Indonesia: tribus Dayak en peligro de extinción


Según los datos de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza), al menos 236 especies de plantas y 51 especies de animales se
encuentran en peligro de extinción en Kalimantan, la parte Indonesia de la
isla de Borneo. Indonesia, el segundo país con mayor biodiversidad del
planeta, es también, no sólo el país con mayor numero de especies (muchas de
ellas endémicas) en peligro de extinción, sino también el primer país en el
ranking de destrucción de selvas primarias del planeta (mérito que le llevo
a Indonesia a obtener el premio Guinness de los records). La principal
causa de este desastre ecológico es el cultivo intensivo de palma aceitera,
que continúa su expansión mundial para la producción de los, mal llamados,
biocombustibles.
Según los datos de la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la
Naturaleza), al menos 236 especies de plantas y 51 especies de animales se
encuentran n peligro de extinción en Kalimantan, la parte Indonesia de la
isla de Borneo. Indonesia, el segundo país con mayor biodiversidad del
planeta, es también, no sólo el país con mayor numero de especies (muchas de
ellas endémicas) en peligro de extinción, sino también el primer país en el
ranking de destrucción de selvas primarias del planeta (mérito que le llevo
a Indonesia a obtener el premio Guinness de los records). La principal
causa de este desastre ecológico es el cultivo intensivo de palma aceitera,
que continúa su expansión mundial para la producción de los, mal llamados,
biocombustibles.
Este monocultivo de palma, cuyo impacto ambiental es masivo, tiene efectos
más perjudiciales de los que tuvo y tiene la tala ilegal de árboles, además,
amparado por la corrupción y la tergiversación política, se considera como
una actividad legal, aunque en la mayoría de los casos no lo sea.
Pero no solo Fauna y Flora están en peligro de extinción en Kalimantan
debido a la acción de las compañías de palma: las tribus Dayaks también
están bajo seria amenaza de desaparición.
Los Dayak, tribus oriundas de las tierras de Borneo, son tribus, cuyas vidas
han estado muy arraigadas a la tierra desde la antigüedad, viviendo del
bosque del que obtienen sus frutos y alimentos, su madera, para la
construcción y por supuesto, sus medicinas. Una convivencia sostenible que
se ha mantenido a lo largo de los cientos de años que estos pobladores
llevan habitando estas tierras.
De estas plantas medicinales nos hablaba hoy Christophel Sahabu, uno de los
pocos etnobotánicos Dayak que quedan en Kalimantan Central. La etnobotánica
es un conocimiento científico popular de los poblados indígenas, que usan
plantas como fuente de alimento, medicinas, tintes, material de construcción
y forman además parte de sus ritos culturales. Hoy, por primera vez en la
capital Indonesia, Yakarta, Christophel nos ha hablado de muchas de estas
plantas medicinales que al igual que su bosque, se encuentran en peligro de
extinción. Christophel ha llegado esta semana a Yakarta con motivo de su
campaña para salvar el bosque de Tumbang Koling de la expansión del cultivo
de palma aceitera.
El pasado año, COP (Centre for Orangutan Protection) e IAR (International
Animal Rescue) acudieron a este bosque en Tumbang Koling por primera vez
ante la llamada de Christophel. Ya entonces, más de 5,000 hectáreas del
bosque habían desaparecido. Este hombre de 74 años que adquirió el
conocimiento etnobotánico de sus ancestros, nos ha enseñado las escrituras
que datan del año 1965, y que atestiguan que realmente este bosque le
pertenece: “A las compañías de palma no les importa a quien pertenecen estas
tierras; las compañías poseen permisos para cultivar hasta 10,000 hectáreas
de terreno y no pararan hasta conseguirlas” –dice con amargura. “He
intentado de todo, hasta quitarles las llaves de las excavadoras. He ido al
alcalde, al responsable del distrito, al gobernador… pero a todos ellos les
ha pagado antes la compañía”.
La compañía malaya de palma aceitera PT. Nabatindo Karya Utama es la
responsable de esta catástrofe. Esta compañía, una de las más de 400
compañías que cultivan palma en Kalimantan central es, por supuesto,
extranjera, como casi todas las demás provenientes de Malasia y China.
El pasado lunes Christophel comentaba en su rueda de prensa: “Las gentes de
mi poblado no piensan en las futuras generaciones; la mayoría venden sus
tierras en las que aun existe bosque primario por poco más de 200 euros por
hectárea. Los que se quedan sin tierras para cultivar, tendrán que trabajar
para las compañías aunque la mayoría no dura mucho, ya que los salarios son
de unos 2 euros al día”; “una persona que vive del bosque” añade
Christophel- “puede sacar más de 20 euros al día; las compañías les
engañan, les dicen que se trata de un proyecto del gobierno, una cooperativa
agrícola, aunque en realidad estas compañías solo buscan sus propios
intereses”.
Hardi Baktiantoro, Director de COP decía además : “Tras el estudio de campo
realizado por COP e IAR en el 2007 en el bosque de Tumbang Koling,
encontramos más de 34 especies de aves y más de 11 especies de mamíferos.
Sólo en este fragmento de bosque que va a ser destruido por esta compañía,
hay más de 30 orangutanes”. Hardi, que dirige una de las campañas más
activas en Indonesia contra las compañías de palma añade: “El orangután
estará extinguido en las zonas no protegidas de Kalimantan central en un
plazo máximo de tres años si no se ponen medios para evitarlo”.
Esta compañía, como muchas otras, consigue permisos para la “conversión” de
bosque tropical primario en plantaciones de cultivo de palma sin mayor
problema, ya que, la mayoría de los informes oficiales e incluso en algunos
casos, los mapas oficiales, son falsos y las zonas de selva tropical
aparecen como tierras abandonadas, deforestadas o de rastrojos. Todas las
irregularidades existentes en un sistema tan poco ortodoxo como este
finalizan con un resultado devastador, acabando con la biodiversidad única
de este país.
La situación actual de los trabajadores de estas compañías se ha complicado
aun más con la crisis económica mundial. El precio por kilo de fruto de
palma ha descendido de 1,500 hasta 80 rupias (de 0,11 euros/kg hasta 0,005
euros/kg) en algunos casos. Muchos trabajadores han perdido sus empleos.
“Las plantaciones de palma son sólo una excusa para talar los árboles y
vender la madera. En unos años cuando la palma ya no sea productiva o al
mercado ya no le interese comercializarla, todas estas compañías harán un
gran beneficio explotando el carbón de estos suelos de turbera”—dice Hardi
que lleva ya varios años investigando a las compañías aceiteras.
Christophel Sahabu y todas las tribus Dayak que él representa, han pedido
hoy desde Yakarta a la comunidad internacional que, no ignore lo que el
combustible de palma esta ocasionando en las selvas primarias de Indonesia
así como en sus habitantes. Alguien tiene que poner freno a este desastre,
antes de que sea demasiado tarde.
Por Karmele Llano Sanchez, Director Veterinario International Animal Rescue.
Karmele@internationalanimalrescue.org
Para mas informacion visita:
www.internationalanimalrescue.org
www.orangutanprotection.com
Fuente: http://www.salvalaselva.org

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