SEA SHEPERD: Porque nos encanta que nos odien
Escrito por Sea Shepherd Conservation Society
La estrategia de reconocer a nuestros enemigos o porque nos alegramos de ser la organización por la conservación más despreciada e injuriada del mundo
Por el Capitán Paul Watson
Este año, la Sea Shepherd Conservation Society celebrará nuestro 33º año de operaciones.
Treinta tres años y seguimos aquí. Seguimos aun enérgicos y más fuertes que nunca. No ha sido fácil. Tenemos enemigos, muchísimos, literalmente, tenemos hordas de enemigos.
Y estos son los enemigos que nos hacen fuertes, los que nos mantienen activos, que nos hacen estar en alerta y nos permiten ser la organización de la conservación de la fauna marina más agresiva, más determinante y más exitosa del mundo.
Cuando en 1977 fundé la Sea Shepherd Conservation Society, quería crear una organización de dedicados y apasionados voluntarios y seguidores. No quería algo amable: reciclemos, adopta una ballena, firma una petición, organiza una maratón, un club social. Quería una organización intervencionista y no un club de la conservación.
No fundé Sea Shepherd para ser una organización de protesta. Mi objetivo era la intervención. Quería crear una organización que agitara el barco, hundir unos cuantos si hace falta. Quería un grupo que dijera las cosas que la gente no quería oír, que serían políticamente incorrectas y que haría cosas que no agradarían, en resumen, una organización que enfurecería a algunos.
¿Por qué? Porque es gente que está en la raíz de nuestros poblemos medioambientales y de conservación. Es gente que roba la capacidad de carga de otras especies, destrozando el hábitat, contaminando los océanos, la tierra y el aire. Es gente que asciende sus números a niveles de locura. Fundamentalmente, es una cultura inventada por los seres humanos arrogantes que pone un precio a todo lo que hay en la naturaleza y escoge deliberadamente seguir ignorando el daño que cada día se inflige sobre el mundo natural.
Ah, y tenemos y hacemos cabrear a la gente. Nos hemos convertido en unos expertos. En realidad, es simple. Todo lo que tenemos que hacer es decir la verdad. Todo lo que tenemos que hacer es confrontar a la gente, a las corporaciones y al gobierno, responsables de la explotación sistemática y avara del medioambiente, de la vida salvaje y de la naturaleza.
Nunca fue nuestra intención ganar un concurso de popularidad o de recibir el Premio Medioambiental Chevron. De hecho, saco buena parte de satisfacción personal cuando oigo a la gente denunciar a Sea Shepherd, poniéndonos verdes y lanzando amenazas.
Durante las últimas tres décadas, yo mismo he sido llamado muchas cosas. Los capitalistas me han llamado comunista y los comunistas y socialistas me han llamado capitalista imperialista. De hecho, me han llamado imperialista cultural, imperialista etnocéntrico, elitista, fascista, anarquista, ateísta, extraterrestre, marica y homófobo. He sido condenado como pacifista, ecoterrorista, pirata, criminal y ludita. Ah sí, también soy un racista, un fanático y un sexista. He sido llamado asesino aunque no logre recordar haber matado a nadie. He sido llamado contrabandista, asesino de bebés de focas, contaminador, hipócrita y desde luego estúpido, gilipollas, lameculos, tarado, memo, bla bla bla....
Resulta enormemente divertido. Puede que tal vez sea alguna de esas cosas, no lo sé y francamente me tiene sin cuidado, sin embargo no puedo serlo todo y con certeza, no al mismo tiempo. Por tanto, las anoto todas como un surtido de percepciones de la realidad de otra gente, que no conozco o no me importa lo más mínimo y por tanto, pueden fácilmente descartarse.
Carlos Castañeda, en sus cuentos épicos de Don Juan, escribió una vez sobre la importancia de los enemigos. A medida que aumentan los logros personales, aumenta el número de enemigos. El éxito engendra resentimiento. El triunfo da origen a la confrontación. Las acciones provocan ira y la ira es el combustible de la hostilidad.
La honesta verdad es que nuestros enemigos nos hacen recordar que estamos en el camino correcto. Nuestros enemigos nos inspiran más acción y nos dan la fuerza para la batalla. Su odio, rencor y desafíos actúan sobre los motores de nuestra voluntad como combustible de alto octanaje. Y gusto mucho de esa ráfaga de energía, ese oleaje de inspiración que cada uno de estos aliados desconocidos nos da.
¿Quiénes son nuestros enemigos? ¿Por dónde empezamos? Estamos bendecidos con tantos...Los he situado en tres categorías separadas. La primera categoría son nuestros enemigos profesionales. Piratas balleneros, cazadores de foca, pescadores ilegales, cazadores furtivos y contaminantes y por supuesto sus sirvientes, los políticos y burócratas, en cuyas faldas se esconden en defensa de sus nefastas atrocidades.
Estos enemigos son de alcance internacional. Tenemos balleneros que nos odian en Noruega, Japón, Islandia, las Islas Faeroe, Groenlandia y en la pequeña Bahía Neah, en Washington. Tenemos a unos resentidos perdedores cazadores de foca que nos desprecian en Terranova, Québec, Noruega, Rusia y Sudáfrica. Entre los cazadores furtivos tenemos a una plétora de enemigos por todas partes de los océanos del mundo y no caemos muy bien en comunidades pesqueras de muchísimos países como Taiwán, St. Lucia, las Azores, Indonesia y Ecuador, por nombrar solo a unos cuantos.
Hace varios años, un periodista canadiense me preguntó lo que se sentía al ser el hombre más odiado de Terranova. Le respondí que pensaba que ese honor lo tenía Brian Davies de la International Fund for Animal Welfare pero que de ser cierto y de habérseme pasado la antorcha, entonces era un título del que me siento orgulloso ostentar. En realidad, un tipo tiene que estar haciendo algo para ganarse el título del hombre más odiado del mundo en Terranova. Me gané ese título salvando a las focas como hizo Brian antes que yo, y si salvar las vidas de los bebés de foca es razón para ser odiado, solo puedo esperar salvar a más y ser odiado todo lo posible por ello.
La segunda categoría de enemigos son aquellos que en la superficie parecerían ser aliados, nuestros estimados compañeros conservacionistas. Por desgracia, Sea Shepherd es la ‘Señorita de la noche’ del movimiento ecologista. Muchos de nuestros aliados están de acuerdo con nuestros objetivos durante el día pero no quieren estar relacionados con nuestros métodos por la noche. Afortunadamente, creemos que la fuerza del movimiento conservacionista reside en la diversidad de enfoques y damos la bienvenida a los enfoques de los grupos que no toleran nuestros métodos. La cuestión del asunto es que Sea Shepherd no existe para satisfacer las inquietudes de otras organizaciones. Existimos para intervenir en la protección de las especies en peligro de extinción y habitats. Tratamos esta categoría con diversión y tolerancia.
Un ejemplo de esto se sitúa en 1986. Acababa de hundir media flota ballenera islandesa. Era una gran noticia y mientras estaba haciendo un programa en Vancouver, Canadá, algún idiota hizo una llamada de amenaza de bomba en protesta por mis tácticas violentas. No bromeo. De cualquier modo, evacuamos la estación. Un periodista pone un micrófono en mi cara y pregunta, "Greenpeace lo acaba de condenar por terrorista. ¿Cual es su reacción?" respondí diciendo, "Bueno, ¿qué se puede esperar de las señoritas de Avon del movimiento ecologista?
Greenpeace no me ha perdonado. Sin embargo, habían iniciado el ataque y nos llamaron terroristas. Defendí a Sea Shepherd acusándolos de algo que sonaba familiar, refiriéndome a su legión de abogados de puerta en puerta.
Otro ejemplo es Dian Fossey. Esta mujer es responsable, sin recibir ayuda, de la supervivencia del Gorila de Montaña. Tuvo sus auténticos enemigos en el gobierno y por supuesto, entre los cazadores furtivos. Tuvo muchos críticos y han sido muchas las historias que trataron de desacreditarla. Fue una mujer que dijo lo que tenía que decirse e hizo lo que necesitaba hacerse. Su trabajo trajo mucho dinero a dos grandes grupos por la conservación (ellos saben quienes son). Llegaron en millones en su activismo y le devolvieron miles para apoyar su trabajo. Sin embargo, cuando aplicó mano dura a los cazadores furtivos, ambos grupos amenazaron con escindir sus fondos completamente a menos que se retirara. En este caso, fue saboteada por sus aliados por atacar a los verdaderos enemigos.
La tercera categoría de enemigos son aquellos que moran en el cieno del fondo del cañón del enemigo. Son los chiflados que no tienen otra vida que la de hacer su negocio arrojando barro y porquería. Tenemos a unos cuantos de estos. Salen de la nada para atacarnos en nombre de lo social, cultural o políticamente correcto. Normalmente no tienen mucho que decir, por supuesto no mucho que se base en hechos reales o coherentes. Entre esta multitud están unos cuantos ex miembros desilusionados de la tripulación cuya reacción, tras ser rechazados o expulsados del barco merecidamente, es vengarse con calumnias y mofas. Son los looney tunes que gastaron su dinero colgando páginas Web para atacarnos. Las páginas Web, con pegadizos nombres como 'matalasballenas.com' o ‘La página no oficial de Paul Watson’ aparentan tener pruebas a lo que aluden, sin embargo nunca demuestran mis delitos, que van desde el contrabando de especies en peligro de extinción a la matanza de bebés de foca. Y luego existen las divertidas estupideces en la página Web de Piratas Ecológicos, donde los parias sociales se reúnen para masturbarse mutuamente con desvaríos y retórica.
Desde 1977, hemos tenido más de 4000 voluntarios y empleados en la sociedad. Al margen de estos, únicamente una docena aproximadamente se han ido amargados y descontentos y se han dedicado a intentar desacreditar o avergonzar a Sea Shepherd. De estas categorías, hemos tenido acusaciones de que vertemos combustible en el océano, de que arponeamos a delfines y de que disparamos a las aves por deporte. Solo existe una táctica que usar contra esta categoría de imbéciles y es ignorarlos. Desde la invención de Internet, cualquier homínido yo-yo con dos neuronas que refregar puede hacer una página Web y arrojar todos los disparates que quiera. Responderles solo añade leña a su fuego y les inspira a crear acusaciones más extravagantes.
De manera que es importante reconocer quienes son nuestros enemigos legítimos. Caen exclusivamente en la categoría número uno. Es en esta categoría de enemigos donde dirigimos nuestras energías y atención. La categoría número dos es una diversión y puede tratarse respondiendo únicamente cuando atacan y categoría número tres es la que no merece hacer nada y puede ignorarse estratégicamente, a menos que no se incorpore dentro de una estrategia particular. Por tanto, podemos hacer blanco ofensivamente a nuestros auténticos enemigos como son los balleneros piratas, los cazadores de focas ilegales y las operaciones de pesca al margen de la ley y tratar defensivamente los ataques de nuestros 'aliados'.
El milagro ha sido que después de 33 años aun siga vivo y que la Sea Shepherd Conservation Society haya sobrevivido. Ello, a pesar de cientos de confrontaciones, a pesar de haber recibido un disparo, de que nuestros barcos hayan sido saboteados, nuestros buques embestidos, amenazadas nuestras vidas, a pesar de haber sido acusados, golpeados por los cazadores de foca, gaseados con gas lacrimógeno y perseguidos por numerosas armadas nacionales.
Cuando nuestros enemigos nos llamaban piratas, respondíamos diseñando nuestra propia Jolly Roger. Personalmente, pensé que la acusación era aduladora. Allá por el siglo XVII, no fue la marina británica ni española la que detuvo a los bucaneros en el Caribe. Ese trabajo fue logrado por Henry Morgan, un pirata. Morgan no se convertió en un criminal hasta que fue Gobernador de Jamaica. En otras palabras, si quieres detener la piratería, necesitas piratas y Sea Shepherd es una organización de piratas buenos en la persecución de los piratas malos.
La Sea Shepherd Conservation Society es una organización de intocables. No pueden sobornarnos y los programas políticos, culturales, filosóficos o sociales no pueden distraernos, decimos lo que debe decirse, informamos de lo que vemos e intervenimos contra las actividades ilegales tal como está definido en la ley internacional. Y nunca, durante nuestros 33 años de activismo en alta mar, hemos sido acusados de una lesión o muerte a ningún ser humano.
Nos sentimos orgullosos de nuestro historial y de nuestros logros y este orgullo nos ha dado la confianza en nosotros mismos para actuar dónde y cuándo debamos, para detener la cruel destrucción ilegal de la vida y de los habitats en todos los océanos del mundo.
Nuestros enemigos reales están ahí fuera, en el agua, y seguiremos desafiándolos en el mar, en calma o agitado, en los témpanos de hielo y en el cálido trópico. Los desafiaremos en los tribunales y en el mercado y nuestro objetivo será la única cosa que realmente valoran, sus ganancias mal ganadas. Para lo que se ha dicho y hecho, ser odiado e injuriado no es tan malo. Falsas acusaciones, rumores maliciosos, hechos inventados, mentiras retorcidas y decepción, son todo trivialidades y pueden ignorarse.
La única cosa que importa, que realmente importa, es que seguimos en nuestro enfoque de detener a los asesinos y destructores. Lo que importa son las vidas que salvamos y las especies y ecosistemas que protegemos.
Nuestra obligación y responsabilidad es para el futuro, lo que este mundo parecerá de aquí diez, cien, mil, incluso millones de años a partir de ahora a menos que no pasemos a la acción.
Un conservacionista puede permitirse que lo ataquen y lo odien, lo que no podemos permitirnos es fracasar en pasar a la acción. Nunca debemos permitir tener temor a la calumnia, temor a los otros para que nos disuadan de hacer lo que debe hacerse. Y lo que debe hacerse es cualquier cosa que contribuya a corregir los injustos crímenes de la humanidad contra la naturaleza.
De aquí a quinientos años nadie recordará las trivialidades de hoy. A nadie le importará quien dijo sobre quien, ni siquiera alguien recordará la mayoría de acciones y campañas. La gente recordará que una vez las ballenas vivieron pero que ya no existen. Recordarán que una vez hubo bosques tropicales, o tal vez, habrá bosques tropicales y recordarán el nombre de Randy Hayes. O tal vez aun habrá Gorilas de Montaña y recordarán a Dian Fossey. Y con esperanza, aun habrá ballenas en los océanos debido a nuestros esfuerzos de conservación de acción directa.
La gente injuriada hoy por su activismo serán los ángeles de mañana y la gente respetada hoy por su riqueza y poder serán los demonios de mañana. La historia nos absolverá a nosotros y los condenará a ellos. Una cosa puede decirse con absoluta certeza: salvar las vidas y proteger a las especies y habitats está bien. Matar y destruir las especies y habitats está mal. No hay nada de confuso sobre este precepto. O bien eres un protector de la Tierra o bien un parásito destructivo de la Tierra y los mares.
No hay nada que un asesino explotador parasitario de la Tierra tenga o pueda decir, que logre disuadir a una persona dedicada en la protección de la vida, de nuestros ecosistemas y de nuestro planeta. Todo lo que necesitamos recordar es que cuando la gente nos pone verdes y nos lanza amenazas es señal de que podríamos estar haciendo algo que vale la pena.
Como Oscar Wilde una vez dijo sabiamente: "Lo único peor de que hablen de ti es que no lo hagan."
Por tanto, para nuestros críticos más estúpidos, no dejaremos de hablar de ellos, simplemente no tenemos el tiempo a menos que exista una razón estratégica para hacerlo. Estamos demasiado ocupados cabreando a la gente y defendiendo los océanos.
Fuente: Capitán Paul Watson. Trabajo de Traducción: Ocean Sentry www.oceansentry.org
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Apelación al gobierno holandés que quiere actuar urgentemente contra 'los piratas ecológicos' de Sea Shepherd
Los Países Bajos quieren prohibir navegar bajo bandera holandesa a la polémica organización antiballenera Sea Shepherd. El secretario de Estado Tineke Huizinga decía el viernes que quiere enmendar la ley lo más rápidamente posible para hacer que esto sea posible.
La organización americana Sea Shepherd tiene dos barcos navegando bajo bandera holandesa. Los Países Bajos proporcionaron el certificado de registro necesario para ello en 2007, después que Sea Shepherd se comprometiera por escrito al empleo de la no violencia y a cumplir con las normas de seguridad. Sin embargo, varios incidentes han tenido lugar entre los barcos de Sea Shepherd y los balleneros japoneses en el Antártico. FIRMA LA PETICIÓN
La organización americana Sea Shepherd tiene dos barcos navegando bajo bandera holandesa. Los Países Bajos proporcionaron el certificado de registro necesario para ello en 2007, después que Sea Shepherd se comprometiera por escrito al empleo de la no violencia y a cumplir con las normas de seguridad. Sin embargo, varios incidentes han tenido lugar entre los barcos de Sea Shepherd y los balleneros japoneses en el Antártico. Firma la petición
Japón se ha quejado repetidamente a Holanda sobre Sea Shepherd. Por el momento, según el ministro Huizinga, parece difícil actuar contra los barcos que no cumplen con las normas, de manera que el consejo de ministros quiere extender rápidamente sus opciones legales para la retirada de los certificados de registro.
"Esto no puede tener lugar. ¡Como ciudadana holandesa, me siento orgullosa de que el buque Steve Irwin navegue bajo bandera holandesa! ¿Violencia? ¡No existe peor violencia que la de matar ballenas ilegalmente en el Santuario de Ballenas de la Antártica, masacrar focas y despellejarlas vivas y saquear los océanos! ¡Sea Shepherd está haciendo el trabajo de conservación, algo que los gobiernos de este mundo fracasan en hacer! ¡Todos los seguidores de Sea Shepherd unidos!
Por favor, firma la petición si aun no lo has hecho. Presentaré en setiembre esta petición en persona. Nuestro consejo de
ministros está de vacaciones ahora. Intentaré traer a los medios de comunicación cuando entregue la carta.
FIRMA LA PETICIÓN EN:
http://www.oceansentry.org/lang-es/peticiones/71-petitions-other/2087-appeal-to-the-dutch-government-who-wants-emergency-act-against-environmental-pirates-sea-shepherd.html