El verdadero plan de Trump


Modernidad especulativa


Coincido con quienes dicen que el triunfo electoral, fue una sorpresa hasta para el propio Trump. Sin embargo esto no quiere decir que, lo que está por venir, no sea completamente predecible. Incluso hasta para la nueva marioneta que está a punto de ocupar la casa blanca. Trump, el mercachifle, se ha prestado siempre para dar la cara por intereses ajenos, haciendo de negociador, conferencista, autor de libros y hasta como estrella de televisión. Es, a pesar de los dichos de Obama, un hombre perfectamente capacitado para conducir el Show mediático del Pentágono.

Hoy día, haciendo caso de las necedades demagógicas escupidas en campaña (y para dar respuesta a las mismas, como si de declaraciones hechas de manera oficial se tratase), han surgido voces de gobiernos e industrias, de mandatarios y comparsas, en defensa de los distintos tratados comerciales firmados y a punto de firmarse con USA (llámense estos TTIP, TPP y/o ALCA). ¿Qué mejor momento para inclinar la balanza en favor de los intereses norteamericanos? Trump, con su habilidad de especulador rapiñero y oportunista, puede convertir las exigencias de sus socios comerciales, en condiciones aún más colonialistas de las que ya venían estipuladas en dichos contratos. Tratados comerciales rechazados ampliamente, no solo por los retrogradas ignorantes que votaron por Trump, sino por amplios sectores de la población de los países socios (a tal grado, que incluso quedaron en entre dicho y bajo riesgo de ser abortados, como bien hizo notar el candidato republicano durante su campaña), o el tratado que ha causado más estragos al campesinado mexicano, que beneficios a su clase empresarial, ahora disfrutan de una nueva campaña de propaganda para su aprobación y/o extensión, acompañada y apuntalada por el discurso antifascista que ha convertido al magnate en el diablo favorito de todos los maniqueísmos. La misma lógica de especulación y oportunismo se puede aplicar a todos los temas de la agenda política norteamericana (incluyendo escabrosos temas, como el estado islámico o el estancamiento secular), tomando en cuenta que los resultados tendrán siempre algo de impredecibles o de irreparables, según sea el caso.
Cierto es que la necesidad del aumento en el consumo (necesidad impostergable para sacar del atascamiento a la economía mundial), bien puede convertir en realidad las promesas hechas por el mercachifle a sus con nacionales de raza blanca. También es cierto que el discurso del odio ya está provocando reacciones que podrían salirse del control de los especuladores, como ocurrió a muchos en la Alemania Nazi. Es importante hacer una lectura correcta de nuestros acontecimientos contemporáneos, para ser capaces de calcular los riesgos que, hasta ahora, nos han venido tomando por sorpresa.

Jorge Alejandro Suárez Rangel, autor mexicano radicado en Berlín.

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