Demasiadas facilidades




En Brasil, se movilizaron contra banco que financiará represa de Belo Monte

El estatal Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil será el principal financiador de las polémicas obras de la represa hidroeléctrica de Belo Monte. La respuesta de los movimientos sociales ante ese compromiso fue inmediata.
El pasado 24 de marzo organizaciones sociales protestaron en el centro de Río de Janeiro frente a una oficina del BNDES, y pidieron que el financiamiento público no se destine para esta iniciativa, que será construida sobre el río Xingú, en el estado de Pará.
Más de la mitad de los territorios que atraviesa el Xingú son áreas de selvas protegidas, y sólo uno de los embalses cubrirá un área de 6140 kilómetros cuadrados. Se estima que unos 20 000 pobladores de los distritos de Altamira, Vitória do Xingu y Brasil Novo tendrían que abandonar sus tierras y ser reubicados.
En la movilización contra el BNDES se le entregó una carta al directorio del banco con una notificación extrajudicial que corresponsabiliza a la institución por cualquier perjuicio ambiental provocado por la usina, según informó el sitio de internet del Consejo Indigenista Misionero (CIMI).
El banco estatal ya tiene resuelto que financiará al consorcio vendedor del remate de las obras de Belo Monte, que está convocado para el 20 de abril, pero los opositores al proyecto denuncian que una entidad pública no puede sustentar un emprendimiento con tantas fallas en el proceso de otorgamiento de licencias.
De acuerdo a las organizaciones, en caso de acceder al financiamiento el BNDES será el principal responsable por los impactos sobre la flora, la fauna y las comunidades desplazadas.
Hasta ahora uno de los temas que no ha sido tenido en cuenta, según las organizaciones, está vinculado a la calidad del agua del Xingú, que bajará notoriamente cuando el complejo hidroeléctrico esté en funcionamiento.
Aseguran que las autoridades ambientales ignoraron un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Brasilia, que advierte sobre los daños que traerá aparejado el proyecto en esta materia.
Los planes para construir Belo Monte comenzaron a finales de la década del setenta, y se frenaron a través de una gran movilización en 1989. Por esa cronología es que personalidades críticas con el proyecto, como el religioso Leonardo Boff, han hablado que este reimpulso podría significar una “vuelta triunfante de la dictadura militar”.
Hace pocos días, el director de la película Avatar, James Cameron, le pidió al gobierno brasileño que reflexione sobre las consecuencias que traerá la construcción de Belo Monte sobre las aguas del Xingú. Lo hizo durante una visita a la ciudad amazónica de Manaus, donde participó en un Foro Internacional de Sustentabilidad.

Foto: www.mabnacional.org.br

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