La pérdida de grandes bosques afecta negativamente ecosistemas lejanos


La pérdida de grandes bosques afecta negativamente ecosistemas lejanos La pérdida masiva de árboles en los bosques debido a la sequía, el calor, las plagas de escarabajos o la deforestación puede tener consecuencias mucho más allá del paisaje local. Eliminar un bosque entero puede tener efectos significativos en los patrones climáticos globales y alterar la vegetación en el otro lado del mundo, según concluye un estudio dirigido por la Universidad de Washington (UW) y publicado este miércoles en 'Plos One'. "Cuando los árboles mueren en un lugar, puede ser bueno o malo para las plantas en otros lugares, porque causa cambios en un lugar que puede rebotar de forma que se cambia el clima en otro lugar", afirma la autora principal Elizabeth García, investigadora postdoctoral en Ciencias Atmosféricas de UW. "La atmósfera proporciona la conexión", argumenta. Igual que las condiciones en el Océano Pacífico tropical pueden tener efectos lejanos a través de lo que ahora conocemos como El Niño, la pérdida de un bosque podría generar una señal oída en todo el mundo, incluso por otras plantas. Se sabe que la pérdida de bosque tiene un efecto de enfriamiento cercano, porque sin árboles, la superficie de la Tierra es más reflectante y absorbe menos luz solar, y la pérdida de vegetación también hace que el aire sea más seco. Estos efectos locales de la deforestación son bien conocidos, pero el nuevo estudio muestra que las grandes pérdidas forestales pueden alterar el clima global cambiando el camino de las ondas atmosféricas a gran escala o alterando los caminos de las precipitaciones. Menos cubierta forestal también puede cambiar la cantidad de luz solar absorbida en los hemisferios Norte y Sur, modificando las bandas de lluvia tropical y otras características climáticas. "La gente ha pensado en la importancia de la pérdida de bosques para un ecosistema, y tal vez para las temperaturas locales, pero no han pensado en cómo interactúa con el clima global", afirma la coautora Abigail Swann, profesor de Ciencias Atmosféricas y de Biología en la UW. "Sólo estamos empezando a pensar en estas implicaciones a mayor escala", agrega. El nuevo estudio se centró en dos áreas que ahora están perdiendo árboles: el oeste de América del Norte, que está sufriendo de la sequía, el calor y las plagas de escarabajos que se extienden desde el suroeste de Estados Unidos a Alaska, y la selva amazónica, que ha sido sometida a décadas de intenso desarrollo. Los investigadores realizaron un modelo climático con un escenario drástico de pérdida de bosque para evaluar los potenciales efectos climáticos más extremos.
SE ENFRÍA MÁS SIBERIA
 Los resultados muestran que la remoción de árboles en el oeste de América del Norte causa enfriamiento en Siberia, lo que ralentiza el crecimiento del bosque allí. La pérdida de árboles en el oeste de Estados Unidos también hace que el aire sea más seco en el sureste de Estados Unidos, lo que daña los bosques en lugares como las Carolinas. Pero los bosques en Sudamérica realmente se benefician, porque se vuelven más fríos y, por lo tanto, más húmedos al sur del ecuador. En el segundo caso del trabajo, la eliminación de la mayor parte de la selva amazónica también hizo que Siberia se volviera más fría y estéril, pero tuvo un ligero impacto positivo en la vegetación del sudeste de Estados Unidos. La pérdida del bosque amazónico tuvo un impacto positivo significativo en los bosques vecinos del este de Sudamérica, principalmente aumentando la precipitación allí durante el verano del Hemisferio Sur. "Creo que es realmente interesante que estos efectos ocurran a través de diferentes mecanismos dependiendo de donde se mire", dice Swann. Pero los parámetros del modelo para los cambios del bosque son todavía preliminares, así que la correspondencia exacta de la causa y del efecto en cada localización no es inamovible. Los investigadores están realizando estudios de campo para caracterizar mejor los cambios de temperatura y humedad al alterar diferentes tipos de bosque y esperan determinar qué localizaciones son más sensibles a la activación de esas modificaciones o al verse afectados por los cambios. "La idea más amplia es que debemos entender e incluir los efectos de la pérdida de bosques al modelar el clima global y tratar de predecir cómo cambiará el clima en el futuro", propone Swann. La investigación anterior de Swann analizó cómo una plantación masiva hipotética de árboles en el Hemisferio Norte para retardar el calentamiento global podría tener el efecto no deseado de cambiar las lluvias tropicales. Investigaciones más recientes han demostrado cómo la deforestación europea en los últimos miles de años puede haber reducido las lluvias en África. "Este estudio muestra que los eventos locales como la muerte de los bosques en una parte del globo influyen en el clima y la ecología en otros lugares, a menudo distantes", resalta el director del programa de la Fundación Nacional de Ciencia, Tim Kratz. "Desentrañar estos efectos de largo alcance es fundamental para entender cómo funciona la naturaleza continental a escala global", concluye. ep

Fuente: medio ambiente- Imagen: Tribuna del Bío Bío

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