SE ELIMINÓ LA JURISDICCIÓN NACIONAL SOBRE EL PARQUE IGUAZÚ.


Las cataratas no son de los argentinos
Lo votó la Legislatura con apoyo del gobernador Closs. Conflicto por el control de un negocio millonario.

Gracias a una inédita iniciativa del ex gobernador misionero Carlos Rovira, que contó con el explícito apoyo del actual mandatario Maurice Closs, las cataratas del Iguazú, con sus saltos, islas y riberas, pasaron, por ley, a ser un dominio provincial. Así, desde ahora, los emprendimientos turísticos comerciales que se pretenda instalar en la zona, no necesitarán el aval de la Administración de Parques Nacionales, que ya había rechazado, por ejemplo, la implementación de un fastuoso globo aerostático; bastará con el visto bueno del gobierno provincial. Closs aseguró que “cuidarán la biodiversidad”, pero sus vínculos con la industria del turismo y con las empresas concesionarias de las cataratas despiertan sospechas. En Parques Nacionales ya se habla de apelar ante la Corte.

¿Cuál es el negocio de cataratas en juego? Para 2009 se estima que se recaudarán 40 millones de pesos sólo en entradas. A eso se suman 30 millones que recaudan los gomones que acercan a la gente a la Garganta del Diablo y cerca de 100 millones de dólares que invierte el millón de turistas que visita el parque.

Dos son las objeciones que se le hacen a la ley 2.932, que aprobó por unanimidad la Legislatura misionera el 18 de septiembre pasado y que creó el “Parque Provincial del Río Iguazú”. En términos jurídicos puros, se impugna la instalación un Parque Provincial dentro de uno Nacional, cuyo personal se ocupa, desde el año 1934 y a partir de una ley nacional, de preservar el río Iguazú. La reciente ley provincial, en cambio, postula en sus fundamentos que la potestad de Parques Nacionales no incluye el control del río, a pesar de que en la práctica así lo haga desde hace 75 años.

Por otro lado, circula la versión de que la ley encierre una futura avanzada de la explotación turística sobre el medio ambiente selvático de este patrimonio natural de la humanidad, desde 1984. “Los que están preocupados, son los que se preocupan por el negocio. A mí no me van a correr con guacha de trapo”, respondió, campechano, Closs a los medios locales, cuando lo consultaron sobre esa hipótesis.

Hay antecedentes, sin embargo, los suyos incluidos, que no lo ayudan y que alimentan la suspicacia. Hasta el año pasado, la empresa Iguazú Balloon SA intentó una y otra vez que Parques Nacionales avalara la implementación de un globo aerostático para que los turistas contemplaran las cataratas desde unos 150 metros de altura; abajo, claro, se instalaría su correspondiente minishopping. Parques Nacionales y grupos ambientalistas misioneros se opusieron férreamente a raíz del daño que causaría en la selva. El proyecto finalmente no prosperó, a pesar del fuerte apoyo del entonces gobernador Rovira, autor de la reciente ley.

A partir de ahora, Parques Nacionales ya no será un obstáculo para instalar el globo o emprendimientos similares en los sectores provincializados por ley. Curiosamente, la empresa Iguazú Balloon pertenece a un grupo empresario ligado a la UTE (Unión Transitoria de Empresas) que tiene la concesión de los servicios en las cataratas, las entradas al Parque más de algunos kioscos internos (los gomones, el hotel Sheraton y otro restaurante son negocios separados). La UTE en cuestión está encabezada por la empresa Carlos Enríquez SA, que, al menos hasta hace unos años, estaba asociada a la empresa Petrovalle SA, que perteneció al mismísimo gobernador misionero Maurice Closs.

Maurice, el empresario turístico

“Mauri”, como llaman en Misiones al gobernador Maurice Closs –abogado de 37 años de origen radical–, fue el senador más joven del país y el candidato elegido por Carlos Rovira para sucederlo, una vez que quedó trunco su sueño de ser reelegido. Su padre, Ramón “Mocho” Closs, fue intendente de Aristóbulo del Valle, localidad en la que nació Mauri. Ramón, además, fue la cabeza de los proyectos empresariales que, luego, continuaron sus hijos Omar, Alicia y el propio Maurice, al menos, hasta que resultó elegido el año pasado. Los emprendimientos comerciales de la familia incluyeron una concesionaria de automóviles, una ferretería y una cadena de estaciones de servicios, entre tantos otros. El último y más ambicioso sueño de los Closs se cumplió en julio pasado, cuando estrenaron el hotel de cinco estrellas Amerian Portal del Iguazú, que costó unos 10 millones de dólares. El gobernador, hijo y hermano de los propietarios, no se perdió el brindis inaugural, del que también participó la modelo Ingrid Grudke.
Fuente: criticadigital.com

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