El cambio climático desplaza los ecosistemas




La vegetación a lo largo de todo el planeta se está ya moviendo según el clima va cambiando.


Aunque en este sitio web no las cubra en su justa medida, las noticias sobre el cambio climático se suceden sin parar, una tras otra, sin pausa. Mientras que, por desgracia, el tema se ideologiza y, por tanto, pasa del terreno de la razón al de la fe y el dogma, no hacemos nada para evitar el cambio climático, que es debido a nuestras emisiones de dióxido de carbono y a nuestra estulticia, egoísmo y estupidez. Estas noticias nos anticipan cómo nos encaminamos al fin del mundo tal y como lo conocemos, nos dicen cómo el mundo está ya cambiando, desapareciendo ante nuestros ojos, lenta pero inexorablemente. Algo que muchos se niegan a ver, no sea que cambie su comodidad personal, su forma de vida o sus ingresos económicos.


Una de las últimas noticias al respeto procede de un estudio sobre la vegetación a lo largo de todo el planeta. Las plantas ya se están moviendo según el clima va cambiando. El estudio ha sido realizado por investigadores de la Universidad de Berkeley y del Departamento de Servicios de Agricultura y Bosques de EEUU.

En una artículo publicado el pasado 7 de junio en Global Ecology and Biogeography, estos investigadores presentan pruebas sobre que en el pasado siglo la vegetación ha estado moviéndose gradualmente hacia los polos y hacia las cumbres de las montañas, donde las temperaturas son más frías, y hacia el ecuador, donde las lluvias son más copiosas.

Más aún, estiman que a final de siglo de un décimo a la mitad del terreno de este planeta será altamente vulnerable a desplazamientos de vegetación debidos al clima, dependiendo de lo eficaces que sean los humanos en controlar sus emisiones de dióxido de carbono. El resultado procede de un meta-análisis de cientos de estudios de campo y estudios espaciales realizados en el pasado siglo.

El estudio identifica estudios que examinan desplazamientos a largo plazo de la vegetación en el que el clima, en lugar de la deforestación producida por el ser humano, es la fuerza dominante. Los investigadores encontraron 15 casos de desplazamientos ocurridos desde el siglo 18 atribuibles a cambios en la temperatura y las precipitaciones. 
Según Patrick González, uno de los autores, este estudio es el primero que proporciona una visión global de estos desplazamientos de paisajes bioclimáticos o áreas bióticas debidos al cambio climático. “No es solamente el caso de una o dos especies de plantas que se mueven a otro área. Para cambiar el paisaje bioclimático de un ecosistema todo un conjunto completo de plantas debe cambiar”, añade.

Los investigadores calculan que desde 1901 a 2002 la temperatura media ha aumentado significativamente sobre el 76% de la superficie de las tierras emergidas del planeta y ha sido mayor en las regiones boreales o regiones subárticas. Los desplazamientos de áreas bióticas más significativos sucedieron cuando la temperatura o precipitación cambiaron en 0,5 o 2 desviaciones típicas sobre los valores medios en siglo XX.

Algunos de los ejemplos de estos desplazamientos incluyen la sustitución de bosque por pastos en el Sahel subsahariano y la sustitución de tundra por matorrales en el Ártico.

Las consecuencias tienen un impacto sobre las personas que viven en estos lugares. La sustitución de árboles por hierbas deja a los habitantes del Sahel sin madera para las casas o para cocinar, mientras que la contracción de la tundra reduce el hábitat del caribú y otras especies salvajes de la región. “A escala global el desplazamiento de la vegetación perturba el normal desarrollo de los ecosistemas, reduce el hábitat de especies en peligro y altera los bosques que proporciona agua y otros servicios a mucha gente”, añade González.

Los investigadores combinaron análisis estadísticos de datos climáticos, tomados a lo largo del siglo XX, con modelos de cambio vegetal en el siglo XXI para así identificar las regiones más vulnerables a futuros desplazamientos.



 

Basándose en 9 diferentes combinaciones de escenarios para las emisiones de gases de efecto invernadero y modelos climáticos, los investigadores dividieron la tierra firme en 5 clases, desde una alta vulnerabilidad a una muy baja vulnerabilidad a desplazamientos de paisajes bioclimáticos.

El estudio permite identificar las regiones de mayor riesgo y así planear medidas para la administración de los recursos naturales. González dice que, debido a la limitación de los recursos, puede ser prudente centrarse en proteger las áreas de mayor resistencia a los cambios ecológicos, para que así sirvan de refugio a plantas y animales.

“Puede ser además útil identificar lugares de alta vulnerabilidad, porque las agencias necesitarán considerar la medidas de adaptación… Algunos desplazamientos de la vegetación podrían aumentar el riesgo de incendios, por ejemplo, así que puede ser necesario para reducir el riesgo de incendios catastróficos la prohibición de hacer fuego.”

Según González mil millones de personas viven en áreas que son altamente vulnerables a futuros desplazamientos vegetales, ecosistemas que proporcionan importantes servicios a la gente, así que debemos reducir las emisiones que están causando el cambio climático.

Fuente: Neofronteras

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