Los peligros de la industria bananera en Ecuador

Ecuador es el principal exportador de plátanos del mundo, con 37 millones de cajas en 2020. Sin embargo las violaciones de derechos humanos y laborales, la contaminación química y la destrucción de los ecosistemas contrastan con el éxito económico de esta agroindustria.

Samuel Bregolin
Sebastián Astorga Rostani


La producción frutícola es una de las actividades económicas más lucrativas de América Latina. El suelo fértil, el clima y la mano de obra barata han convertido las costas entre las ciudades ecuatorianas de Guayaquil y Huaquillas en un gran monocultivo del banano, la fruta más comercializada y consumida en el mundo. Ecuador es el principal exportador de banano a nivel mundial, con el 35% de la producción llegando a las mesas de los principales países consumidores de una fruta que, en la mayoría de ellos, no existe la posibilidad de producirla por razones climáticas. Europa, Estados Unidos, Rusia y Canadá son los principales destinos de las cajas que parten desde el sur del país sudamericano, aunque igualmente se exporta en gran medida al resto del mundo.

Este tipo de monocultivo, a largo plazo, destruye la biodiversidad, pone en grave riesgo el medio ambiente y los plaguicidas contaminan los acuíferos, empobreciendo la calidad de vida de las comunidades locales. Además, es difícil controlar los derechos laborales al interior de las plantaciones. Según el INEC, el Instituto Nacional de Estadística de Ecuador, el 75% de la población que reside en esas provincias tienen contratos temporales –es decir, que no gozan de los mismos derechos que aquellos con contratos regulares–, mientras que el 71,6% de las trabajadoras y trabajadores no cuentan con cobertura de salud. Las mujeres que trabajan en las fincas son frecuentemente víctimas de malos tratos y abusos sexuales, según reportan diversas oenegés que operan en la región.
Según la información recolectada y el trabajo investigativo realizado por el Movimiento de Mujeres de El Oro, los abusos sexuales son sumamente comunes en las fincas de una zona que se ha convertido en una ruta para miles de personas migrantes. Para este grupo de personas, que a menudo buscan trabajo cuando están de paso, su situación se torna más vulnerable. Muchas mujeres migrantes sufren acoso sexual y son víctimas de una carga de trabajo por parte de los patrones que las contratan sin recibir una compensación financiera adecuada ni los derechos laborales mínimos exigidos por la ley ecuatoriana.
Las primeras consecuencias de la guerra ya empiezan a verse también en América del Sur. Rusia y Ucrania eran dos de los mercados de referencia para las exportaciones internacionales del banano ecuatoriano. El cierre total del comercio causaría que en Ecuador se dejen de exportar 2,4 millones de dólares semanales en bananos, camarones y flores. Más de 1.800.000 cajas de banano, destinadas a Rusia y Ucrania, ya no se han embarcado en estas últimas semanas.

Fuente: https://www.elsaltodiario.com/ecuador/los-peligros-de-la-industria-bananera-en-ecuador

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