La libertad de las mujeres... para venderse

Ana de Miguel - Infolibre


 

"La función de las mujeres como contenedores reproductivos no es cosa del pasado. Hoy asistimos a una nueva versión del uso de mujeres como “vasijas vacías” para la reproducción. Reproducción de la carga genética de personas que, por razones varias, no pueden o no quieren gestar en sus cuerpos. Estamos hablando de lo que se denomina “gestación subrogada”, “madres sustitutorias” o el nuevo mercado de “vientres de alquiler”. Estas denominaciones no son indiferentes, están determinadas por una posición moral y política ante el caso.
 
Lo que la mayoría de la gente no sabe es que el comercio de los vientres de alquiler es una práctica que está normalizada y reglada tanto en los países más neoliberales, en que el mercado no tiene casi límites, como es el caso de Estado Unidos, y de forma cada vez más frecuente y generalizada en países muy patriarcales, en que el uso de las mujeres de las capas más bajas no tiene demasiados límites, países como la India, Tailandia, Ucrania y México.
Las nuevas tecnologías siempre han irrumpido con una promesa de mayor igualdad y felicidad para la mayoría, pero la realidad es que hoy día es su posibilidad de conquistar nuevos mercados como objetos de consumo lo que determina su expansión. Los criterios morales —“no todo lo tecnológicamente posible es éticamente realizable”— parece que deben quedar para la “opción personal”, la libre elección de usar o no tales técnicas.
Las nuevas tecnologías asociadas a la reproducción de la especie, y el concepto de maternidad y paternidad, tienen que ser objeto de conocimiento y reflexión. Algunas técnicas han propiciado el control de las mujeres sobre su capacidad reproductora y han conseguido que biología no sea destino al separar la sexualidad de la reproducción y al conseguir, por tanto, que la maternidad sea parte de un proyecto de vida adulta, no fruto de un hecho biológico adolescente. Pero las técnicas suelen tener al menos dos caras para la vida y el proyecto humanos. Como bien observaran los sociólogos del siglo diecinueve, las nuevas libertades traen también aparejadas nuevas inseguridades y nuevas formas de servidumbre antes inimaginables.
Con las nuevas técnicas reproductivas encontramos situaciones que pueden llegar a hacer factible algunas pesadillas de ciencia ficción, como la conversión de una clase de mujeres en úteros gestantes, como la proliferación de “granjas de mujeres”. La reproducción in vitro unida a la globalización, que acerca la pobreza y la abundancia, está encontrando nuevas formas de usar los cuerpos de las mujeres en el mercado transnacional. Y dentro de su carácter minoritario, esta práctica es cada vez más popular, en palabra de la filósofa María José Guerra estamos ante una bioética para privilegiados (Guerra, 2016)."

Extracto del capítulo de la filósofa Ana de Miguel, integrado en el libro Sociólogos contra el economicismo, obra en la que también participan Ludolfo Paramio, Juan Manuel Iranzo, Ildefonso Marqués, Amparo Serrano, Luis Enrique Alonso, María Luz Morán, Fermín Bouza Eduardo Romanos e Igor Sádaba. El libro está coordinado por el sociólogo Enrique Gil Calvo y editado por Catarata. Imagen: ‪solidaridad.net‬

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