Los petroleros baten el récord de transporte de crudo por un Ártico que se deshiela a toda velocidad

 

Es ya muy sabido que, recalentadas por el efecto invernadero a una velocidad cuatro veces superior a la media del planeta, las aguas del Ártico son cada vez más navegables porque el hielo que las cerraba, simplemente, se funde. Quizá es menos conocida la dimensión del fenómeno: en solo diez años, las travesías completas se han multiplicado por 24: el año pasado se batió el récord de singladuras totales del océano del norte. Casi 100 viajes de punta a punta. La mayoría fueron petroleros.

Raúl Rejón

La desaparición de la capa helada provocada por la subida constante de la temperatura del planeta ha disparado el transporte marítimo en el Ártico. No es ya que más barcos puedan usarlo más a menudo en algunas zonas, sino que las singladuras completas para cruzar de un lado a otro todo el océano han pasado de cuatro en 2010 a 97 en 2024, según los datos del Centre for High North Logistics de la Universidad de Nord (Noruega). Ese camino permite evitar el canal de Suez.

Además, la cantidad de cargamento transportado en esas travesías también va de récord en récord, lo que da otra idea de cómo el océano antes helado se está convirtiendo en una autopista marina. En ese mismo periodo, el volumen total ha saltado de menos de un millón de toneladas a más de tres millones. El 62% de todo lo que se transportó por estas aguas en ese casi centenar de viajes fue petróleo. Y otro 28% fueron cargueros con carbón, fertilizantes (hechos a base de combustibles fósiles también) y mineral de hierro.
El efecto invernadero exacerbado que causan los gases emitidos a la atmósfera por el sistema de producción actual incide de forma más aguda en el Polo Norte. La temperatura global allí ha subido cuatro veces más que la media de la Tierra. Ese calentamiento está detrás de la desaparición de la capa helada en el Ártico.
Los peores registros
En septiembre pasado, que es la temporada de mayor concentración de barcos en el Gran Norte, los satélites registraron la extensión mínima anual del hielo marino. Fue la séptima peor marca desde que hay datos. Una muesca más en el declive continuo de la capa helada. En realidad, los últimos 18 años han sido los 18 peores registros, es decir, los años en los que más hielo se fundió. Algo que, según subrayan los científicos, indica el avance del calentamiento global del planeta.
Además, lo que queda congelado es más delgado –más del 60% del volumen de hielo se perdió en solo 30 años, según las mediciones por satélite– lo que permite que los buques rompehielos sean más eficaces a la hora de abrir camino para los cargueros cuando las aguas no están totalmente libres para navegar.
¿A quién le interesa un Ártico fundido y líquido? A la luz de los datos de estas travesías repletas de combustible fósil, hay dos protagonistas: Rusia y China. 34 de estos viajes en 2024 partieron de puertos rusos hacia China, que transportaron el 95% del cargamento (mucho petróleo). “La exportación de crudo se ha convertido en el cargo principal de estos tránsitos”, subraya el reporte del Centro.
Rusia transportó por el Ártico en 2024, en todas sus rutas no solo en la singladura total, un nuevo pico de 38 millones de toneladas. En los últimos diez años, esa cantidad ha saltado de 3,7 millones de toneladas a este último récord de 38 millones. Diez veces más.
La fiebre extractiva ártica
El encargado de Protección del Ecosistema Marino del Consejo Ártico, Hjalti Hreinsson, ha señalado el “incremento de la extracción de recursos naturales” entre los motivos que impulsan la llegada de más y más barcos a esas latitudes. “Quizá el más prominente”, decía.
Prueba el crecimiento sin freno del tráfico marítimo el hecho de que, en la década que va de 2013 a 2023, el número de barcos únicos que entraron en el Ártico creció un 37% (de 1.298 a 1.782), según el mismo Consejo (un organismo en el que participan los estados del Ártico y los habitantes del Círculo Polar).
Y no solo se trata de que más barcos se adentran en esas aguas, sino que navegan mucho más: la distancia que viajan ha crecido más de un 100%. Si en 2013 sumaron 6,1 millones de millas náuticas, en 2023 llegaron a 12,9 millones.
Pegadas a las declaraciones anexionistas del presidente de EEUU, Donald Trump, sobre tomar el control de Groenlandia aparecieron las palabras de su hijo, Donald Jr, quien, de visita en la isla de soberanía danesa, admitió el valor que suponía la extracción de minerales raros que están quedando al descubierto por el rápido retroceso de la capa de hielo meridional. La mayoría del territorio de Groenlandia cae dentro del Ártico.
Además de las perforaciones en busca de gas y petróleo impulsadas por Rusia o de minerales en Groenlandia, a la carrera por las reservas árticas hay que añadirle los recursos pesqueros: el 41% de todos los barcos que penetraron en las aguas del Ártico en 2023 fueron pesqueros, explica el Consejo Ártico. En diez años han crecido casi un 30%.
El fin del hielo alimenta la aceleración azul
Un reciente trabajo sobre el tráfico marino en esas latitudes –en el que participaron el Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos y el Centro Vasco para el Cambio Climático– explicaba que el declive del hielo podía conllevar rutas más rápidas que rebajaran las emisiones de gases de los barcos. Pero, al mismo tiempo, describía que también podría contribuir a la llamada “aceleración azul”, que pone en riesgo el ecosistema marino
¿Aceleración azul? Este concepto describe “la carrera entre intereses competidores para hacerse con [recursos como] la comida, los materiales y el espacio del océano”. Esto quiere decir que, a medida que la demanda de recursos sigue creciendo y la disponibilidad en tierra disminuye “se incrementa la expectativa de que el océano sea el motor del desarrollo”.
El trabajo que describió este concepto de explotación del mar habla de perforaciones petrolíferas y gasísticas, de la pesca y de la minería a grandes profundidades. El Ártico deshelado es un teatro de operaciones que conjuga todos estos elementos.
Al aumento de la presión pesquera en zonas como el mar de Barents se le suma la determinación de Rusia por seguir extrayendo combustibles fósiles en el Ártico y transportarlos por el mar deshelado. Incluso, hace poco más de un mes se supo que Noruega había detallado un plan para dar concesiones de minería en el fondo marino ártico bajo su jurisdicción (calculaban que hay 38 millones de toneladas de cobre, 45 millones de toneladas de zinc, 2.317 toneladas de oro más otras tierras raras). De momento la presión social ha detenido el plan.
El océano del Gran Norte, según se recalienta, es un campo abonado para esa aceleración azul, aunque, en realidad, sus aguas sin la capa blanca helada que las protege de la radiación solar se convierten, más que en cualquier otro color, en negras.

Fuente: https://www.eldiario.es/sociedad/petroleros-baten-record-transporte-crudo-artico-deshiela-velocidad_1_11978263.html  - Imagen de portada: Operaciones en la plataforma petrolífera rusa en el Ártico.

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