«Hongos Psicoactivos de Chile»: hacia un uso consciente y un saber compartido
«Hongos Psicoactivos de Chile» es el primer libro de Fundación Lobeliana, una organización dedicada a promover el reconocimiento de los psicofármacos como herramientas complementarias para el desarrollo de la conciencia. Esta obra es también la primera en compilar información científica y visual sobre todas las especies de hongos psicoactivos registradas en Chile, tanto endémicas como introducidas.
Texto por Constanza López Cabello
El libro surge de una rigurosa investigación que reúne todo el material bibliográfico disponible hasta ahora sobre este tipo de hongos en el territorio nacional. En sus páginas participan destacados especialistas, como Jonathan Ott, reconocido escritor, etnobotánico, micólogo y químico, referente mundial en el estudio de los enteógenos y sus usos culturales a lo largo de la historia. Además, la destacada micóloga nacional Giuliana Furci incluye un pequeño prólogo. Por último, los creadores y responsables de esta investigación fueron Benjamín Gelcich y Eugenio Figueroa, ambos coautores del libro y cofundadores de Lobeliana. “Fue Benjamin quien empezó a armar esta lista de hongos, haciendo un cruce bibliográfico entre las investigaciones de hongos psicoactivos con las que reconocen estas especies presentes en Chile. En algún minuto Benjamin me invitó a participar. Revisamos la lista y fuimos armando las fichas técnicas. Luego se nos ocurrió agregar ensayos e ilustraciones” relata Eugenio, quien además es parte del directorio actual de la Fundación.
Al prólogo de Furci, se suma una introducción de Gelcich y tres capítulos principales. El primero de estos, también escrito por Benjamín, “Bajo el faro de un ojo”, aborda el desarrollo de la psiconáutica –el estudio de la conciencia y los estados alterados de esta–. Este texto profundiza especialmente en el trauma asociado a la prohibición de estas sustancias psicoactivas y en la historia que dio forma al tabú en torno a ellas. El segundo capítulo, “Mycetimus cerebralis: a psychoptica fungica”, de Jonathan Ott, explora los principios activos de estos hongos y la historia de esta fascinante rama de la micología, así como también da cuenta de algunos usos tradicionales. Finalmente, “La ruta del bosque”, de Figueroa, se presenta como una introducción a la identificación de hongos. Este capítulo invita a practicar una recolección informada de estas especies, proporcionando además herramientas clave para su reconocimiento.
El libro concluye con un catálogo ilustrado por Pola Heredia –“Corpus fungarium”–, que a modo referencial detalla las características de las especies de hongos psicoactivos confirmadas en el territorio chileno. La ilustración de portada fue realizada por Donna Torres, mientras que Mark Long aportó con la fotografías de esporadas, tanto al interior del libro como presente en la contraportada.
El libro concluye con un catálogo ilustrado por Pola Heredia: «Corpus fungarium”. ©Endémico
¿Por qué hacer este libro?
La motivación principal de realizar esta compilación, dice Eugenio, tiene que ver con la libertad de poder entablar relaciones con estos hongos que han sido prohibidos. En sus palabras: “hoy en día quienes buquen una relación íntima con estas plantas y hongos tienen que recurrir a lo ilícito: cultivarlas o conseguirlas en el mercado negro. Actualmente entiendo existen en Chile dispensarios o asociaciones legales de usuarios de hongos psilocíbicos –Camellos y Dromedarios o Club de las Margaritas, por ejemplo–, pero tienes que declararte enfermo, que es la única manera de justificar el consumo de estas sustancias. Una tercera ruta es salir a buscar los hongos al bosque”.
Eugenio cita una frase atribuida a Escohotado, aunque al parecer, enfatiza, es de origen anónimo: «De la piel para dentro empieza mi exclusiva jurisdicción. Elijo yo aquello que puede o no cruzar esa frontera. Soy un estado soberano, y las lindes de mi piel me resultan mucho más sagradas que los confines políticos de cualquier país». A partir de esta idea, expresa su deseo de participar en el debate público sobre el uso de sustancias psicoactivas. “No quiero entrar en el argumento terapéutico, que aunque tiene ciertas ventajas, sigue siendo una libertad condicionada. Ese enfoque refleja un paternalismo por parte del estado que asume que no somos capaces de cuidarnos por nosotros mismos”, concluye el coautor.
Psilocybe zapotecorum. ©Alan Rockefeller
Dificultades de la investigación
La construcción de esta investigación no estuvo exenta de desafíos. El primero fue la escasa información disponible sobre el tema, especialmente porque en Chile no existe una tradición significativa de uso de hongos enteógenos o visionarios. A esto se suma la dificultad de encontrar registros visuales: en el caso de Psilocybe carbonaria, por ejemplo, no se logró hallar ninguna fotografía, por lo que su ilustración se basó únicamente en descripciones escritas. Eugenio también destaca las sinonimias como un gran desafío. “Los micólogos tienen una tendencia a cambiar los nombres constantemente. Teníamos una lista extensa de hongos, y la mayor parte del trabajo consistió en depurar estas sinonimias”, explica.
Sin embargo, las dificultades no opacaron las sorpresas del proceso. Eugenio comenta que, durante la investigación, descubrió que ya había visto varios de estos hongos antes. “Creo que eso fue algo bonito, porque revive la motivación de investigar”, afirma. Además, agrega: “Me di cuenta de que se puede hacer un gran aporte con la información disponible. Digerirla, resumirla, compilarla… Para mí, eso fue sorprendente cuando vi el resultado final”.
El libro pendiente
Esta publicación, como señala Gelcich en un video de la página oficial de Lobeliana, «es un libro pendiente de la micología tradicional». Su importancia radica no solo en contribuir al conocimiento científico y cultural sobre la presencia de estas sustancias visionarias en el territorio, sino también en educar y desmitificar el estigma asociado a los hongos en general. Asimismo, busca fortalecer iniciativas que promuevan un uso responsable. Por último, este libro fomenta un diálogo interdisciplinario que enriquece perspectivas desde la biología, la etnobotánica, la historia y estudios sobre la expansión de la conciencia.
Quizás, uno de los puntos más destacables del libro es que los autores no solo buscan acercar este tema a las personas, sino involucrarlas en la construcción de conocimiento. Desde el inicio, Gelcich invita a los lectores a compartir sus hallazgos: “Agradeceríamos mucho que, en caso de identificar alguna de las especies aquí expuestas, nos compartieran fotos tanto del esporoma como del contexto en el que fue encontrado” (p. 16). En la misma línea, Figueroa añade: “El Corpus Fungarium es una lista de especies en constante cambio que debe actualizarse permanentemente. Esto requiere un gran esfuerzo colaborativo, por lo que invitamos a cualquiera que encuentre un hongo potencialmente psicoactivo en Chile a contactar a los autores de este libro para estudiarlo en detalle” (p. 75). Hay, así una validez implícita en la práctica autodidacta de la construcción del conocimiento que incluye no solo a los científicos, sino a quien sea que se interese.
Esta invitación a participar destaca un enfoque inclusivo en la construcción del saber, donde no solo los científicos y expertos, sino también los aficionados, los psiconautas y todos aquellos amantes de los hongos y la naturaleza, desempeñan un rol clave. “La idea es que la gente se involucre, siguiendo un poco la línea de la ciencia ciudadana […] Los autodidactas tienen un montón que entregar sobre todo en esta área de la micología que hasta hace poco era un apéndice de los libros de botánica. Valentina Pavlovna y Robert Gordon Wasson, por ejemplo, hicieron trabajos increíbles en este ámbito y hoy son inspiración” comenta Eugenio. Al incorporar múltiples voces y experiencias, el conocimiento se enriquece, se vuelve más accesible y fomenta un sentido de corresponsabilidad, fortaleciendo el vínculo entre la investigación y las comunidades.
Este trabajo editorial constituye un hito relevante, no solo por su novedad temática. En Chile, hablar de los hongos psicoactivos presentes en el territorio resulta innovador, principalmente porque no existe una tradición histórica consolidada en el uso de estos psicofármacos. Aunque el consumo de hongos visionarios es relativamente reciente en el país, esto no implica que algunas de estas especies no existieran en el entorno antes de la llegada de los colonizadores –aunque muchas de estas especies llegaron con posterioridad–. En palabras de Giuliana Furci: “En Chile aunque no hay registro de prácticas ancestrales con hongos, si hay especies endémicas que contienen psilocibina, por ejemplo” (p.11). La relevancia de la obra radica también en su exhaustividad: se trata de una fuente bibliográfica que aborda el contexto de la prohibición cultural impuesta por Occidente, cuenta con la colaboración de destacados expertos en micología y ofrece herramientas prácticas al constituirse como una guía de campo integral.
Hongos Psicoactivos de Chile trasciende su carácter de obra de divulgación científica para convertirse en un proyecto cultural que invita a una reflexión más amplia sobre la relación entre las comunidades, el territorio y los saberes ancestrales y contemporáneos. Su enfoque colaborativo y accesible contribuye a desmitificar prejuicios, fomentar el respeto por la diversidad biológica y abrir nuevas rutas hacia un uso consciente y respetuoso de los hongos psicoactivos. En este sentido, constituye un llamado a repensar nuestra conexión con el entorno, recordando que el conocimiento se construye colectivamente y se nutre del diálogo constante entre diferentes disciplinas y grupos sociales.
Sobre Fundación Lobeliana
La fundación nace en 2022. Es una organización sin fines de lucro que tiene como misión el rescatar, actualizar, visibilizar y hacer disponible el conocimiento acumulado hasta hoy sobre fármacos naturales y psicoactivos, para así, mediante hechos, poder demostrar el potencial, hasta ahora restringido, de muchas sustancias prohibidas históricamente.
Hoy el foco es construir una biblioteca a partir de otras bibliotecas donadas en vida por investigadores de sustancias psicoactivas. La idea es mantenerlas íntegras manteniendo el espíritu curatorial de sus creadores originales.
Ficha técnica - Título: Hongos Psicoactivos de Chile - Autores: Benjamín Gelcich Vergara, Eugenio Figueroa Leigh, Jonathan Ott, - Prólogo: Giuliana Furci, - Ilustraciones: Pola Heredia y Donna Torres Diseño: Pola Heredia- Fotografía: Mark Long
Para conseguir el libro hay que escribir directamente a contacto@fundacionlobeliana.org
Encuentra más información en: https://fundacionlobeliana.org/
Fuente: Revista Endémico - https://endemico.org/hongos-psicoactivos-de-chile/ . Imagen de portada: ©Donna Torres