Crisis climática: El contrabando de HFC, gas de fuerte impacto climático, desborda a la UE

Una investigación señala que el comercio ilegal desde China de esta sustancia, utilizada como refrigerante, representa el 33% del total, lo que socava la política comunitaria

Antonio Cerrillo

Los objetivos climáticos de la Unión Europea están siendo socavados por el contrabando de HFC procedente de China. Los HFCs son gases con un fuerte potencial de calentamiento de la atmósfera. Empleados en los sistemas de refrigeración (de grandes supermercados o aires acondicionados de los coches), fueron objeto de un plan de la UE (2015) para reducir su uso progresivamente (hasta un 79% en el 2030). Pero su comercio ilegal está haciendo que este frente de la política de acción climática europea esté haciendo agua.
El contrabando de este tipo de gases podría representar hasta 34 millones de toneladas equivalentes de CO2, esto es, alrededor del 33% del mercado legal permitido, en la Unión Europea, en 2018.
Así lo revelan los últimos hallazgos de Oxera Consulting, una consultora que ha analizado el comercio de HFC por encargo del Comité Técnico Europeo de Fluorocarbonos (EFCTC, por sus siglas en inglés), que reúne las empresas de sector.
El contrabando se viene produciendo desde el año 2018 y no ha podido ser frenado, pese a las reiteradas denuncias presentadas por las grandes empresas del sector de los fluorocarbonos, que desean una mayor implicación de las autoridades europeas y mayores control de las aduanas de toda la UE.
Para introducir estos productos los contrabandistas utilizan diversas estrategias que ahora han sido desvelados.
La investigación ha puesto de manifiesto el próspero negocio del comercio legal de los HFC, cuyo comercio ilícito sortea la regulación F-Gas de la UE, que entró en vigor en 2015.
Sustitutos pero con gran potencial de calentamiento
Los HFCs se estan comercializando como sustitutos de los CFCs, que fueron prohibidos en los año 90 al demostrarse que destruían la capa de ozono (que nos protege de la radiación ultravioleta).
El problema surgió cuando se supo que si bien los HFCs no dañaban la capa de ozono, sí tenían un enorme poder de calentamiento de la atmósfera (es uno de los seis gases de efecto invernadero), por lo que se empezó a abordar su progresiva desaparición. Por eso, la UE prohibió la producción de los HFCs aunque aún se producen en otras partes del mundo, Asia y, América).
Concretamente en el 2015, una directiva de la UE acordó reducir su uso un 79% para el año 2030 y se fijó como meta lograr una progresiva sustitución por otras sustancias inocuas para el clima (los HFO).
Por eso a las empresas europeas se les asignó un cupo decreciente de importaciones mientras entraba en el mercado los nuevos productos limpios.
Mientras tanto se espera que los demás países del mundo vayan asumiendo esta misma política europea a medida que firmen la enmienda Kigali dentro del Convenio de Montreal, para ir renunciando progresivamente a su uso.
El sector tacha este contrabando de “crimen organizado” y denuncia su impacto negativo sobre las compañías europeas implicadas en toda la cadena de suministro. En general se trata de pequeñas y medianas empresas que, sin ser conscientes de ello, están distribuyendo y consumiendo productos importados ilegalmente o bien sufriendo grandes pérdidas a causa de este comercio ilícito.
Un estudio previo estimó que las importaciones ilegales de HFC era de un 16,3 millones equivalentes a CO2 (2018). Sin embargo, en base a la investigación de la consultora Oxera, el EFCTC estima que esta cifra podría ser mucho más alta.
La investigación de Oxera ha utilizado los datos de acceso público procedentes de la agencia europea de estadística, Eurostat, y la base de datos sobre estadísticas comerciales de las Naciones Unidas, Comtrade, así como los datos de exportaciones chinas.
La magnitud del comercio ilícito
La cifra de este contrabando (34 millones de toneladas equivalentes de CO2) equivaldría al consumo de combustible de 1,2 millones de personas que tomaran un vuelo transatlántico cada día durante un mes. Equivaldría al impacto anual de CO2 de un país desarrollado; en concreto, ocuparía el puesto vigésimo más alto en la UE, por encima de la huella de carbono anual de países como Croacia, Estonia y Chipre, entre los 27 estados miembros de la UE.
“No podemos saber con exactitud el tamaño del mercado negro de HFC, dado que el comercio ilegal no se registra de forma oficial, pero con este nuevo análisis tenemos indicios rigurosos de las dimensiones del problema. El comercio ilegal de HFC podría ser mucho más grave de los que apuntan las peores estimaciones de informes previos”, explica Murli Sukhwani, miembro del Comité Técnico Europeo de Fluorocarbonos (EFCTC), perteneciente al Consejo Europeo de Federaciones de la Industria Química (CEFIC).
“Teniendo en cuenta que habrá una mayor reducción de la cuota en 2021, exigimos reforzar el cumplimiento de la regulación F-Gas para contribuir a una reducción significativa del flujo de importaciones ilegales a Europa”, añade Murli Sukhwani.
No se hacen suficientes controles en aduanas
El problema es que los contrabandistas pueden sortear con facilidad las aduanas, porque éstas no hacen suficientes controles y no tienen ni capacidad ni formación para evitar este fraude, según las mismas fuentes.
El referido comité técnico de las empresas ha propuesto a las autoridades varias soluciones, entre que las aduanas europeas estén conectadas entre sí, que haya un control coordinado y sepan cuáles las cuotas de importaciones que pueden hacer cada una de las empresas, “para que nadie se pase”.
El análisis realizado ha revelado dos principales flujos de comercio que podrían estar ocultando importaciones ilegales.
Dos vías de entrada del contrabando
En primer lugar, la información de Oxera ha descubierto una diferencia de 19 millones de toneladas equivalentes de CO2 en 2018 entre las exportaciones registradas de China a la UE y los registros oficiales de la UE en referencia a las importaciones procedentes de China.
Esta discrepancia podría ser debida a un creciente mercado negro de HFC, que coincide con la reducción de las cuotas permitidas en 2018.
En segundo lugar, la investigación ha evidenciado que los HFC se introducen en la UE a través de países vecinos, con lo que de esta manera se sortean los controles.
Concretamente, Oxera ha identificado el incremento de un 40% en las exportaciones de HFC de China hacia países vecinos de la UE entre 2016 y 2018, un fenómeno que se ha acelerado vertiginosamente durante 2018, coincidiendo con la reducción de las cuotas en los países comunitarios.
Se introducen a través de países vecinos de la UE
El análisis realizado por el EFCTC ha demostrado que el crecimiento del mercado de estos países cercano a la UE no justifica este incremento drástico en las importaciones.
Hay un exceso de exportaciones de 15 millones de toneladas equivalentes de CO2 por encima de las justificadas por las dinámicas del mercado, una cifra que corresponde a más del total de emisiones anuales de Barcelona.
“No hay ninguna explicación para saber a dónde van estas cantidades adicionales, por lo que asumimos que están destinadas a la importación ilegal en la UE”, añade Sukhwani.
Las investigaciones sobre las rutas de comercialización de HFC ilegales, realizadas por la agencia privada de investigación de datos Kroll y las autoridades públicas, han confirmados que los HFC se introducen en la UE a través de estos países vecinos.
Su investigación reveló que los envíos llegan por distintas vías, incluyendo desvíos en los transbordos de mercancías, abuso de las cuotas, tráfico abierto y la falsificación de productos.
El aumento notable de las importaciones de HFC en los países vecinos es evidente
Matthew Shepherd Director de Oxera Consulting
“Las discrepancias entre los datos de exportación chinos y las importaciones registradas en el Eurostat, así como el aumento notable de las importaciones de HFC en los países vecinos es evidente. El comercio ilegal de estos gases podría ser uno de los motivos de esta divergencia en los datos”, explica Matthew Shepherd, director de Oxera Consulting.
“Cada investigación nueva que se realiza nos ayudar a comprender mejor la prevalencia de los HFC ilegales. Es necesario abordar esta creciente problemática a través de un control más estricto, una coordinación continua entre los estados miembros y la denuncia de actividades sospechosas de ser ilegales en la cadena de valor”, explica Murli Sukhwani.
Pequeñas y medianas empresas han perdido alrededor del 80% de su negocio
Murli Sukhwani Mmiembro del Comité Técnico Europeo de Fluorocarbonos (EFCTC)
“Tenemos constancia de que pequeñas y medianas empresas han perdido alrededor del 80% de su negocio, unos perjuicios provocados por la actividad ilegal de las organizaciones criminales. El EFCTC continuará concienciando a todos los actores de la industria y colaborando con las autoridades para erradicar el mercado negro de HFC” concluye

Fuente: https://www.lavanguardia.com/natural/20200626/481951032511/contrabando-hfc-contrabando-de-china.html - Imagenes:
(César Rangel)

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