llegar a la mesa de todas las familias vecinas. Para esto, promueven la formación de un precio justo para consumidores y productores que vuelva accesible los alimentos y logre un ingreso estable y sostenido para quienes los producen.
La accesibilidad alimentaria, la valorización territorial desde la visibilización y reconocimiento a las familias productoras de alimentos, sus saberes y cultura, la promoción del buen vivir y de oportunidades para quedarse, trabajar y arraigarse en el interior profundo bonaerense, caracterizan las máximas aspiraciones de la cooperativa y dan coherencia a su proceder cotidiano.
Uno de los principales desafíos, sin embargo, fue quebrar la lógica individualista y empezar a pensar y actuar solidaria y asociativamente. Este gran escollo no ha sido superado sustancialmente, sino que obliga a un ejercicio cotidiano de observación y autocrítica sobre cada acción.
En poco tiempo de existencia se generó un salto en el volumen de alimentos producidos localmente mediante procesos de bases agroecológicas. Pero es un desafío despertar la iniciativa de más productores que quieran sumarse a la lógica cooperativa, colaborativa y solidaria que permita la atención de las demandas locales y regionales de alimentos de calidad, en cantidad y con continuidad. Para eso, la capacitación continua y la apertura y nexo con la comunidad es fundamental, así como el acompañamiento técnico y el préstamo o alquiler de herramientas básicas para facilitar la iniciación de nuevos productores.
A nivel productivo el objetivo es aumentar significativamente la producción local de alimentos, tanto desde las actividades primarias como desde la horticultura, la fruticultura, la avicultura, la lechería, la agricultura y la pesca artesanal, y fundar un segundo piso de oportunidades laborales al agregar valor a estas producciones. La elaboración de harina integral y derivados lácteos inició una senda de desarrollo de alimentos con enorme potencial, pero aún quedan muchas líneas por desarrollar: dulces, encurtidos, escabeches, salsas, panificados y pastas, entre otras.
La Fraagua se transformó en una referencia regional de producción de alimentos agroecológicos de cercanía, con el plus de la filosofía innegociable de que todo lo que se produzca sea accesible para todas las comunidades. Esto explica la demanda creciente de los bolsones de verduras agroecológicas, con despliegue en Garré, Casbas, Guaminí y Arroyo Venado, pero con demanda permanente en Treinta de Agosto (partido de Trenque Lauquen), Coronel Pringles, Adolfo Alsina, Sierra de la Ventana y Bahía Blanca, dando un radio de interés cercano a los 200 kilómetros. La estrategia de comercialización de bolsones semanales dio paso a la apertura de los dos primeros Mercados de Abasto de Alimentos Locales Cooperativos y Agroecológicos. El primero se inauguró en Casbas en junio de 2023; el segundo en Guaminí, en noviembre del mismo año.
Hacia adelante
Como perspectiva de futuro lo primero que se avizora es la velocidad con la que se avanza y se suceden las ideas, objetivos y logros, derivado de la fuerza que cobran los proyectos a partir de las sumas de voluntades y energías de las familias involucradas. El carácter “federal” dentro del distrito de Guaminí, que en primer momento se visualizaba como un obstáculo para reunirse y acordar acciones, rápidamente se comprendió como una fortaleza para generar distintos epicentros de difusión y contacto comunitario.
Se prioriza la llegada a las familias locales pero, en la medida que se puede, se va atendiendo la demanda regional. Esto da la certeza de que todo lo que se pueda crecer en la producción local de alimentos frescos, no dará abasto. Situaciones similares pasan con los alimentos elaborados (harina integral y quesos) pero su desarrollo es menor, por lo que su comercialización está en una etapa preliminar.
Respecto a la avicultura está todo para desarrollarse. Hay dos eventos prontos a definirse que pueden significar un trampolín para este eje y facilitar el crecimiento y desarrollo de los productores relacionados con la actividad. El primero de ellos es la pronta apertura del Frigorífico Municipal de Aves y Cerdos, que desde hace más de 20 años viene construyendo la Municipalidad de Guaminí, con financiamiento de la Ley del Sudoeste. El segundo, la inminente definición sobre la reapertura de la Planta de Alimentos Balanceados Municipal, cerrada hace cuatro años y que la Municipalidad ofreció a la Cooperativa La Fraagua. Sin embargo, pasado un año no se ha ejecutado aún la entrega en comodato. Esto retrasa la posibilidad de volver a abrir sus portones y transicionar este espacio hacia la producción local de alimento balanceado agroecológico.
En relación a la pesca artesanal, su resurgimiento significará volver a poner en marcha un motor que otrora fue fuente de trabajo para más de 120 familias guaminenses, llegando a producir más de 1.000 toneladas de pejerrey por año, sosteniendo a tres cooperativas de pesca simultáneas.
Todo esto es un estímulo para seguir caminando, desde el hacer y la gestión articulada con el estado municipal, provincial y nacional en pos de generar un desarrollo territorial más equilibrado, con generación de oportunidades para quienes deseen vivir y trabajar en ambientes rurales y localidades del interior profundo como las del distrito de Guaminí.
* Centro de Educación Agraria Nº 30 de Guaminí, DGCyE de la provincia de Buenos Aires. Integrante de Renama (Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología).
Fuente: https://agenciatierraviva.com.ar/diez-anos-de-agroecologia-en-guamini-semillas-para-una-nueva-ruralidad/ - Imagen de portada: Foto: Cooperativa La Fraagua