¿Hacer fracking con una bomba nuclear?


Aunque según el grupo de presión Shale Gas, el fracking es seguro y prueba de ello es que se lleva realizando desde hace muchos años, en todos esos años seguros se han experimentado muchos procedimientos diferentes. Si el fracking primario se realizaba con la ayuda de dinamita ó TNT, la posibilidad de conseguir explosiones más potentes y por tanto una mayor fractura, llevó al gobierno de EEUU a experimentar con….. ¡ una explosión nuclear!
El planteamiento teórico es sencillo de entender. Bajando por un pozo convencional un artefacto nuclear y haciéndolo detonar, se podrían conseguir dos objetivos: primero, liberar un volumen importante de gas del esquisto y segundo, el “boquete” que se crearía en el subsuelo serviría de depósito para contener y almacenar el gas….
Este experimento nos lo cuentan así. En diciembre de 1967, los científicos del gobierno de EEUU - que estaban explorando el uso en tiempo de paz de las explosiones atómicas controladas - detonaron Gasbuggy, un dispositivo nuclear de 29 kilotones que habían bajado a un pozo de gas natural en la zona rural de Nuevo México. La bomba de Hiroshima fue de aproximadamente 15 kilotones.
Esta fue la primera de una serie de denotaciones nucleares llevadas a cabo por la Comisión de Energía Atómica para probar la viabilidad de utilizar las explosiones nucleares para liberar el gas natural atrapado en los depósitos de esquisto densos. Se trataba de "fracking", al estilo de finales de los años 60'.
El proyecto Gasbuggy incluyó a expertos de la Comisión de Energía Atómica, la Oficina de Minas de EE.UU. y la compañía de Gas natural  El Paso. Se probó en tres pozos de gas natural de baja producción, el equipo realizó una perforación a una profundidad de 4.240 pies - y descendió un artefacto nuclear de 13 pies de largo por 18 pulgadas de ancho.
Programa Plowshare
La explosión experimental de Nuevo México era parte de un conjunto más amplio de experimentos conocidos como Plowshare, un programa establecido por la Comisión de Energía Atómica en 1957 para explorar el uso constructivo de dispositivos explosivos nucleares.
De 1961 a 1973, los investigadores llevaron a cabo 27 experimentos en el marco del programa Plowshare - que incluyó 35 detonaciones nucleares.
La mayoría de los experimentos se centraron en la creación de cráteres y canales. Entre otros objetivos, se pensaba sobre si el Canal de Panamá podría ampliarse a bajo costo.
Las pruebas, en su mayoría realizados en Nevada, también se llevaron a cabo en los campos de petróleo de Nuevo México y Colorado. El Proyecto Gasbuggy fue el primero de tres experimentos de fractura nuclear que se centraron en la estimulación de la producción de gas natural. Dos pruebas posteriores tuvieron lugar en Colorado.
En 1969, el Proyecto Rulison - en un sitio cerca Rulison, Colorado - se detonó un artefacto nuclear de 43 kilotones a casi 8.500 metros de profundidad para producir cantidades comercialmente viables de gas natural.
Unos años más tarde, el proyecto Río Blanco, al noroeste de Rifle, Colorado, fue diseñado para aumentar la producción de gas natural de la piedra arenisca de baja permeabilidad.
La prueba de Rio Blanco, en abril de 1973, consistió en la detonación casi simultánea de tres dispositivos de 33 kilotones en un solo pozo, de acuerdo con la Oficina de Gestión Ambiental. Las explosiones se produjeron a profundidades de 5.838, 6.230 y 6.689 metros por debajo del nivel del suelo. Este sería el último experimento del programa Plowshare.
Aunque una explosión nuclear de 50 kilotones para fracturar depósitos profundos de petróleo de esquisto- Proyecto Bronco - se propuso, nunca tuvo lugar. El aumento del conocimiento (y preocupación) sobre la  radiactividad emitida en estas pruebas justificó que el programa Plowshare se cancelara en 1975.
Proyecto Gasbuggy
"No se apreció ninguna nube con forma de hongo, pero el 10 de diciembre de 1967, una bomba nuclear explotó a menos de 60 millas de Farmington," explica el historiador Wade Nelson.
La detonación a 4.042 metros de profundidad creó una caverna revestida de vidrio fundido de unos 160 metros de diámetro y 333 metros de altura. Se derrumbó en cuestión de segundos. Mediciones posteriores indicaron fracturas que se extendieron a más de 200 metros en todas las direcciones - y aumentó significativamente la producción de gas natural.
Finalmente, se comprobó que el depósito no aguantó y se derrumbó. El volumen de gas fue menor del esperado y además contenía tritio, lo que le hacía radiactivo. El lugar quedó prohibido para cualquier actividad en el subsuelo y actualmente existe una placa en el sitio que recuerda la experiencia.
El fracking en España
La energía siempre ha sido un tema prioritario en EEUU, desde principios del siglo XX, y por tanto un tema de estado. Al fin y al cabo, la energía es una de las patas de la mesa desde donde ha venido ejerciendo la supremacía mundial en todos estos años.
Esta supremacía se ha conseguido mantener en el tiempo con una cercanía ininterrumpida entre grandes empresas y el gobierno federal. Así, a veces es difícil distinguir entre las declaraciones del departamento de Estado y las del CEO de una gran compañía energética.
El gobierno de EEUU y sus empresas han apostado por la fractura hidráulica como último método de obtención de hidrocarburos. Este procedimiento se ha conseguido después de importantes esfuerzos en I+D adaptados a la geología del país. Sin embargo, su aplicación ha ido ganando detractores entre los ciudadnos a medida que aumentaba la visibilidad.
El tema es complejo. A nivel mundial,  bastante analistas coinciden en unos hidrocarburos cada vez más caros y escasos y donde los derivados del esquisto no serán determinantes en las reservas futuras, dentro de 10 o 20 años. La exploración de gas y petróleo parece dirigirse al mar  y a aguas más profundas. El futuro pudiera predecirse con un mix energético en los que los hidrocarburos y especialmente el petróleo irían perdiendo peso.
La hidrofractura se reconoce como un avance tecnológico pero con dudas sobre su eficacia para obtener hidrocarburos baratos y abundantes a medio plazo. A todo ello, se unen unos discutidos efectos secundarios medioambientales, un aumento en las emisiones de metano y un consumo importante de agua,con un destino contaminado y fuera del reciclado natural, y todo dentro de un patrón acelerado de cambio climático que se supone cambiará los modelos locales de temperatura y pluviometría.
En el caso de España, el gobierno, a través del ministro de Energía, defiende unas actuaciones que parecen coincidir con el gobierno del conservador Camerón, pisar el freno de las renovables y dar un empujón sin complejos medioambientales a la hidrofractura y a las exploraciones marinas. En el caso británico, la campiña inglesa parece amenazada ante unas hipotéticas abundantes reservas. Las predicciones de reservas de gas para España, desde las agencias internacionales, se presumen discretas y localizadas. El ministro Soria, apoyado en informes de las empresas interesadas, defiende reservas mayores que las calculadas por la Agencia Internacional de la Energía .
Mientras tanto, Francia prohibió el fracking y Alemania dispone de una moratoria impuesta por la coalición gubernamental actual. Otros países de la Europa occidental manifiestan un entusiasmo discreto y una postura de aparente espera.
En el caso de España,  las zonas de interés para las prospecciones marinas se localizan en zonas costeras con la mayor actividad turística de Europa y en la cuenca vasco-cantábrica, como principal enclave para realizar la hidrofractura, donde la orografía daría visibilidad a la cara menos amable de la técnica.

Fuente: http://nofrackingvallespasiegos.blogspot.com.ar/2014/04/hacer-fracking-con-una-bomba-nuclear.html - Imagenes: Como uno puede imaginar viendo el cartel de la fotografía, esta información es pública y puede leerse  en documentos de la American Oil and Gas Historical Society.  
 

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