Cuando Monsanto se hizo humo

La empresa Monsanto levantaba su megaplanta en la pequeña localidad de Malvinas Argentinas, en Córdoba. La comunidad protestaba desde 2012 por la instalación. En 2014, la Justicia detuvo la construcción. Ahora, las asambleas de vecinos festejan. Las protestas de los asambleístas contra la megaplanta en Malvinas Argentinas lograron su objetivo.

Por Darío Aranda


Malvinas Argentinas, pequeña localidad de Córdoba, logró lo que parecía imposible: echó a la compañía Monsanto. Tras cuatro años de luchas, cortes de camino, acampes, asambleas y de soportar represiones, la intendenta Silvina Gómez confirmó que la empresa vendió el predio donde había comenzado a construir su mayor planta de maíz transgénico. “Es momento de celebrar el gran triunfo de Malvinas, que también es un triunfo para otros pueblos de Argentina y del mundo que luchan contra el extractivismo”, afirmó Vanina Barboza Vaca, de la Asamblea de Vecinos Malvinas Lucha por la Vida.
Malvinas Argentinas fue noticia nacional el 15 de junio de 2012. La ex Presidenta anunció la construcción de la megaplanta de Monsanto, la mayor empresa del agronegocios, de transgénicos y agroquímicos.
La localidad está ubicada en las afueras de la capital cordobesa. Al enterarse por televisión, los vecinos comenzaron a organizarse. Primero en una casa, luego un salón de fiestas prestado y también en la plaza. Nació la Asamblea de Vecinos Malvinas Lucha por la Vida.
Pidieron explicaciones a su vecino y por entonces intendente, Daniel Arzani. La respuesta era promesas de trabajo y cuidado del ambiente. No le creyeron. Y comenzaron a buscar información de quién era Monsanto y el modelo agropecuario que representa.
Fue clave la unión con asambleas de toda Córdoba (en lucha contra la megaminería y el agronegocio), organizaciones de pueblos fumigados y la organización Madres del Barrio Ituzaingó. Vieron documentales, estudiaron libros, se contactaron con investigadores y no les quedó duda de que la propuesta de Monsanto se inscribía en la historia de “espejitos de colores”, grandes empresas (o países) que prometen maravillas, no cumplen y saquean territorios y vidas.
Comenzaron a informar a la población, mediante entrega de folletos y charlas abiertas. Las asambleas comenzaron a ser más concurridas y surgió la propuesta de votar por sí o por no a Monsanto. Ya lo había hecho Esquel (Chubut, 2003) y Loncopué (Neuquén, 2012), contra la megaminería. Desde los tres niveles de gobierno (municipal, provincial y nacional) se opusieron a la votación.
En septiembre de 2013 la Asamblea organizó un festival en la entrada del predio de la compañía (30 hectáreas sobre la ruta 88). “Primavera sin Monsanto”, fue el título de la convocatoria. Hubo música y discursos. Entre los más recordados estuvo el científico Andrés Carrasco (que en 2009 confirmó los efectos del glifosato, sufrió persecución académica y mediática; y falleció en 2014).
“La comunidad científica argentina ejecuta un plan de legitimación cómplice de los transgénicos. Callan la boca sobre las consecuencias médicas y ambientales”, denunció.
Tres universidades nacionales (de Córdoba, Católica y Río Cuarto) se expidieron y rechazaron la instalación de la planta. Por el trabajo de la Asamblea Río Cuarto Sin Agrotóxicos y la universidad de la misma ciudad, el Intendente de Río Cuarto firmó un decreto de prohibición de Monsanto (que planificaba una estación experimental en la ciudad).
La militancia se hizo lugar entre vecinos que, en muchos casos, nunca habían participado de organizaciones ni asambleas. La instalación de Monsanto también provocó lo que se denomina “contaminación social”, malestar cotidiano en la comunidad, amigos peleados, familias distanciadas, ruptura del tejido social. También hubo seis órdenes de represión contra los vecinos. Alternaban los palos de la policía de Córdoba y las cadenas y piedras de grupos de choque de la empresa y de la Intendencia.
En enero de 2014, la Sala II de la Cámara del Trabajo detuvo la construcción de la planta solicitada por la Asamblea. El fallo declaró la inconstitucionalidad de los permisos emitidos por la Municipalidad y la provincia. En febrero de 2014, la Secretaría de Ambiente provincial rechazó el estudio de impacto ambiental de Monsanto por grandes carencias técnicas. En septiembre de 2015, la multinacional Syngenta desistió de su planta en Villa María para evitar “un foco de conflicto”. Las asambleas celebraron.
Malvinas Argentinas comenzó a ser objeto de estudio e interés de investigadores de distintas partes del mundo, que llegaban y preguntaban cómo era la pequeña localidad de América Latina que frenaba a Monsanto. Dos consignas de la Asamblea, que aún son bandera: “Disculpen las molestias, estamos frenando un genocidio” y “Fuera Monsanto de Córdoba y de América Latina”.
El bloqueo al predio se mantuvo durante tres años. En septiembre pasado se realizó el nuevo festival de “primavera sin Monsanto”, y ya se saboreaba la victoria.
Se hizo público que Bayer (otro gigante de agroquímicos) adquirió a Monsanto. Y una semana antes comenzaron a trascender versiones sobre la venta del predio. Pero ninguna voz oficial lo confirmaba.
Hasta que la intendenta, Silvina González, habló con el programa Bajo el Mismo Sol (Radio Nacional Córdoba), y confirmó que la empresa AMG Obras Civiles había adquirido el predio de 30 hectáreas. Fue la confirmación oficial que faltaba.
Vanina Barboza Vaca, de la Asamblea de Malvinas, nunca pensó que Monsanto iba a desarmar las estructuras de su fábrica, pero ya es una realidad y no queda casi nada en pie. “Siento que es increíble y me permito alegrarme porque es producto de mucha lucha”.
La empresa ya comenzó el desmantelamiento de las pocas columnas que quedaban en el predio. Y el 4 de diciembre habrá celebración en Malvinas Argentinas. Lograron lo que parecía imposible: derrotar a la mayor empresa del agronegocio del mundo.

publicado en Página/12
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Las 17 enfermedades que pueden provocar los agrotóxicos


El acelerado avance de la agricultura sobre las tierras -especialmente el monocultivo de soja transgénica- ha provocado no sólo graves problemas ambientales, sino también serios inconvenientes en la salud de las personas. Asimismo la proliferación de todo tipo de  “enfermedades modernas” asociadas a los agroquímicos -especialmente al glifosato-  afectan a los adultos y a los más pequeños, malogrando sus vidas y -en algunos casos- llevándolos a la muerte.

 El desarrollo de la biotecnología genética (organismos genéticamente modificados o transgénicos) es uno de los factores determinantes de este nuevo método de siembra. Sin embargo, por la resistencia que adquieren las plagas combatidas, se necesita de herbicidas  y plaguicidas cada vez más potentes, lo que provoca un “círculo vicioso” que no tiene fin.
Por más de 20 años, la estrella de este modelo ha sido el glifosato, herbicida de amplio espectro desarrollado por la trasnacional Monsanto, recientemente adquirida por la alemana Bayer.
Por muchos cuestionamientos que ha tenido el uso y abuso del glifosato, aún se sigue utilizando, principalmente en Argentina
Por muchos cuestionamientos que ha tenido el uso y abuso del glifosato, aún se sigue utilizando, principalmente en Argentina, país que más consume esta sustancia en el mundo. Las provincias más afectadas son: Entre Ríos, Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba.
Enfermedades sobre enfermedades: el estigma de los pueblos fumigados
Si bien durante los primeros años el glifosato despertó un gran entusiasmo y produjo resultados cuantiosos en términos de rendimiento (al destruir las malezas), el asunto ha ido cambiando notablemente con la comprobación de los impactos ocasionados por esta sustancia tanto en el medio ambiente como en la salud de las personas. Incluso a OMS la señaló como potencial agente cancerígeno.
En distintos estudios se han detectado restos de glifosato en el aire, en el agua y en los alimentos, mientras su incidencia es seriamente cuestionada desde el punto de vista toxicológico y ambiental.
A su vez, los científicos han encontrado que las personas que están enfermas tienen mayores niveles de glifosato en sus cuerpos que las personas sanas.
En este compendio, le mencionamos sólo algunas de las enfermedades que predominan en los “pueblos fumigados” y que han sido evidenciadas a través de distintos estudios y campamentos sanitarios.  Algunas de ellas ya hemos mencionado con anterioridad.
    1.    Anencefalia (defecto de nacimiento): una investigación sobre los defectos del tubo neural en los bebés nacidos de mujeres que viven a menos de 1.000 metros de las aplicaciones de pesticidas mostró una asociación del glifosato con anencefalia, la ausencia de una parte importante del cerebro, el cráneo y el cuero cabelludo que se forma durante el desarrollo embrionario .
    2.    Autismo: el glifosato tiene una serie de efectos biológicos conocidos que se alinean con las patologías conocidas asociadas con el autismo.
    3.    Cáncer del cerebro: en un estudio de niños con cáncer cerebral en comparación con niños sanos, los investigadores encontraron que si cualquiera de los padres había estado expuesto al Roundup (nombre comercial que Monsanto le da al glifosato) durante los dos años antes del nacimiento del niño, las posibilidades de que el niño desarrolle cáncer de cerebro se duplicaban.
    4.    Cáncer de mama: El glifosato induce el crecimiento de células de cáncer de mama humano a través de los receptores de estrógeno.
    5.    Cáncer: las altas tasas de cáncer entre las personas expuestas a Roundup probablemente se derivan de la capacidad conocida de glifosato para inducir daño en el ADN, que se ha demostrado en numerosos ensayos de laboratorio.
    6.    Enfermedad de Alzheimer: Roundup colabora con el estrés oxidativo y la muerte celular neuronal observada en la enfermedad de Alzheimer.
    7.    Enfermedad celíaca e intolerancia al gluten: hay un paralelismo entre las características de la enfermedad celíaca y los efectos conocidos del glifosato. Estos incluyen el desequilibrio en las bacterias intestinales, alteraciones en las enzimas, etc.
    8.    Enfermedad renal crónica: los aumentos en el uso de glifosato pueden explicar el reciente aumento de insuficiencia renal entre los trabajadores agrícolas en América Central, Sri Lanka y la India.
    9.    Déficit atencional: en las comunidades agrícolas, hay una fuerte correlación entre la exposición al Roundup (nombre comercial del glifosato) y el trastorno por déficit de atención, probablemente debido a que el glifosato tiene la capacidad de interrumpir las funciones de la hormona tiroidea.
    10.    Defectos de nacimiento: una investigación desarrollada por Red Universitaria de Ambiente y Salud concluyó una asociación directa entre exposición a pesticidas y malformaciones congénitas.
    11.    Depresión: el glifosato altera los procesos químicos que afectan a la producción de serotonina, un neurotransmisor importante que regula el estado de ánimo, el apetito y el sueño. El deterioro de la serotonina está relacionado con la depresión.
    12.    Esclerosis múltiple: un aumento de la incidencia de la enfermedad inflamatoria del intestino se ha encontrado en asociación con esclerosis múltiple. El glifosato puede ser un factor causal.
    13.    Enfermedades respiratorias: en los pueblos fumigados se registran tasas más altas de enfermedades respiratorias.
    14.    Enfermedad de Parkinson: los efectos de los herbicidas sobre el cerebro han sido reconocidos como el principal factor ambiental asociado con trastornos neurodegenerativos, incluyendo la enfermedad de Parkinson. Se han realizado diversos estudios en este tema que exponen que el glifosato induce la muerte celular característica de la enfermedad.
    15.    Hipotiroidismo: estudios realizados en Argentina concluyeron que el glifosato aumenta problemas endocrinológicos como hipotiroidismo.
    16.    Problemas en el embarazo (abortos naturales, mortinatos): el glifosato es tóxico para las células placentarias humanas y puede ocasionar abortos espontáneos o mortinatos (muerte fetal).
    17.    Problemas reproductivos: los estudios con animales de laboratorio han encontrado que las ratas macho expuestas a altos niveles de glifosato, ya sea durante el desarrollo prenatal o puberal, sufren de problemas reproductivos, incluyendo la pubertad tardía, disminución de producción de esperma y testosterona.
Si bien las personas más afectadas son las que viven en zonas aledañas a las fumigaciones, nadie está exento del envenenamiento por glifosato, ya que incluso se han encontrado trazas de esta sustancia en los alimentos que consumimos, en el agua y en las lluvias.
La única solución posible para revertir tanto envenenamiento es terminar con este modelo y volver a lo natural. De esta manera no solo aumentaríamos la calidad y esperanza de vida de las personas, sino que le daríamos al planeta Tierra una oportunidad de sobreponerse a todo el daño que le hemos ocasionado con tanta codicia y ambición.

Fuente: Worms Argentina http://www.wormsargentina.com/-Publicado en: Ecoportal.net - Imagen: Pablo Piovano

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