España: ¡Viva la República Independiente del Fracking!


La última maniobra del ministro de Industria para introducir el fracking en España, abriendo los brazos a la industria, tuvo lugar en el Congreso la semana pasada. 

Es evidente que la técnica del fracking ha creado un enorme rechazo social e incluso institucional (Francia, Bulgaria, Escocia, Gales...). En Europa y en muchos otros países del mundo (EEUU, México, Argentina, Argelia...) estamos asistiendo como la oposición a la fractura hidráulica ha bloqueado el desarrollo de nuevos proyectos. En España está incluso cuestionando al Gobierno central, empeñado en obligarnos a aceptar el fracking como salvación a su errática política energética. Una política en la que se está primando depender más y más de los hidrocarburos a costa de liquidar el avance de las tecnologías renovables. La última maniobra del ministro de Industria para introducir el fracking en España, abriendo los brazos a la industria, tuvo lugar en el Congreso la semana pasada. El Gobierno llevó al hemiciclo un Proyecto de ley para modificar la actual Ley de hidrocarburos. A pesar de los supuestos beneficios vendidos para todos por el ministro, el leitmotiv del texto normativo no es otro que eliminar el principal escollo a la implantación del fracking y la exploración de hidrocarburos en nuestro país, dando dinero y comprando voluntades. Incluso destinando una partida de los Presupuestos Generales del Estado a “incentivos para las Comunidades Autónomas y Entidades Locales que desarrollen actividades de exploración, investigación y explotación de hidrocarburos“. Y el escollo no es pequeño pues se trata de agricultores, ganaderos y dueños de los terrenos (particulares o ayuntamientos), que son la primera línea en el frente de la batalla contra el fracking. Pues en España, a diferencia del caso de EE.UU., el propietario de los recursos naturales del subsuelo y de los beneficios económicos que puedan extraerse de ellos (tras haber logrado autorización por parte de la Administración) es el Estado que los cede “amablemente” a las empresas que vengan a explotarlos. En definitiva que como denunciaba recientemente Greenpeace “Estamos gobernados por las empresas” y nuestro Gobierno no tiene ningún reparo en hacer lo que sea para beneficiarlas. Ya lo vimos en Canarias con la autorización a Repsol para perforar frente a las costas de Lanzarote y Fuerteventura, destinando incluso un buque de la Armada para proteger esos intereses particulares. Pero para desgracia de la industria del fracking y de sus acólitos ya no es tan fácil engañarnos. La población está bien informada y se organiza para luchar contra de las mentiras institucionales y las falsas promesas de una industria que su único interés es el suyo. 

Fuente original: http://www.greenpeace.org/
---------------------------

El precio del petróleo afecta al 'fracking' en Estados Unidos
Roberto Bellato (RT)

"Va a haber un equilibrio en el que se llega a un precio bajo y los proyectos dejan de ser rentables", le dijo Todd Myers, analista energético del Washington Policy Center (un centro de estudios de Washington) a la cadena inglesa BBC en enero de este año. Y eso es lo que pareciera estar sucediendo en Estados Unidos. El bajo precio del crudo va a perjudicar a los proyectos petroleros que utilizan el 'fracking' ('shale') como método de extracción porque son muy costosos y peligra su rentabilidad.

La Administración de Información de Energía (EIA, según sus siglas en inglés) acaba de difundir la información que indica que tres de los campos petroleros más importantes de la industria del 'shale' en Estados Unidos comenzarán a producir menos desde el mes de abril.
Se trata de los campos de Bakken, que disminuirá en 8.000 barriles diarios, el Eagle Ford, que disminuirá su producción en 10.000 barriles diarios, y el Niobrara, donde la producción se reducirá cerca de 5.000 barriles por día. Esta información difundida por la EIA puede generar fuertes movimientos en el mundo del petróleo a nivel mundial.
A esto se suma que hay varios proyectos que se frenaron o que las empresas están evaluando detener porque la rentabilidad no sería la esperada, como en la localidad de Midland, en Texas (uno de los estados del 'boom del shale'), donde la empresa Helmerich & Payne tuvo que frenar bastantes perforaciones de pozos.
Sobre la producción de 'shale' en EE.UU. también se expresó la OPEP (la Organización de Países Exportadores de Petróleo), que en su informe mensual conocido este lunes dijo: "frente a la disminución de perforaciones (de 'shale') por los altos costos y por una baja potencialmente sostenida en los precios del crudo, se puede esperar que siga una caída en la producción, posiblemente para fines del 2015".
La principal causa de la caída del precio del petróleo, que en nueve meses se redujo en casi un 60%, es el sostenido aumento de la producción. Estados Unidos pasó de 5,6 millones de barriles diarios en 2010 a 9,3 millones a fines de 2014, el mayor nivel en 30 años. Este 'boom del shale' de EE.UU., iniciado hace siete u ocho años, produjo una enorme sobreoferta a nivel mundial.
Al mismo tiempo, la OPEP definió en noviembre mantener los niveles de producción y, por consecuencia, bajaron los precios de los hidrocarburos. Todo este proceso es empujado también por la menor demanda de la economía mundial, impulsada por una desaceleración de China y Europa.
Esta semana el crudo siguió bajando. El barril tipo WTI llegó a los 43 dólares estadounidenses, mientras que el Brent en Londres bajó a 53 dólares. Está por perforar al piso de marzo de 2009, cuando llegó a los 42,85 dólares el barril.
La enorme producción en el país del norte ahora se expresa muy claramente en el aumento de los inventarios en los centros de almacenamiento. La EIA también señaló que los tanques de almacenamiento pueden llegar a su límite en poco tiempo ya que en algunos lugares están al 90% de su capacidad. Perforación, producción y almacenamiento parecen llegar a altos niveles de saturación en Estados Unidos.
Cuello de botella
En medio de este contexto abundante de oro negro, la industria del 'fracking' en EE.UU. está entrando en un cuello de botella. Para el Center for American Progress de Washington, que se encarga de estudiar políticas energéticas, el impacto que está teniendo la caída del petróleo es que numerosas empresas están considerando no realizar nuevas perforaciones y bajar equipos activos de la industria.
Durante 2012, cuando el barril estaba alrededor de los 100 dólares, Estados Unidos logró una producción gigantesca que lo ubicó con la dependencia a la importación de crudo más baja en dos décadas. Según la consultora Ernst & Young, los 50 principales operadores de 'fracking' (fractura hidráulica) de Estados Unidos invirtieron solo en 2012 unos 186.000 millones de dólares.
El valor que requiere el 'shale oil' norteamericano para que sea rentable está entre los 60 y 70 dólares el barril y el precio actual es bastante inferior. Esto parece ser el nudo de la cuestión. No sucede lo mismo con la extracción convencional, que tiene menos costos de producción.
Otra característica del 'fracking' que juega en su contra es que sus pozos tienen un rápido declive. Se calcula que cada pozo que es explotado mediante la técnica del 'fracking' pierde en un año el 70% de productividad, lo que obliga a comenzar otra nueva perforación en el mismo yacimiento. Justamente lo que está comenzando a frenarse en Estados Unidos, producto de la caída del precio del petróleo, son las nuevas perforaciones.
La perforación de yacimientos no convencionales ('shale') es muy costosa y una de las preguntas es si un país como EE.UU., que es uno de los mayores consumidores de hidrocarburos del mundo, puede sostener durante más de un año precios bajos del barril con una industria recostada en altos costos.
La Administración de Información de Energía de Estados Unidos, distintas consultoras de ese país y los informes de la OPEP coinciden en que el 'fracking' puede ser insostenible y perder rentabilidad. El escenario está abierto.

Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué