Finlandia se vuelca con la nuclear
Pese a los retrasos que acumula la primera central europea construida desde Chernóbil otras tres solicitudes se acumulan sólo en el país nórdico
por: ADRIÁN SOTO
La energía nuclear está de moda en Finlandia. Y ello pese a los retrasos que acumula la construcción de la que será la primera central nuclear europea desde el accidente de Chernóbil. El camino recorrido en ese cambio ha sido largo.
En mayo de 2002 el partido nuclear europeo se anotó un valioso triunfo. El parlamento finlandés -Edukunta- aprobó la construcción de una nueva central nuclear por 102 a 92 votos. En aquel entonces la opinión pública finlandesa era de un 67% en contra de ampliar el parque nuclear del país.
Dos fueron los principales criterios que prevalecieron entre los parlamentarios, el económico, por el menor coste por kilovatio, y el geopolítico, al minimizar la dependencia de fuentes energéticas provenientes de Rusia.
En octubre de 2003, el consorcio propietario de la futura central nuclear, TVO, anunció que la nueva central se construiría en la isla de Olkiluoto, en la costa occidental de Finlandia, por la empresa pública francesa Areva. El reactor elegido fue el EPR (siglas en inglés para el Reactor Presurizado Europeo), cuya capacidad productiva es de 1.600 megavatios y es el reactor más grande jamás construido. El costo inicial se estimó en 3.000 millones de euros.
Así es como las obras de construcción comenzaron en mayo de 2005 bajo la dirección de ingenieros franceses. En junio de este año, la central debería haber comenzado a producir electricidad. Sin embargo, la enorme obra de ingeniería ha tenido serios tropiezos. Según las últimas estimaciones la central entrará en funcionamiento en junio del 2012, es decir, con tres años de retraso y su costo final puede superar los 5.000 millones de euros.
Según fuentes de TVO, los planes de Areva fueron desde el inicio poco realistas. A esto se suma que la nueva generación de ingenieros nucleares no tenía experiencia práctica, pues Olkiluoto 3 (OL3) fue la primera central nuclear que se comenzó a construir en Europa, después del accidente de Chernóbil en 1986. En la actualidad en Francia se construye una central similar, la Framanville 3, en Normandía.
La Agencia de Seguridad Nuclear de Finlandia, (STUK) ha detectado hasta 1.500 problemas relacionados con la seguridad y aún está a la espera de varias correcciones para los planes de la última fase de la construcción. El retraso es tan significativo que Finlandia no podrá cumplir con sus reducciones de C02 como establece el protocolo de Kioto.
OL3 es la quinta central nuclear que se construye en Finlandia. Las cuatro existentes producen el 26 de la electricidad que produce el país. El consorcio TVO es propietario de las otras dos centrales en Olkiluoto, construidas en 1978 y 1980 con una vida útil de 40 años extendida recientemente a 60 años. Las otras dos centrales están en Lovisa, en la costa sur, y pertenecen al consorcio estatal Fortum. Su vida útil de 30 años fue ampliada hasta los 50 años.
Oficialmente Finlandia está abierta a todas las fuentes de energía, pero en la práctica demuestra que la dirección política del país se ha decantado claramente por la energía nuclear. Y el partido nuclear europeo, obviamente, quiere aprovechar el momento.
Cuando aún no se solucionan los problemas de construcción en la que será la quinta central nuclear del país, tres solicitudes para la construcción de centrales nucleares han llegado hasta el Ministerio de Economía, del cual depende la política energética del país. A las solicitudes de TVO y Fortum se suma también un nuevo consorcio Fennovoima, con importante participación del gigante energético E.ON. También la sueca Vattenfall ha adquirido terrenos con miras a una futura central y son muchos los municipios interesados en acoger las futuras centrales nucleares.
Según el ministro de Economía, Mauri Pekkarinen, el Gobierno decidirá sobre estas solicitudes en la primavera del próximo año. "No creo que las tres solicitudes sean aceptadas en una misma legislatura", dijo el ministro, dejando la puerta abierta para la aceptación de dos.
Lo curioso es que tan decisiva apuesta por la energía nuclear no ha sido el resultado de un debate coherente. Pero los argumentos sobre la menor dependencia energética de Rusia y la disminución de emisiones CO2 han calado en la opinión pública. Así es como las últimas encuestas de opinión dan un 57% a favor y un 35% en contra de la construcción de nuevas centrales.
Los Verdes, que forman parte del actual Gobierno de centroderecha, quizá de forma oportunista, simplemente sacaron el tema de la energía nuclear de su programa político y en consecuencia no figura entre sus prioridades del acuerdo de Gobierno.
También la poderosa Confederación Sindical, SAK, apoya la nueva política energética. "La construcción de centrales nucleares, significa trabajo para nuestros afiliados. También es una energía más limpia que los hidrocarburos y que por lo tanto puede ayudar en la lucha contra el cambio climático", dijo el secretario para el área productiva del SAK, Janne Metsämäki.
OL3 es la primera central nuclear de tercera generación y el reactor EPR representa lo último de la tecnología del sector. A pesar de que fue diseñado antes del 11-S, la bóveda que almacena ese reactor está construida con hormigón pesado con cavidades de gases que puede resistir el impacto de un avión de pasajeros. El reactor está dotado de una serie de mecanismos, que en caso de accidente, recogen los vertidos evitando las emisiones radiactivas.
La construcción de OL3 es también una pieza importante en la agenda del presidente de Francia, Nicolás Sarkozy. El mandatario francés ha comercializado el reactor EPR en el Magreb, en el Medio Oriente, en China, en Brasil y en África del Sur.
"Es impresionante, el interés que despierta entre los países en desarrollo. Hemos recibido visitas de Turquía, de Chile, de Egipto, de los Emiratos Árabes, de Malaisia, de Vietnam, Indonesia, Tailandia. Todos por igual aseguran que pronto comenzarán a construir sus propias centrales", declara el director de la Agencia de Seguridad Nuclear de Finlandia, Jukka Laaksonen.
Fuente: el País