Argentina – Uruguay. Papeleras: una perspectiva integral sobre el deterioro ambiental




Arturo Trinelli (ALAI)

El fallo del Tribunal de La Haya sobre el juicio a Uruguay que la Argentina inició el 4 de mayo del 2006 por la instalación de la pastera Botnia en Fray Bentos resolvió más o menos lo que se especulaba: condenar a Uruguay por la violación del Estatuto del Río Uruguay, suscripto por ambos países en 1975, pero al mismo tiempo afirmar que la Argentina no reunió pruebas suficientes que demuestren el impacto ambiental por contaminación sonora, malos olores, y deshechos indebidamente procesados arrojados al río, pese a las denuncias que en este sentido hubo de parte de comisiones de expertos que tomaron muestras de agua en el lugar.

De este modo, se avala el funcionamiento de la planta y Uruguay consigue que la misma no se relocalice, aunque se advierte al país vecino a no realizar nuevos emprendimientos de este tipo de manera inconsulta. Como sostiene Agustín Romero (Buenos Aires Económico, 21 de abril) la Corte Internacional de Justicia deja conforme así a los dos países. En tanto, los asambleístas de Gualeguaychú deberán debatir el continuar o no con los cortes del Puente San Martín. Algunos sostienen la necesidad de persistir en el bloqueo hasta tanto la planta se vaya del Río Uruguay, un objetivo de máxima que hoy, con la empresa en pleno funcionamiento desde hace tres años, parece difícil de lograr.

La preocupación por el medio ambiente supone que cualquier tipo de emprendimiento que para su funcionamiento requiera de la explotación de recursos naturales no puede estar disociado de un estudio sobre el impacto ambiental que podría tener en el ámbito donde se realice, habida cuenta de que su análisis hoy resulta fundamental para evaluar si la viabilidad económica de un proyecto es compatible con la apuesta por un medio ambiente sano que todos dicen privilegiar. Sin embargo, aún suponiendo que Botnia contara con tecnología de punta para reducir al mínimo la contaminación, es evidente que la combinación de paisajes naturales con estructuras artificiales que explotan sus recursos comienza a ser una imagen cada vez más frecuente en cualquier fotografía que se tome de lugares con estas características. Así, se acentúa una progresiva tendencia a la llegada de capitales extranjeros que aprovechan la biodiversidad de la región, con promesas de prosperidad que le permite a las poblaciones locales sentir la ilusión de la integración social y económica, en sociedades históricamente postergadas por países con estructuras productivas que concentran el desarrollo y la riqueza de la producción nacional sólo en algunas zonas. Quedará para más adelante la observación sobre los beneficios económicos que le traerá a la localidad de Fray Bentos la instalación de Botnia. Como muchos emprendimientos empresarios de este tipo, seguramente las promesas de trabajo y prosperidad durarán lo mismo que la planta tarda en procesar algunas pocas toneladas de papel.

Asambleístas

Pero independientemente de la lectura jurídica y política que pueda interpretarse del fallo, quizás el análisis más importante que pueda hacerse de esta disputa suponga interrogarnos acerca de cuál será la actitud de los asambleístas de aquí en más. En primer lugar, hay que decir que su lucha ha sido persistente y valiosa, no solamente desde lo simbólico por conseguir la movilización de todo un pueblo en torno a un objetivo común, donde muchas veces la inacción popular hace que el espacio público como escenario de discusión sea ocupado por otros. También han contribuido a tomar conciencia nacional sobre temas que a menudo los medios reflejan como problemáticas locales. En cuanto a los efectos más prácticos, han logrado consolidar nuevos espacios de deliberación popular, surgidos de las nuevas formas de participación en asambleas que fueron una característica en la Argentina luego de la crisis del 2001, con capacidad para hacerse escuchar en todo el país. La forma de organizarse para hacer valer sus reclamos y mantenerlos es digna de destacar en una sociedad que raramente se moviliza por cuestiones que trasciendan aspectos coyunturales. Además, aunque hoy parezca lejano en el tiempo, la relocalización de la pastera española Ence que originalmente también iba a operar sobre el Río Uruguay es fruto de la lucha de la sociedad entrerriana.

Sin embargo, radicalizar las posturas y amenazar con continuar las protestas de la manera en que se vienen sosteniendo hasta ahora, ya consumado el fallo, parece no reconocer esos logros. ¿Contra quién sería, de persistir, el corte del Puente San Martín? Si es contra el gobierno puede decirse que, más allá de errores de estrategia o vacilaciones iniciales para en un principio evitar la escalada de la disputa, el gobierno argentino ha hecho todo lo que ha estado a su alcance para resolver este diferendo por vías diplomáticas. No ha reprimido ni una sola manifestación, soportando por un lado las presiones a nivel internacional que se ejercían por la liberación de los puentes, acusando al gobierno de avalar los cortes, y donde los asambleístas pudieron siempre manifestarse con total libertad. Por otro lado, afrontando localmente el repudio de dirigentes opositores que no perdieron oportunidad para criticar la “inacción” de la Argentina frente al conflicto, cuando muchos de ellos, siendo gobierno, no vacilaron en reprimir y criminalizar la protesta social. Si es contra Uruguay en represalia a su violación al Estatuto del Río Uruguay, la exposición internacional que ha quedado reflejada a través del fallo respecto a tal incumplimiento deberá someter al país vecino a una reflexión tendiente a evitar nuevos emplazamientos de este tipo de manera inconsulta. Si es contra la propia Botnia, está dicho que su pleno funcionamiento desde hace años parece indicar que la planta no alterará su producción por más que continúen los puentes cortados.

En consecuencia, la conclusión que cabe es que persistir en el bloqueo de los puentes no hace más que debilitar la posición del gobierno en la negociación bilateral, teniendo que dar explicaciones a nivel internacional sobre la razón de los continuos cortes pese a que el diferendo se había delegado en instancias jurídicas supranacionales, con todo el costo que eso supone para la estratégica política de integración que se pretende lograr con los socios del bloque económico del cual Argentina forma parte. Un relanzamiento de la relación entre los dos países, por lo tanto, no podrá ser efectivo si no va acompañado de una flexibilización de las posturas de los asambleístas.

Por otro lado, esta experiencia de organización local en defensa de una causa ambiental también debería movilizar a los entrerrianos al repudio de otras industrias, tal vez, aún más contaminantes en la actualidad que la pastera finlandesa. En este sentido, el glifosato que a diario se utiliza en toda la provincia de Entre Ríos para el cultivo de soja, ¿no merecería, acaso, un rechazo con el mismo énfasis que el de las papeleras? Sus efectos nocivos sobre el medio ambiente han sido ampliamente demostrados y transcurren en el propio territorio provincial, sin embargo hasta ahora no se observa de parte de la sociedad entrerriana una crítica de igual magnitud a su persistente utilización. No se trata, pues, de sustituir un reclamo por otro, sino de darle a la protesta una coherencia consecuente con el repudio al deterioro ambiental en todas sus formas, en especial en industrias que fomentan una producción de escaso valor agregado como la sojera.

Concentrar la crítica en una única dirección es tener una dimensión parcial y acotada del problema, sin contemplar las numerosas modalidades que la explotación de los recursos naturales en manos extranjeras está asumiendo en nuestros países. Una postura perseverante con esta defensa requiere un enfoque más general y en perspectiva, adecuando los métodos de protesta al contexto, en donde seguramente se podrá concluir que, en definitiva, tanto el glifosato como la pastera son parte de un mismo proceso con gran responsabilidad en el deterioro ambiental que con tanto énfasis se defiende.

Arturo Trinelli es Licenciado en Ciencia Política (UBA).

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Argentina, Gualeguaychú convocó en Paraná a la marcha al puente y reiteró que no bajará los brazos

EL ONCE DIGITAL - INFOALTERNATIVA

“Este domingo vamos a expresar el repudio a estos emprendimientos. La corte de La Haya se perdió la oportunidad de dar un fallo ejemplar para la humanidad”, dijo el asambleísta Oscar Vargas. A las 9 empezarán a concentrarse.

La Asamblea Ambiental de Gualeguaychú presentó en Paraná la marcha que realizará el próximo domingo hacia el puente internacional que une esa ciudad con Fray Bentos para reiterar el pedido de relocalización de la pastera Botnia.

La sexta movilización anual se dará luego de que este martes la Corte Internacional de Justicia de La Haya sentenciara que Uruguay violó el tratado del río compartido pero que no se comprobó contaminación, por lo que avaló el funcionamiento de la planta.

“Esta es una lucha de todos los entrerrianos y argentinos, por lo que el domingo estaremos todos marchando”, señaló a Elonce TV la asambleísta Cristina Limber.

Por su parte, Oscar Vargas señaló que a las 9 empezará la concentración en Arroyo Verde, mientras que a las 13 se realizará la oración litúrgica que celebrarán diversas Iglesias.

“No vamos a bajar los brazos hasta que Botnia se vaya de la cuenca del Río Uruguay, porque contamina”, insistió el vecino. Y enfatizó: “Este domingo vamos a expresar nuestro repudio a estos emprendimientos. La corte de La Haya se perdió la oportunidad de dar un fallo ejemplar para la humanidad por la necesidad de cuidar el agua y el medio ambiente”.

Luis Leissa acotó que al fallo de La Haya “hay que analizarlo”, pero remarcó que “lo urgente es ratificar que sigue el reclamo, por lo cual invitamos a todos a la marcha”

Acerca del veredicto, la abogada Ana Angelini sostuvo que tuvieron “una ingrata sorpresa porque es un fallo que nos da como positivo que se ha reconocido la violación al Tratado del Río Uruguay pero nos encontramos ante una planta totalmente ilegítima, pese a lo cual se ha permitido que siga funcionando.

Jorge Fritzler admitió que “a todos nos queda un sabor amargo” porque la Corte “dice que Uruguay no debería haber autorizado la construcción de la planta pero le da permiso para seguir funcionando. No vamos a ceder hasta el desmantelamiento de Botnia”

A paso seguido, Vargas señaló que se convocará a una asamblea ampliada, probablemente el 2 de mayo para definir los pasos a seguir. “Hay nuevas puertas que se abren como tribunales de derechos humanos ya que se está violando el derecho a vivir en un ambiente sano”, señaló.

“Agenda común”

El intendente Juan José Bahillo acompañó a la Asamblea y manifestó que el gobierno pretende “establecer una agenda en común para trabajar en adelante, porque se nos ha dado la razón un uno de los aspectos y en el otro nos han dicho que las pruebas no han sido suficientes, pero no que Botnia no contamina”.

“Hablé con el gobernador, que invitó a los integrantes de la Asamblea para una audiencia con él el próximo miércoles”, adelantó el jefe comunal. La intención es “establecer una agenda de trabajo y prioridades. El compromiso del gobierno sigue adelante para establecer un cronograma de trabajo”, afirmó.

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