La empresa Doe Run 5ta en el ranking de contaminación en el mundo


Sylvia Ubal (BARÓMETRO INTERNACIONAL)

En una de las regiones de mayor riqueza natural y cultural de Suramérica se encuentra La Oroya, que ha sido catalogada como una de las ciudades más contaminadas del mundo según informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos quien ratifica que La Oroya quedó quinta en el ránking de las que tienen el aire más tóxico en todo el planeta. La ciudad de La Oroya (Perú) se encuentra ubicada a 3.750 metros del nivel del mar en la cuenca alta del río Mantaro, provincia de Yauli, Departamento de Junín, a 176 km al Este de Lima. Tiene una población de 33.043 habitantes. Esta Ciudad alberga la central metalúrgica de Doe Run Perú, filial de la estadounidense Renco que ha sido multada en diversas ocasiones por incumplimiento de la normativa medioambiental.
Doe Run Perú es una compañía que se dedica a la extracción, fabricación y reutilización de metales. Este Complejo Metalúrgico de la Oroya que emite elevados índices de plomo, arsénico, cadmio, y dióxido de azufre, procesa aproximadamente 600.000 toneladas métricas de concentrados de los cuales 450.000 son polimetálicos con contenidos de metales preciosos y 150.000 son concentrados de zinc. Con éstos, produce 11 metales y 8 subproductos, siendo los principales plomo, zinc, cobre, plata y oro. La utilización de grandes hornos implica un problema medio ambiental, con las emanaciones de gases que contienen principalmente óxido de azufre, entre otros derivados.

La muerte y las enfermedades dañan a miles de trabajadores y lugareños
Durante décadas, la población de La Oroya ha estado expuesta a altos niveles de contaminación del aire debido a las emisiones tóxicas del complejo que incluyen plomo, cadmio, arsénico y dióxido de azufre. El complejo opera desde 1922. Este genera el 99, 7% de la emisión de contaminantes al aire. Según informe de la Federación Internacional de Derechos Humanos los efectos de estos son: deterioro irreversible del sistema respiratorio; diferentes tipos de cáncer; daños en el sistema reproductivo, en el desarrollo y en órganos vitales. Los principales afectados son los niños que presentan en la actualidad niveles elevados de plomo en la sangre y otros metales pesados (cambios de conducta y en la actividad cerebral, agotamiento, etc.) y las madres gestantes. Asimismo hay un hostigamiento a las personas que denuncian la contaminación minera.
En las zonas de la Sierra, es común que las lagunas y ríos se encuentren infestados de relaves mineros, ya que normalmente son utilizados como represas por las empresas mineras cercanas. Un claro ejemplo es el Lago Junín, el cual se encuentra dentro de la Reserva Nacional de Junín. Este lago, actualmente, contiene gran cantidad de residuos de metales como hierro, arsénico, cadmio, mercurio, zinc, plomo, manganeso y cobre, provenientes del Complejo Metalúrgico de la Oroya, los cuales ocasionan la muerte de la mayoría de la flora y fauna que ahí habitan. No solo ocurre esto por infección o contacto con los minerales, pues también está el caso de la oxidación del manganeso y el hierro proveniente del río San Juan. Las partículas de la oxidación de estos metales, además de darle una tonalidad roja al agua, recubren la superficie del lago, lo que impide que las algas y plantas acuáticas realicen la fotosíntesis y finalmente les produce la muerte.

El lago Junín como centro de contaminación ha afectado la pesca, la flora y la fauna
Además, los minerales del lago Junín, aunque en menor cantidad, también llegan a los ríos afluentes, lo cual ha llevado a la prohibición de la pesca en estos lugares ya que la fauna suele estar infectada. Por otro lado, según las estadísticas, en el año1978 en la Reserva Nacional de Junín existían 368 especies de plantas y 98 especies de aves, pero en el año 1998 tan solo quedaban 26 especies de plantas y 36 de aves. En otras palabras, la flora y fauna se ha reducido en un 80%. La contaminación tan agravada en esta zona no es nada fácil de remediar pues ya 80 hectáreas alrededor del Lago se encuentran inutilizadas. Por ello, el diario El Comercio señaló que aunque se dejara de verter los relaves en la laguna de Junín, tendrían que pasar 500 años para su rehabilitación. Asimismo, es importante resaltar que el río Mantaro se considera como uno de los ríos más contaminados del país, sus aguas están contaminadas desde su nacimiento. Además, en su recorrido el mismo Complejo Metalúrgico de la Oroya incrementa este grado de contaminación, ya que vierte cada día en las aguas del río Mantaro 1000 toneladas de bióxido de azufre, 2500 toneladas de plomo, 2500 toneladas de arsénico, 20 toneladas de cadmio y 20 toneladas de material particulado. Por ello, se dice que el río y el valle del Mantaro están 100% muertos.
El suelo es un complejo sistema que se ha formado en millones de años y muchas veces factores negativos influyen en su normal desarrollo, algunos de los cuales son provocados por la actividad humana, como la minería. Por ejemplo, una de las consecuencias negativas que ésta trae al subsuelo es la eliminación excesiva de nutrientes al momento de realizarse las excavaciones para elaborar los túneles que conducen los relaves mineros. Otra de las consecuencias ocurre cuando la empresa no toma las medidas de precaución necesarias para evitar este tipo de contaminación que ocasiona la infertilidad de la tierra, que es de un nivel sumamente alto, lo que a su vez trae consigo pobreza en localidades como Yauri, ya que la principal fuente de recursos para los pobladores de Junín es la agricultura. Por otro lado, en algunos sectores aún las tierras no son totalmente infértiles, sin embargo, estos sembradíos crecen con notable deficiencia y, como es de suponerse, éstos se encuentran contaminados debido a los desechos tóxicos que absorben de la tierra. El consumo de estos sembradíos ha producido enfermedades letales como el cáncer, tanto para la población de estos sectores, como para aquellas zonas donde han sido distribuidos.

Extinción de la rana gigante que habita en las lagunas de la cuidad de Junín
En el año 1996, el primer Centro Experimental de Ranas en Latinoamérica se inició un proyecto, que tenía como objetivo evitar la extinción de la rana gigante, batracio que habita en las lagunas de la cuidad de Junín. El resultado de este esfuerzo fue la reproducción de 10 000 ejemplares en cautiverio, sin embargo, casi todas han muerto o han disminuido de tamaño como consecuencia de la contaminación causada por los relaves mineros, lo que las lleva a estar nuevamente en extinción. Este es uno de los ejemplos de las irremediables consecuencias que trae esta contaminación a gran escala; no obstante, existen muchos más casos.
Por lo expuesto en este texto, se puede notar que la contaminación de Junín por relaves mineros no solo afecta la fauna y flora acuática por motivo de la contaminación de lagos y ríos, como es el caso del lago Junín y el río Mantaro, sino que también afecta gravemente al subsuelo, lo cual ocasiona infertilidad de la tierra y además provoca efectos negativos en la salud de la población de esta zona. Es por ello que se debe tomar conciencia y prestar especial cuidado al medio ambiente, para de ese modo evitar daños irremediables.
Foto: La Oroya en Perú, una de las ciudades más contaminadas del mundo

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