OCEANOS: La acidez de los océanos aumenta 10 veces más rápido de lo que predicen los modelos climáticos



La acidez de los océanos aumenta 10 veces más rápido de lo que predicen los modelos climáticos, según un estudio de la Universidad de Chicago en Estados Unidos que se publica esta semana en la edición digital de la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences' (PNAS) Los investigadores señalan que esta mayor acidez de los océanos está cambiando el equilibrio de los ecosistemas. Los autores explican que los océanos absorben aproximadamente una tercera parte del dióxido de carbono liberado a la atmósfera por las actividades humanas. Cuando el CO2 se disuelve en el agua forma ácido carbónico que altera el delicado equilibrio químico del océano. Las concentraciones de agua altamente acídicas afectan a una variedad de procesos biológicos, como la disolución del carbonato de calcio con el que se forman las conchas de algunos animales marinos, lo que supone una amenaza para muchos de ellos. Los investigadores recopilaron datos a lo largo de ocho años sobre la acidez, salinidad, temperatura y otras medidas de exámenes lejos de la costa del estado de Washington y descubrieron que la acidez media aumentaba más de diez veces más rápido de lo que predecían los modelos climáticos. Según los autores, los nuevos modelos proyectan las consecuencias a largo plazo de estos cambios químicos y predicen cambios importantes en las especies dominantes de los hábitats como consecuencia de una menor calcificación y de cambios en la red de interacciones de las especies.


Descubren millones de toneladas de metano en el Artico
Se trata de un gas que contribuye al calentamiento global. Es hasta 20 veces más potente que el dióxido de carbono. Comprobaron que está escapando desde los fondos marinos hacia la superficie.
Un grupo de científicos que realiza exploraciones a bordo de un barco ruso afirmó contar con pruebas de que millones de toneladas de metano (un gas 20 veces más potente que el dióxido de carbono desde el punto de vista del calentamiento global) está escapando a la atmósfera desde los fondos marinos del océano Artico. 

"Los depósitos masivos de metano suben en forma de grandes burbujas a la superficie, fenómeno que coincide con el calentamiento de ese mar y con la desaparición de los bloques de hielo", informó en exclusiva el diario británico "The Independent", y luego reprodujo el español "El Mundo". 

Los investigadores creen que la emergencia de este gas fue responsable en épocas pasadas de los rápidos aumentos de las temperaturas, de los cambios climáticos bruscos e incluso de la extinción de muchas especies. Justamente, por eso temen que la liberación masiva acelere el calentamiento del planeta y dé lugar a un círculo vicioso. 

El grupo indicó que observó con claridad la imagen de la superficie marina bullendo por el efecto de las "chimeneas de metano". Los expertos creen que ello se debe a que se fundieron las capas de permafrost (hielo permanentemente congelado) que impedían escapar el gas de los depósitos formados antes de la última glaciación.
Las conclusiones de ese estudio -que se publicarán próximamente en el boletín de la Unión Geofísica Americana- están siendo supervisadas por Igor Semiletov, de la Academia Rusa de Ciencias.

Consecuencias sobre el clima

La semana pasada se conocieron además los resultados de las mediciones del Centro Nacional de Nieve y Hielo de Estados Unidos, que revelaron que el Artico se derritió a su segundo nivel más bajo de la historia. Algunas previsiones auguran que para 2050 el océano se quedará sin hielo en verano. Otros aventuran que ocurrirá hacia 2030. La región funciona como una especie de termostato del planeta, activando la circulación de las corrientes oceánicas y contribuyendo a la distribución del calor por el globo, por lo que los expertos temen que el deshielo del Polo Norte contribuya aún más a empeorar el cambio climático y a aumentar la temperatura terrestre. 

El hielo Artico ocupaba ocho millones de kilómetros cuadrados en setiembre de 1980. Se redujo a siete millones de kilómetros cuadrados en 1990. Bajó a cinco millones de kilómetros cuadrados en 2005 y llegó al peor récord en 2007, con cuatro millones de kilómetros cuadrados. (Reuters)
Fuente: http://www.ecuadorciencia.org/

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