La ciencia vuelve a decir lo mismo: las altas temperaturas del Mediterráneo intensificaron la tormenta que arrasó Libia
Las temperaturas récord del mar añadieron más humedad al aire y generaron lluvias que nunca se habían visto, según revela un estudio del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados Imedea (CSIC-UIB) y de la Universitat de les Illes Balears: Fue una tormenta catastrófica, devastadora, una de las más intensas hasta el momento. Denominada Daniel y a su paso por el Mediterráneo, arrasó Libia, donde fallecieron miles de personas. En Grecia, Turquía y Bulgaria, las lluvias torrenciales también causaron víctimas mortales. Y se calcula que unas 42.000 personas tuvieron que desplazarse por las inundaciones. ¿Cuánto influyó el cambio climático en la fuerza de este ciclón? Es la pregunta que, con la DANA en Valencia, la población española, que ha visto de cerca los efectos de estos fenónemos, ha comenzado a plantearse. La respuesta de la ciencia vuelve a ser la misma: mucho.
EFE/CLIMÁTICA
Investigadores del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados Imedea (CSIC-UIB) y de la Universitat de les Illes Balears (UIB) han concluido el papel crucial que tuvieron las temperaturas récord del Mediterráneo, de hasta 5,5 grados por encima de lo normal, en alimentar el mayor ciclón de la historia de la región, ocurrido en septiembre de 2023.
Un reciente estudio publicado en la revista npj ClimateandAtmosphericScience muestra cómo las temperaturas anómalamente altas de la superficie del mar contribuyeron a la intensificación de la tormenta Daniel y la convirtieron en el ciclón más mortífero registrado jamás en el Mediterráneo, ha informado la UIB en un comunicado.
La tormenta Daniel, formada a partir de un sistema de baja presión el 4 de septiembre de 2023, evolucionó rápidamente en el corazón del Mediterráneo hasta convertirse en un medicane, un ciclón mediterráneo con características tropicales. Durante su trayectoria, dejó precipitaciones sin precedentes: en Grecia se acumularon más de 700 mm (litros de agua por metros cuadrado) en apenas 18 horas, mientras que en Libia se registraron 414 mm en un solo día en Al-Bayda.
Estas lluvias extremas provocaron el colapso de infraestructuras críticas, lo que desató una catástrofe humanitaria, con un saldo estimado de entre 4.000 y 10.000 fallecidos y daños económicos que superan los 20.000 millones de dólares (unos 19.200 millones de euros).
El estudio identifica las temperaturas elevadas del mar, con anomalías de hasta 5,5°C por encima de la media histórica en algunas zonas, como el factor principal que intensificó la tormenta. Estas temperaturas proporcionaron energía y humedad adicionales que potenciaron la intensidad del ciclón y las precipitaciones extremas.
Para entender el impacto de las altas temperaturas del Mediterráneo en la tormenta Daniel, los científicos utilizaron un modelo climático avanzado llamado Weather Research and Forecasting (WRF), que permitió simular dos escenarios: uno con las condiciones reales de 2023 y otro en el que se eliminó el efecto del calentamiento de la superficie del mar. «Sin unas temperaturas del mar tan altas, la tormenta Daniel no habría generado las lluvias tan extraordinariamente intensas«, señala Daniel Argüeso Barriga, uno de los autores del estudio.
Además, el modelo climático del estudio logró reproducir con exactitud los patrones de lluvia registrados durante la tormenta, lo que valida la metodología y destaca la importancia de estas herramientas para anticipar fenómenos extremos.
Un estudio rápido de atribución del World Weather Attribution (WWA) ya avanzó que el calentamiento provocado por la actividad humana multiplicó por diez la probabilidad de lluvias torrenciales en Grecia, Bulgaria y Turquía; y por 50 en Libia. Los autores también concluyeron que en España se podían esperar episodios de precipitaciones tan intensas una vez cada 10-40 años. La DANA de València ha sido un ejemplo.
En el caso de Libia, los científicos especifican que un evento de lluvia extrema como este cuenta con hasta un 50% más las precipitaciones a causa de los gases de efecto invernadero. Estas lluvias torrenciales pueden ocurrir una vez cada 300-600 años en el clima actual. Es decir, son muy improbables aunque ahora son 50 veces más probables que antes del calentamiento global causado por la acción humana.
Un aumento sostenido de las temperaturas en el Mediterráneo
El Mediterráneo ha experimentado un aumento sostenido de temperatura en los últimos años, con récords consecutivos durante los meses cálidos de 2022 y 2023. Los investigadores han destacado la «urgencia» de mejorar los modelos climáticos para incluir interacciones aire-mar en tiempo real y validarlos con datos de alta resolución; y de incrementar la cooperación internacional para compartir datos meteorológicos y mejorar la previsión y respuesta a eventos extremos.
Otra de las líneas de trabajo que recogen es la necesidad de profundizar en la investigación sobre el papel de la temperatura de la superficie del mar en otros fenómenos similares como las lluvias extremas en Europa central o ciclones tropicales en otras regiones.
Advierten de que, a medida que las temperaturas del Mediterráneo sigan subiendo a causa del cambio climático, es probable que la región experimente tormentas más intensas. En este contexto, la región afronta retos significativos para adaptarse a ese nuevo paradigma climático.
Invertir en sistemas de alerta temprana, infraestructura resiliente y políticas climáticas basadas en la ciencia será clave para mitigar los impactos de estos eventos, concluyen.
Fuente: https://climatica.coop/altas-temperaturas-mediterraneo-intensificaron-tormenta-libia/ - Imagen de portada: Las lluvias torrenciales causaron miles de muertes en Libia. Foto: IMEDEA (CSIC-UIB)