Las Guerras y sus irreparables consecuencias en el Medio Ambiente.






Por: Ricardo Bruno Ojeda Lastre


En la actualidad la actividad humana constituye el mayor factor de peligro para la naturaleza, y se manifiesta de distintas formas, como la demanda de alimentos, agua, energía y materias primas. El programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente informó que al cabo de un siglo la flora y la fauna mundial podrían extinguirse en un 50%, afectando la biodiversidad.

Hoy la conciencia de que el medioambiente en el que vivimos no es un recurso inagotable e invulnerable se está instalando en la cultura de las sociedades actuales y en la agenda pública de los estados. Debemos recordar que la política ambiental es la fijación de un conjunto armónico e interrelacionado de objetivos, que se orientan para el mejoramiento del ambiente y el manejo adecuado de los recursos naturales. A estos objetivos se deben incorporar decisiones y acciones específicas destinadas al cumplimiento de los mismos, con el respaldo de normas, instituciones y procedimientos que permitan lograr la funcionalidad. Una política ambiental implica un desafío, y al mismo tiempo un compromiso.

La biodiversidad, reconocida como el más importante patrimonio humano, es el conjunto de todas las especies que existen en el planeta. Su pérdida equivale a la pérdida de nuestra calidad de vida como especie, y en caso extremo, a nuestra propia extinción. En otros tiempos el hombre era insignificante frente a la naturaleza; hoy, no: la destrucción de la capa de ozono y la contaminación son tristes ejemplos de nuestro poder.
Conservar la biodiversidad no es solo proteger la vida silvestre, sino preservar los sistemas naturales que garantizan la vida: purificar el agua; reciclar el oxígeno y otros elementos esenciales; mantener la fertilidad del suelo; disponer de alimentos y medicinas, y salvaguardar la riqueza genética de todas las especies.
Hay muchos ejemplos de la destrucción medioambiental en la actualidad y el hombre es el principal protagonista de ello, pero una forma de destrucción en la que el hombre interviene directamente son las guerras a gran escala que se suceden en el mundo, de estas actividades se originan como consecuencias medioambientales: Contaminación atmosférica, Contaminación de las aguas sanitarias, Destrucción de la flora y la fauna, Desaparición de los suelos, Contaminación de aguas superficiales y subterráneas, Residuos de todo tipo, y sobre todo pérdidas humanas, aquí cito algunos ejemplos:
La guerra de Irak; los humedales allí existentes (Mesopotamia) los mas importantes del Oriente Medio la guerra los esta destruyendo día por día, estos ecosistemas brindan sustento a países como Turquía, Irak, Siria e Irán. El corazón de los mismos está muy cerca de la ciudad de Basora, que siempre ha sufrido más en términos de armas de fuego por parte del ejército de EE.UU. y tropas aliadas. Pozos de petróleo en llamas, el aire contaminado con radiactividad, sustancias tóxicas, los acuíferos contaminados, y miles de personas muertas, enfermas o desplazadas son parte de la escena que ha dejado la guerra, Los especialistas y los ambientalistas creen que la destrucción de los ecosistemas allí existentes ha afectado el clima de la región y ha tenido un grave impacto en el hábitat de las casi 400 especies de aves que allí existían. Al menos tres especies de belleza incomparable han desaparecido en Irak: el Ibis Sagrado, el Dardo de África y la Garza Goliat.
Afganistán es un país extremadamente pobre, con una alta dependencia en la agricultura, pues la mayor parte de la población (90%) trabaja en el sector agrícola es otro ejemplo y no muy diferente a Irak, las guerras que ha soportado Afganistán desde 1979 dejaron un legado de millones de minas terrestres, aguas contaminadas, bosques arrasados y ciudades sin saneamiento básico, advirtió el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), el país ha perdido un tercio de sus bosques debido a la guerra, la tala ilegal y el uso de madera para leña. Las seis zonas protegidas que existen cubren apenas uno por ciento del territorio.
Esas reservas son hogar de especies en rápida declinación, como osos, ovejas, diversas aves y leopardos de las nieves. La mayoría de los ejemplares son cazados para servir como alimento o ser vendidos por refugiados o campesinos desesperados por el hambre, según los ambientalistas.
Es muy probable que muchos afganos perezcan de hambre o enfermedades; toda una generación de gente joven, aquellos que sobrevivan, estarán desmembrados de sus raíces y en su memoria colectiva quedará grabada la imagen de la destrucción masiva. De entre los escombros y la desesperación surgirán jóvenes que serán profundamente hostiles a Estados Unidos y a Europa Occidental.
Libia, (“otra guerra contra el terrorismo” o ¿un reparto del petróleo?) Miembro de la OPEP posee las mayores reservas probadas de África: 44 000 millones de barriles de petróleo y un poco mas de 54 billones de pies cúbicos de gas natural. Además del petróleo, Libia posee la segunda reserva mundial de agua dulce, cerca de 12.000 km3 de agua fósil que desde el subsuelo sahariano llega a las ciudades costeras como Trípoli o Bengasi. Además de un pueblo rico en petróleo, es un vergel potencial. Actualmente al país se le adjudica la esperanza de vida más alta de África continental. También cuenta con el PIB (nominal) per. cápita más alto del continente africano, y el segundo puesto atendiendo al PIB per. cápita en paridad de poder adquisitivo (PPA). Además, Libia ocupa el primer puesto en índice de desarrollo humano de África.
El gobierno libio lleva a cabo desde hace años un impresionante proyecto hidrológico destinado a llevar agua potable para el consumo humano y la agricultura desde el desértico interior del país a las densamente pobladas áreas costeras.  Se trata del Great Man Made River Project, o GMRA que, por medio de amplias tuberías realizadas con segmentos de hormigón prefabricado de cuatro metros de diámetro, extiende su red por extensas áreas de Libia, completando unos 4.000 kilómetros de recorrido y con una capacidad teórica de suministro de seis millones de metros cúbicos de agua al día desde el desierto a la costa.

El agua subterránea es la principal fuente de agua potable en Libia,  95.6 %, siendo las aguas superficiales solo el 2.3 %. Hay que tener en cuenta, el extraordinario valor del agua en esta zona del mundo donde es tan escasa, y en general donde la explotación del agua potable se ha convertido en un negocio multimillonario para las empresas multinacionales. La versión común de las causas de las operaciones militares en Libia se vincula con la apropiación del petróleo. Al menos el 85% del crudo producido en Libia es exportado hacia Europa y EE. UU., teniendo en cuenta que numerosas compañías occidentales producen el petróleo en la zona. En otras palabras, Occidente decidió apoderarse de lo que ya pertenece a sus empresas.

Las reservas petroleras del Golfo, y de la región en particular, constituyen más del 60 por ciento del total de las reservas mundiales, Los informes de los geólogos confirman que los yacimientos petroleros del Mar del Norte y de Estados Unidos se agotarán en los próximos 10 a 20 años. Según los informes, la necesidad de petróleo de Estados Unidos aumentará en los próximos 20 años, generando así una dependencia de la importación.
En 2001, ese país importó 52 por ciento de petróleo para consumo general; en 2020 importará 66 por ciento, lo cual lo obligará a aumentar 60 por ciento las importaciones respecto de la tasa actual. Eso significa un incremento de más de seis millones de barriles por día, es decir, de 10,4 millones a 16,7 millones hacia fines de 2020. El sueño consiste en controlar el petróleo del Golfo, considerado “la fuente del poder estratégico y uno de los recursos más valiosos del mundo”.
Realmente sus objetivos inmediatos consisten en obtener un control militar directo sobre una región estratégica por motivos económicos y políticos, ya que allí hay reservas naturales e intereses de inversión vitales, aunque todavía inestables. Sin importarles a los países de Occidente las consecuencias medioambientales que genera toda esa utilización de armamentos sofisticados con consecuencias nefastas para la biodiversidad y a la Naturaleza en general y sobre todo el exterminio a gran escala de la especie humana
El día 17 de marzo se aprobó la Resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas estableciendo una zona de exclusión aérea. El 19.30 del día 19 de marzo de 2011, Estados Unidos y Reino Unido lanzaron misiles Tomahawks sobre objetivos militares libios cerca de Trípoli, según la operación "Odisea al amanecer", una operación que comienza cuando aviones de combate franceses lanzan ataques contra las fuerzas leales al gobierno actual, países como el Reino Unido, España y Dinamarca se unieron a la ofensiva aliada al día siguiente.
Los ataques aéreos en Libia ya "absorbieron" 550 millones de dólares. Un mes de operaciones militares podría costar hasta 1.000 millones de dólares. Solo el lanzamiento de un misil de crucero Tomahawk cuesta aproximadamente un millón y medio de dólares, y solo durante las primeras horas de la campaña en Libia las tropas estadounidenses usaron más de 100 dispositivos de este tipo. En todo esto los que si se benefician son las empresas pertenecientes a la industria bélica que sus millones aumentan diariamente y la humanidad cada día sufre más.
Seria mucho más ventajoso llevar las desavenencias y discrepancias a una mesa de conversaciones e intentar por todos los medios resolver esas diferencias allí y así evitaríamos perdidas irreparables para la humanidad. Últimamente la población mundial ha venido sufriendo desastres naturales tales como terremotos, tsunamis, inundaciones, etc. en diferentes lugares tales como Haití, Chile, Nueva Zelanda, Japón, Pakistán ocasionando perdidas de cientos de miles de personas, millones de personas sin hogar y miles de millones en perdidas materiales y sin embargo se gasta miles de millones de dólares en destruir territorios, fauna, flora y seres humanos y en vez de invertirlos en ayuda para mitigar el Cambio Climático ocasionado por nosotros mismos no se hace solo citare algunas palabras pronunciadas por Fidel Castro Ruz en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo en Brasil en junio de 1992 : “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre. Es necesario señalar que las sociedades de consumo son las responsables fundamentales de la atroz destrucción del medio ambiente. Han envenenado los mares y ríos, han contaminado el aire, han debilitado y perforado la capa de ozono, han saturado la atmósfera de gases que alteran las condiciones climáticas con efectos catastróficos que ya empezamos a padecer. Hágase más racional la vida humana. Aplíquese un orden económico internacional justo. Utilícese toda la ciencia necesaria para un desarrollo sostenido sin contaminación.
¿Qué es lo que impide dedicar de inmediato esos recursos a promover el desarrollo del Tercer Mundo y combatir la amenaza de destrucción ecológica del planeta?
Cesen los egoísmos, cesen los hegemonismos, cesen la insensibilidad, la irresponsabilidad y el engaño. Mañana será demasiado tarde para hacer lo que debimos haber hecho hace mucho tiempo.”
Una actividad que ni siquiera se puede catalogar de humana son las GUERRAS que se realizan en diferentes puntos de nuestro hemisferio.

Entradas populares de este blog

Francia: ‘Mi orina contiene glifosato, ¿y la tuya?’ Denuncia contra el polémico herbicida

Sobre transgénicos, semillas y cultivos en Latino América

Antártida: qué países reclaman su soberanía y por qué