Las empresas dicen sí a la responsabilidad social, pero mirando la rentabilidad





El argumento de la ética deja paso al criterio de rentabilidad, según el estudio ’El negocio de la responsabilidad’, realizado por el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) en colaboración con la Universidad del País Vasco.
Según este informe, la responsabilidad social corporativa (RSC) es un concepto desconocido por siete de cada diez ciudadanos, pese a que España es el cuarto país que más informes publica sobre RSC.
Los autores denuncia que las buenas prácticas empresariales se rigen exclusivamente por códigos de conducta voluntarios, sin suficiente contrapeso regulatorio. El proceso de autorregulación diseñado por la globalización económica ha convertido la RSC en el nuevo paradigma del comportamiento de las multinacionales, diluyendo el marco regulatorio obligatorio y sustituyéndolo por la voluntariedad, a través de múltiples mecanismos privados que evalúan las prácticas empresariales (sistemas de certificación, auditorías, índices de sostenibilidad), cuya única verificación corre a cargo de estos organismos y de las propias corporaciones.
’El negocio de la responsabilidad’ plasma cómo ante la ausencia de un marco jurídico internacional que regule la actividad de las grandes compañías, las políticas de Responsabilidad Social Corporativa se han alzado en un instrumento de las empresas para reforzar su imagen de marca, mejorar su prestigio, diluir las críticas sobre sus impactos sociales y medioambientales y abrir nuevas líneas de negocio.
“Las empresas europeas y estadounidenses van dejando de producir y por lo tanto de mantener las condiciones laborales de quienes fabrican sus productos, de gestionar materias primas y de cumplir o incumplir las normas ambientales que regían su actividad. Sin embargo, la imagen solidaria que deben tener ante el cliente les obliga a parecer responsables, cada vez más, de todo ello”, escriben los autores del estudio. En definitiva, con la RSC “no se trata tanto de cambiar las prácticas empresariales como de modificar la forma en que éstas son percibidas por la sociedad”.
Las empresas españolas en América Latina
En América Latina, región estratégica para la inversión española, la RSC está cobrando cada vez más importancia como instrumento de legitimación social y de imagen ante los impactos medioambientales, sociales y sobre los derechos humanos de sus actividades, así como vector de nuevas líneas de negocio.
Entre 2004 y 2007, el incremento medio en RSC fue del 56%, mientras la media del aumento de los beneficios empresariales alcanzó el 156%. La inversión media en RSC de las multinacionales españolas en América Latina se limita al 1,2% de sus beneficios.
El estudio analiza los programas de RSC de ocho multinacionales españolas. BBVA, Endesa, Gas Natural, Iberdrola, Repsol YPF, Santander, Telefónica y Unión Fenosa destinan fondos a programas sociales en aquellos sectores en los que su imagen ha sufrido un mayor desgaste.
Las compañías de hidrocarburos hacen hincapié en las políticas contra el cambio climático; las eléctricas en las energías renovables. Aquellas empresas que no han tenido impactos tan visibles para la opinión pública emplean la RSC para explorar nuevas vías de negocio. Los bancos apuestan por los microcréditos y las empresas de telefonía se centran en la extensión de las nuevas tecnologías. Mientras, el 75% de la población latinoamericana estima que las empresas eléctricas, petroleras y de telefonía deben estar en manos del Estado.
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