Día de la Tierra. Poco por decir, mucho por hacer
Se acerca un nuevo 22 de abril, un nuevo Día de la Tierra. Celebración que se realiza desde el año 1970 a instancias de la ONU y que desde 2009 y a propuesta de Bolivia ha cambiado su denominación, siendo la nueva Día Internacional de la Madre Tierra (en quechua: Pachamama). En cuarenta años es mucho lo que ha escrito sobre el tema, probablemente casi todo lo que podía escribirse. Sin embargo es mucho, pero muchísimo menos lo que se ha hecho en este período para que el ser humano vuelva a amigarse con el planeta que le dio vida y albergue, que le provee los alimentos, agua para beber y oxígeno para respirar. Pasados cuarenta años todos los gráficos estadísticos resultan negativos. Siguen aumentando las emisiones de gases contaminantes, ha crecido geométricamente el consumo y sus consecuentes desperdicios, el planeta se ha cubierto de cultivos y árboles transgénicos. Se sigue deforestando a tasas suicidas, los océanos se están convirtiendo en vertederos, la megaminería cada vez mas expandida destruye o deteriora todo lo que toca y tantos otros males. Seguimos fracasando en el objetivo de brindarle a la Tierra el respeto y cuidados que merece, en el objetivo de construir una sociedad sustentable. Mucho se dice, pero poco se hace. Palabras que se las lleva el viento y firmas en el agua se han convertido en los quehaceres cotidianos de quienes deberían poner fin a este comportamiento insano, autodestructivo que nos está contaminando el presente y robando el futuro. Los 25 países mas contaminantes del planeta han aprobado en la cumbre de Copenhague sobre el clima, un acuerdo que sirve sólo a los intereses del gran capital y a la apropiación capitalista de los recursos, dejando de lado sus responsabilidades. Seguimos pagando los países mas pobres, los menos industrializados, los costos del veneno con el que los países del primer mundo contaminan el planeta en el que todas y todos vivimos. Sin embargo, este 22 de abril ocurrirá algo diferente, tendrá un condimento nuevo que hasta ahora no había tenido. El Gobierno boliviano en una iniciativa verdaderamente necesaria, ha convocado a los movimientos sociales, ONGs, gobiernos, intelectuales, pueblos originarios y personas de todo el mundo a reunirse para tratar este gran problema desde otra perspectiva. Para buscar verdaderas soluciones y ya no simples acuerdos políticos sin peso ni obligaciones para sus firmantes. Esperamos, por nosotros y mas aun por las futuras generaciones, que este sea un gran paso, un punto de inflexión para que el Hombre vuelva a amigarse con su Madre Tierra. Para que todos los días del año la respetemos y para que los próximos 22 de abril se conviertan en un festejo y ya no en una jornada de arrepentimiento, de decepción, reclamos y bronca.
Ricardo Natalichio Director
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