Los tiburones del Mediterráneo, en peligro de extinción





Si hay algún observatorio privilegiado desde donde tomar el pulso del bautizado por los romanos como Mare Nostrum esa es Malta, única isla mediterránea –junto a la conflictiva Chipre- que constituye por sí misma un estado independiente. Desde allí nos llega el alarmante aviso de la ONG medioambiental Nature Trust: Más de una tercera parte de las especies de tiburones del Mar Mediterráneo se enfrenta a la extinción. El responsable es el finning, una técnica que consiste en amputar las aletas de los tiburones y lanzar el resto del animal al mar.
Esta práctica habitual de la industria pesquera provoca que setenta y cinco millones de tiburones de diferentes especies sean sacrificados cada año para la amputación del cinco por ciento de su cuerpo exclusivamente. Sí, has leído bien la cifra: 75 millones de ejemplares. El destino de esta mutilación en masa no es otro que el plato de cualquier comensal de un restaurante que pida sopa de aleta de tiburón. Y no es un negocio menor sino un mercado que mueve cientos de millones de euros.
A los tiburones que son pescados se les corta la aleta y son devueltos al agua cuando con frecuencia, aún están vivos. No por mucho tiempo, los escualos sufren una lenta agonía hasta morir. Una muerte que es fiel reflejo de como el ser humano esquilma la riqueza natural sin más miramientos que su propio beneficio inmediato. Y es que se sacrifica a un animal en peligro de extinción para recolectar únicamente una pequeña parte. El resto del animal, pese a que también sería aprovechable, ni se embarca ni se aprovecha pues el beneficio que produce con su venta es menor. Es decir, en las bodegas de los barcos no se almacena todo el animal porque de esta forma se gana espacio para acumular más cantidad de aletas.
En fin, un proceso cruel y sanguinario – del que España no está exenta de responsabilidad aunque su área de actuación se refiera, sobre todo, al Atlántico- que implica dilapidar la fauna marina del Mediterráneo, un mar ya de por sí muy castigado desde diferentes frentes.
Vía | www.timesofmalta.com
Fotografía | MindsEye
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Los tiburones están en peligro
Sea Shepherd

Cada año se procesan alrededor de 8.000 toneladas de aletas de tiburón que representan únicamente el 4% del peso del cuerpo del tiburón.
Esto significa que se arrojan y se desechan alrededor de 200.000 toneladas de tiburón.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) ya ha introducido a 18 especies de tiburón en la lista de especies en peligro.
 
Sopa de aleta de tiburón, ¿para qué?
Las aletas se secan, se amontonan y se venden en su mayor parte de manera ilegal. Los compradores extraen la fibra de colágeno, las limpian y las procesan para hacer la ‘sopa de aleta de tiburón’.
Esta sopa no tiene sabor ni valor nutricional. Es un menú servido únicamente como signo de prestigio y se vende en todas partes del mundo desde los 50 dólares hasta 400 dólares.
La demanda de sopa de aleta de tiburón ha ido incrementándose desde 1985 y coincide con el rápido crecimiento de la economía de China y la alta demanda de aleta de tiburón. Como resultado, los océanos están siendo literalmente arrasados. Para ello los cazadores furtivos invaden los parques marinos nacionales como ocurre en las Islas Galápagos en Ecuador y la Isla Cocos en Costa Rica.
Olvida el temor ficticio que engendró la ridícula película ‘Tiburón’ de Steven Spielberg. Los océanos ya no están seguros sin tiburones. Y el horror es que no sólo los matamos sino que les cortamos sus miembros y lanzamos sus cuerpos mutilados al mar donde mueren de una forma horrorosa.
Durante los últimos años Sea Shepherd Singapur ha estado educando a la gente sobre el efecto devastador que está teniendo la cultura asiática sobre las poblaciones de tiburones por culpa de la sopa de aleta de tiburón. Grant Pereira, representante de Sea Shepherd Singapur y miembro de la junta directiva, ha supervisado la producción de una serie de postales llamativas y las está publicitando con el objetivo de detener esta ‘tradición’ inútil, derrochadora y cruel.
¿Por qué deberíamos cuidar los tiburones?
Deberíamos cuidarlos porque son ciudadanos del ecosistema de los océanos. Son depredadores y animales de carroña y sus funciones contribuyen a la eliminación de especies enfermas y con defectos genéticos ayudando a estabilizar las poblaciones de peces y mantener el ecosistema saludable.
Los humanos no conocemos lo suficiente sobre ecología marina como para comprender el impacto que supone la muerte de los tiburones pero habrá consecuencias. La vida en nuestros océanos ha sido gravemente alterada. Con las poblaciones de tiburón reducidas en un 70 y hasta un 90% en algunas especies, las consecuencias son extremadamente graves.
Por ejemplo, erradicar los tiburones hará incrementar las poblaciones de pulpos que es el mayor depredador de langostas. Esta fue la principal razón del colapso de la pesca de langosta en Tasmania.
Una de las cosas que olvidamos es que los tiburones son distintos con respecto a otros peces. Los tiburones no ponen miles o millones de huevas. Muchos tiburones tardan hasta 15 años en ser adultos y cuando lo son sólo tienen una cría. Esta tasa de reproducción frágil y lenta significa que sus poblaciones puede que no se recuperen nunca del daño que ya les hemos infligido.
Los tiburones necesitan nuestra protección
La posición de la Sea Shepherd Conservation Society es que no debería matarse ningún tiburón y que se les debería conceder bajo ley una completa protección global. Sea Shepherd ha estado luchando durante tiempo contra la práctica de las redes con palangre y confiscando regularmente redes asesinas y redes ilegales de los océanos.
Proteger los tiburones es más difícil que proteger a los delfines o las focas. Desde el punto de vista de la gente, las focas son bonitas y los delfines tienen una sonrisa natural encantadora. Los tiburones, al contrario, muestran sus dientes y pueden parecernos amenazantes.
Sin embargo, los amantes de los delfines deberían saber que los pescadores matan y cortan a trozos los delfines para cebar los anzuelos de las líneas de palangre para la captura de tiburón.
Como conservacionistas, debemos reconocer el valor de la interdependencia de todas las especies en los océanos y concebir al tiburón como parte importante de la diversidad de los ecosistemas ecológicos marinos.
Hemos de oponernos a la práctica cultural del consumo de sopa de aleta de tiburón y debemos desanimar al consumo de tiburón para la cosmética y baratijas. Incluso más importante, debemos educar a la gente de que los tiburones no son las criaturas viciosas de ‘sangre-fría’ que mucha gente cree que son.
No necesitamos escudriñar dentro de las profundidades oscuras del mar para ver criaturas monstruosas que mutilan y matan en millones, basta con que únicamente nos miremos en un espejo.

(Fuente: Sea Shepherd Conservation Society) 
(Trabajo de Traducción: Ocean Sentry - www.oceansentry.org - Licencia Creative Commons)

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