Bouwer: EUFÓRICOS, VECINOS DESPIDIERON LOS ÚLTIMOS CAMIONES DE BASURA
Esta madrugada ingresaron los últimos camiones de basura al predio de disposición final de Potrero del Estado, que cierra hoy formalmente después de una intensa lucha vecinal.
Los habitantes de Bouwer se juntaron en la entrada del vertedero y despidieron a los últimos camiones que descargaron basura en el relleno que la Ciudad de Córdoba operó durante 28 años.
Emoción y alegría entre los habitantes de Bouwer Sin Basura (ver fotografías).
Bouwer (Córdoba, Argentina), 1 de abril de 2010.- Vecinos y vecinas de Bouwer se reunieron esta madrugada frente al ingreso del predio de disposición final de residuos que cierra hoy definitivamente, después de 28 años de funcionamiento.
Un largo e intenso trabajo de los integrantes de Bouwer Sin Basura consiguieron hace un año que el intendente de Córdoba, la ciudad que administra el vertedero, se comprometiera a cerrar ese predio el 1° de abril de 2010.
Mientras que el cierre formal del predio y el acto de celebración de los vecinos tendrá lugar a las 11 de la mañana sobre la Ruta 36, anoche los habitantes del pueblo se convocaron frente a la puerta del vertedero para despedir a los últimos camiones que descargaron basura.
Más de medio centenar de vecinos, vestidos con remeras blancas que indicaban "Bouwer Sin Basura" aplaudieron la salida de los camiones y festejaron con fuegos artificiales, aclarando que su pelea continúa ahora en búsqueda de la remediación del predio.
"Fue muy emocionante, muy alegre, como si fuéramos todos adolescentes en un viaje de egresados", comparó Daniela Arce, habitante del lugar. "Estábamos con un enorme cansancio por todo lo que se está haciendo para el acto de las 11 de la mañana, pero a la vez con mucha euforia", destacó Arce.
Los camioneros de la empresa municipal de recolección de residuos también despidieron a los vecinos con bocinazos y juegos de luces. "Uno de ellos hasta frenó para que nos pudiéramos sacar fotos con el camión, subirnos a él y colocar nuestras banderas", relató Arce y agregó: "No llorábamos porque estábamos exultantes. Estuvo bueno estar ahí, nadie se lo quería perder".
El festejo nocturno continuó también en el pueblo de Bouwer, a tres kilómetros del enterramiento de residuos: "A la vuelta hicimos una caravana de autos y bocinazos en el pueblo, como si hubiéramos ganado un mundial".
