Cambio climático y mercado de Carbono. No caigamos en la Redd del Socio bosque





El nuevo mecanismo que será aprobado en la próxima reunión de la Convención de Cambio Climático en Copenhagen, en diciembre del 2009, es la REDD. De esta manera, el Carbono contenido en los bosques puede ser también parte del negocio de servicios ambientales y constituye una nueva amenaza para los pueblos en el Ecuador.
Cuando hablamos de cambio climático no solo nos estamos refiriendo a inundaciones u otras catástrofes climáticas sino, sobre todo, a los efectos que atentan la soberanía alimentaria de los pueblos, pues los campesinos e indígenas serán quienes sufran de manera directa y más fuerte, las sequías, lluvias torrenciales o heladas, nuevas y mayores plagas, la pérdida de sus cosechas o una baja en la productividad. Pero también, los pueblos de la selva que han protegido los bosques, no solo conservando la biodiversidad, sino también evitando nuevas emisiones de CO2, pueden perder la custodia de sus bosques, al ponerlos en el mercado mundial de emisiones.
De acuerdo a la Convención de Cambio Climático, el aumento del efecto invernadero se debe principalmente a la extracción y quema de combustibles fósiles -el petróleo, gas o carbón- y a la deforestación. Sin embargo, el Protocolo de Kioto de la Convención, en lugar de tomar medidas drásticas frente a estas causas, ha concebido una serie de mecanismos que, en lugar de enfrentar los desastres del clima, los empeoran. Estas falsas soluciones se basan fundamentalmente en el mercado de Carbono a través de los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) y los nuevos programas de Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación (REDD).
Los primeros negociantes de Carbono llegaron algunos años atrás al Ecuador y consiguieron la firma de acuerdos que permitieron que extensos territorios indígenas pasaran a estar, en la práctica, bajo la custodia de manos privadas. Casos paradigmáticos son el contrato de la ONZAE en territorio záparo o aquel que firmara el Programa FACE del “Directorio de Empresas Holandesas Generadoras de Electricidad” con PROFAFOR del Ecuador. Este último implicaba que FACE fuese la dueña de las toneladas de Carbono retenidas en plantaciones forestales y de bonos de carbono que le permitirían seguir contaminando. A las empresas holandesas parecía no haberles importado los impactos sociales y ambientales que su proyecto causó en el Ecuador.
El nuevo mecanismo, también controversial, que será aprobado en la próxima reunión de la Convención de Cambio Climático en Copenhagen, en diciembre del 2009, es la REDD. De esta manera, el Carbono contenido en los bosques puede ser también parte del negocio de servicios ambientales y constituye una nueva amenaza para los pueblos en el Ecuador.
El primer problema vinculado con REDD es que se enfoca sobre el 20% de las emisiones por deforestación y mantiene intencionalmente fuera al más importante: el 80% que corresponde a la quema de hidrocarburos. REDD tiene otros problemas que se ilustran claramente con su aplicación en el Ecuador a través de los planes del Socio Bosque.
El Socio Bosque convierte una cuestión ética de conservación de bosques en una suerte de chantaje, ya que a menos que se haga un aporte de dinero, el bosque sería destruido; además la deforestación “evitada” –y pagada- un cierto año podría ocurrir en los años siguientes. Para sostener el programa en el futuro el gobierno espera captar fondos del mercado de Carbono y de la venta de los servicios ambientales que se generen. La aplicación del socio-bosque ha significado que se firmen convenios que violan los derechos constitucionales de los pueblos y nacionalidades indígenas y en la práctica una enajenación de sus derechos territoriales.
La implementación del Socio Bosque coincide además con la formulación de nuevas políticas ambientales como el Código Ambiental, la Ley de Seguridad Pública o el que llamamos “Decreto 1780 de evangelización”. De esta manera el gobierno está asegurando el control de las áreas con recursos estratégicos, con mayor biodiversidad, garantizar el comercio de servicios ambientales y neutralizar a las poblaciones locales que puedan oponerse a sus planes.
El Socio Bosque y los planes de REDD no solo que no detendrán el cambio climático, sino que además no acabará con la deforestación en el país. Por el contrario, estos planes permitirán que los países y empresas contamindoras del Norte sigan emitiendo gases con efecto invernadero, mientras que las Nacionalidades, Pueblos y Comunidades corren el riesgo de que sus territorios sean expropiados y que los ciclos de la Naturaleza sean comercializados como una mercancía más.
Las verdaderas soluciones al cambio climático son dejar los hidrocarburos en el subsuelo y proteger los bosques y respetar los derechos de las poblaciones indígenas que viven allí.
www.ecoportal.net
Acción ecológica
accionecologica.org

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