Falla geológica acecha el sur de Chile




Por Cristina Espinoza / La Nación
Liquiñe-Ofqui (LOFZ) es una fractura geológica que recorre el país desde el Alto Biobío al Golfo de Penas y es sindicada como la responsable del terremoto de 2007 en Aysén y la erupción del volcán Chaitén. Hace tres años, un enjambre sísmico asoló la zona demostrando que estaba activa, pero faltan investigaciones para prevenir futuras catástrofes.

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Jueves 21 de enero de 2010 | | Vida Hoy
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La investigadora de la Universidad de Chile ha estudiado las remociones de tierra en la zona de Aysén, para entender el comportamiento de la falla LOFZ.
Foto: La Nación


Fueron 30 segundos de destrucción. Un terremoto grado 6,2 en la escala de Richter, seguido por un maremoto con olas de hasta 5 metros de alto -provocado por el mismo movimiento de tierras hacia el mar-, dejó como resultado diez víctimas fatales, siete que jamás fueron encontradas el sábado 21 de abril de 2007 en Aysén. Su causa no fue la formación de un volcán submarino, como apuntaron las primeras hipótesis, sino una falla geológica que recorre desde el volcán Copahue, en el Alto Biobío en la frontera con Argentina, hasta el Golfo de Penas, en la Región de Aysén.
Caracterizada por los fiordos que la componen, por las empresas salmoneras que allí tienen su centro de operaciones y por los temblores que, en ciertos períodos, se presentan en el sector, Aysén está ubicada en parte de la falla geológica denominada Liquiñe-Ofqui (LOFZ por sus siglas en inglés), de cerca de 1.200 kilómetros de largo, que hasta 2007 no daba signos de estar activa, pero que después de tres meses de movimientos telúricos -desde enero a abril de ese año- produjo el terremoto, seguido de un tsunami (ver infografía).
Esta falla, en la que se encuentran varios volcanes de diversa importancia, está asociada además, con el terremoto del 31 de diciembre de 2006, de 5,7 de magnitud local (ML), en el Alto Bío Bío, con la erupción del volcán Chaitén, en 2008, y un enjambre sísmico cerca del fiordo Comau y Hornopirén, el mismo año, según estudios del Servicio Sismológico.
Según Alejandra Serey, investigadora del Centro Internacional de Terremotos Montessus de Ballore, de la Universidad de Chile, “la falla está compuesta además, por otras fallas dentro de ella misma, que la hacen más compleja”, explica la geóloga, que termina su tesis de magíster en que analiza de las remociones en masa generadas por el sismo de 2007 en el fiordo de Aysén.
“El terremoto del 21 de abril es el primer gran sismo asignado a la LOFZ en esa latitud, lo cual demuestra que la falla es activa y puede causar eventos similares en el futuro. El objetivo de mi tesis es identificar los factores geológicos, geotécnicos, geomorfológicos y sismológicos que inciden en la susceptibilidad de remociones en masa ante sismos corticales en la zona”, dice la investigadora.
Serey asegura que hay bastante evidencia sobre la actividad de la LOFZ y el peligro geológico es latente, pero faltan estudios detallados que indiquen la probabilidad de ocurrencia de un terremoto de cierta magnitud durante un tiempo de retorno.
ESTUDIOS
Tras más de dos años de investigación en la zona y recapitulación de datos sobre el comportamiento geológico del lugar, se han mapeado 538 remociones en masa posterremoto de 2007, los cuales se caracterizan por ser abundantes y cubrir grandes áreas. Mayoritariamente son deslizamientos de poco espesor (1 a 3 metros), están asociados a la parte superficial de la ladera (suelo, vegetación y roca meteorizada), “además se tiene deslizamientos masivos de roca y avalancha de roca, que son más profundos y de mayor volumen, caídas de roca, deslizamientos de suelo y flujos de detritos (residuos por descomposición de fuentes orgánicas o minerales)”, dice la investigadora.
Es una zona de peligro geológico. “Ya se sabe que la ladera se desestabilizó con ese movimiento de 6,2 (grados Richter). Por el relieve, por las pendientes de las laderas y de los valles, lo que ocurre es un efecto de sitio de amplificación topográfica, eso hace que las aceleraciones hacia las crestas de las laderas aumenten, provocando la desestabilización”, dice Serey. Es lo que causó que más material cayera por las pendientes al mar, provocando el tsunami.
Según Serey, en Chile la sismicidad no está repartida uniformemente a lo largo del territorio, siendo mucho más abundante en el norte del país que en el sur. Para poder realizar análisis sobre el nivel de ocurrencia de fenómenos de este tipo, se necesitan datos de varios terremotos, los que hasta el momento no tienen.
“Aunque el terremoto del 2007 en el fiordo Aysén es el primer registro de gran magnitud claramente relacionado con la LOFZ, un terremoto particularmente intenso ocurrió el 21 de noviembre del año 1927 en la región, el cual también puede estar asociado a la LOFZ”, dice Serey, citando informes de especialistas que detallan la crisis sísmica de dos meses, que sufrió la parte norte de la Patagonia hace más de 80 años.
FINALIDAD
Reflotar el fenómeno permite volver a enfocarse en el peligro y hacer nuevos estudios útiles para la implementación de políticas públicas. “Se pueden hacer mapas de peligro geológico con la finalidad de decir que esta zona tiene alto, medio o nulo peligro geológico. Se sabe que hay un peligro geológico potente, por las remociones de masa, el tsunami, por el mismo terremoto, la idea es hacer mapas de peligro. Es una parte compleja, porque hay que hacer que la comunidad lo entienda y lo aplique”, sostiene, pues a pesar de las consecuencias del movimiento de 2007 hay personas que siguen construyendo sus casas en zonas peligrosas.

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