El gas de pizarra (shale gas) es "más contaminante que el carbón"
El proceso para extraer este gas de las rocas de esquisto es polémico.
Se consideraba un combustible limpio, pero el gas de esquisto o de pizarra puede ser peor que el carbón en términos de cambio climático, afirma un nuevo estudio publicado en Estados Unidos.
A pesar de que es extraído desde las profundidades de la tierra con polémicas tecnologías de perforación y fracturamiento hidráulico, para algunos este gas era considerado como un "trampolín" para un futuro con menos emisiones de carbono y una ruta para la seguridad energética.
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Pero investigadores en EE.UU. encontraron que de los pozos de gas de pizarra se fugan importantes cantidades de metano, un gas que contribuye notablemente al efecto invernadero.
Esto hace que el impacto sobre el clima del gas de pizarra sea peor que el del gas natural y, probablemente, peor que el carbón, dice el estudio.
"En comparación con el carbón, la huella de carbono del gas de esquisto es por lo menos 20% mayor y quizás más de dos veces mayor en el horizonte de 20 años", argumenta un artículo publicado en la revista Cambio Climático.
"Hemos elaborado el primer análisis exhaustivo de las emisiones de gases de efecto invernadero del gas de esquisto," dijo el autor principal, Robert Howarth, de la Universidad de Cornell en Ithaca, EE.UU..
"Hemos utilizado los mejores datos disponibles y la conclusión es que el gas de esquisto de hecho puede ser muy perjudicial para el calentamiento global, muy probablemente tan malo o peor que el carbón", dijo a la BBC.
¿Solución a corto plazo?
Las emisiones de gases de efecto invernadero a partir del gas de esquisto se deben principalmente a dos cosas: el dióxido de carbono producido cuando el gas se quema y el metano que se escapa hacia fuera mientras que el pozo está siendo explotado.
Y las cifras del gobierno de los EE.UU. y de la industria indican que el metano se fuga durante la extracción del gas de esquisto es al menos un tercio mayor que en los pozos convencionales.
La extracción de este gas requiere de una compleja secuencia de procesos que incluyen la perforación hacia abajo y luego horizontal, a lo largo de la roca de pizarra, en donde se abren grietas mediante explosiones.
Luego el agua y la arena entran en acción para liberar el gas, que se extrae colocando una especie de tapones en el eje que luego se "taladran".
El carbón, por el contrario, se asocia a una menor liberación de metano durante la minería, pero cuando se quema produce aproximadamente el doble de CO2 que el gas natural.
Molécula a molécula, el metano es un gas de efecto invernadero mucho más potente que el CO2, pero dura un tiempo mucho más corto en la atmósfera.
Las cifras de este equipo de investigación indican que en un período de 20 años el impacto neto sobre el calentamiento por gas de esquisto es peor que el del carbón.
Y, tal vez más sorprendente, muestran que, en ese período de tiempo, el gas convencional también puede ser peor que el carbón.
La cosa cambia en el más largo plazo: si se considera un período de 100 años, el gas convencional es casi seguro mejor que el carbón. Pero el gas de esquisto podría ser peor.
¿Cuánto se contamina?
Esta semana en Nueva York, residentes protagonizaron una protesta contra las extracciones de gas de pizarra.
Los niveles de contaminación vinculados a la extracción de este gas dependerán de los índices de fuga.
Para este estudio los investigadores utilizaron los estimados si se usaran las "mejores prácticas de extracción". Pero en el mundo real, la fuga y el impacto sobre el clima podrían ser aún peor.
"Nadie sabe a ciencia cierta en qué medida la industria utiliza las mejores prácticas, y por desgracia, al menos en EE.UU., la industria no quiere que el gobierno o el público sepa", agrega Howard.
"La Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) ha propuesto reglas para que la industria informe sobre las emisiones de metano, pero varias compañías han demandado a la EPA para tratar de impedir que dicha comunicación", explican.
Las proyecciones actuales sugieren que en unos 25 años, la mitad de la producción de gas natural en EE.UU. vendrá de la pizarra, mientras que muchos otros países también están aplicando la tecnología.
Con las emisiones de gases de efecto invernadero en ascenso, en la medida en que las sociedades salen de la recesión, y con el uso de los combustibles fósiles expandiéndose a un ritmo más rápido que las energías renovables, los analistas e incluso algunos activistas medioambientales han hablado de la posibilidad de usar este gas como un "combustible de transición" en camino a alternativas con bajas emisiones de carbono.
Pero este nuevo análisis sugiere que esto podría no ser una estrategia sensata, ya que la huella de carbono parece más grande, especialmente si el gas proviene de formaciones de esquisto.
BBC Ciencia