Uruguay: La conquista es ahora

Marcelo Marchese
Rebelión


El punto clave sobre la conquista de América es que no forma parte del pasado. Primero porque la conquista y el comercio colonial, la trata de esclavos y las enclosure acts en Inglaterra fueron parte sustancial de la acumulación originaria de capital, es decir, son hechos sustanciales al capitalismo. Luego es un tema actual pues la conquista continúa. El capitalismo sigue arrasando y va por más. La religión el capitalismo, el progreso, sigue arrasando y va por más. La conquista es ahora. No es un tema del pasado. Por algo se discute. De hecho no sé si hay temas del pasado; es muy curiosa esa visión que divide el tiempo como quien asigna casilleros. La conquista sucede ya, aquí y en otras partes. En Brasil la industria de la madera sigue asesinando indígenas en el Amazonas mientras el Instituto del indio se esfuerza en darle más tierra a las madereras. En Palestina, el Estado de Israel ocupa y expulsa y persigue a los aborígenes y ha torturado a más de un millón de personas y legaliza la tortura y eso sucede ahora y sucederá mañana mientras permanecemos indiferentes y calladitos por miedo a enfrentar a los poderosos.


Casi todos en Uruguay somos hijos de europeos que vinieron a fines del XIX escapando del hambre o las persecuciones, aunque la sangre india y africana también corre por nuestras venas; la sangre de los sobrevivientes del progreso. Lo poco que queda de indio en nuestra República fue civilizado. No somos indios, pero bien que pueden convertirnos en indios sin que nos demos cuenta y llevarse nuestro oro a cambio de baratijas. La conquista continúa desde el instante en que la banca extranjera impone la bancarización bajo el eufemismo de la inclusión financiera. El lobo conquistador se cubre con el vellón de la oveja. Aparentemente la banca privada ganará, apenas se concrete el proceso de bancarización con el pago de sueldos y alquileres e impuestos y pagos con tarjeta de débito, y hablo de ganancia neta por este concepto, cuatrocientos millones de dólares al año. La conquista continúa desde que instalan una tercera pastera con el argumento del trabajo que brindará cuando es mayor el trabajo que desplaza y de yapa roba agua y la ensucia y altera la tierra y contamina el aire y apenas si paga impuestos y nos exige que invirtamos mil millones de dólares para arreglar carretearas destruidas por ellas. La conquista continúa desde el momento en que el modelo de país se impone desde fuera, desde que la apuesta es abrir las puertas al capital extranjero que supuestamente dinamizaría nuestra economía ¿Y dónde está esa famosa dinamización de nuestra economía? ¿Quién cuernos la ha visto? ¡Pamplinas! ¡Espejitos de colores! En la última década la economía de América Latina se ha primarizado aún más. La conquista continúa desde que las trasnacionales establecen en nuestra República un feudo con sus reglas donde debemos aceptar que en caso de diferendo serán otras leyes, que no las de nuestra República, las que hagan justicia.

La conquista continúa desde que nuestra tierra se extranjeriza día a día expulsando a los pequeños productores. La conquista continúa desde que no somos nosotros quienes decidimos nuestro modelo educativo y desde que no somos nosotros quienes financiamos las investigaciones de nuestra Universidad en función de nuestro beneficio. 
La conquista continúa desde que nos imponen los organismos internacionales y las ongs debidamente financiadas desde el extranjero, agendas de derechos que atomizan a la sociedad y erosionan el fundamental principio de igualdad ante la ley.
Y todavía nos dicen que la conquista es tema del pasado, que no podemos medir con nuestros ojos del presente un hecho del pasado. Precisamente se trata de ver con los ojos del presente, que otros ojos no tenemos ni importan un rábano si los hubiera, un hecho que está lejos de haber concluido. Y no me refiero sólo a América. Me refiero al sistema, al origen del sistema y al sistema ahora, ese sistema que cada minuto concentra cada vez más en pocas manos las riquezas generadas por la humanidad. Ningún sistema exigió tanto de la fuerza de trabajo. Ningún sistema concentró tanta riqueza y poder en tan pocas manos. Y van por más, y quién sabe cuánto más y si querés ver cómo fueron sus primeros pasos, si querés ver las raíces podridas del árbol, ahí tenés su glorioso "pasado" donde destruyeron las obras de arte en oro para hacer lingotes, donde secuestraron africanos a mansalva, donde exterminaron millones de indígenas perpetrando un genocidio inaudito y a los sobrevivientes los dejaron para que pasaran a la categoría de peones de las estancias y donde en la misma Inglaterra, la cuna del capital, unos grandes rateros llamados terratenientes, por vía legal se apoderaron de las tierras comunales y demás y a los campesinos que las perdieron y quedaron sueltos "sin otro oficio que vagar" como se dijo aquí, se los obligaba a trabajar y si se los encontraba "sin su papeleta de conchabo", agarraban un hierro candente y le aplicaban en la mejilla, ora en la izquierda, ora en la derecha, que en eso sí diferían las leyes, la S de Slave, que significa esclavo.

Imagen: ‪manueloayza.blogspot.com‬ - ‪www.bibliotecapleyades.net‬

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