Por qué el futuro es solar (y por qué no es nuclear)


Por Marta Victoria

Hasta hace unos años la electricidad de origen nuclear era más barata que aquella que se generaba utilizando paneles fotovoltaicos. Pese a ello, muchas voces argumentaban que debíamos dejar de utilizar la energía nuclear porque su bajo coste era engañoso. Lo que ocurría, y ocurre, es que en el precio de la electricidad nuclear no se incluyen muchos costes que son necesarios para su funcionamiento. Entre estos costes no contabilizados están el tratamiento de los residuos nucleares o el desmantelamiento de las centrales una vez acabe su vida útil. La empresa pública encargada de estas actividades, Enresa, ya ha avisado de que el dinero que las eléctricas han ido pagando para financiar su presupuesto no será suficiente a largo plazo, de manera que, si no se hace nada al respecto, los ciudadanos tendremos que costear la gestión de los residuos nucleares durante los miles de años que estos sean radiactivos. Además, el coste de la electricidad nuclear también es artificialmente bajo gracias al ahorro en la contratación de seguros por el hecho de que la legislación actual limita la indemnización que deberán pagar los dueños de estas centrales en caso de un accidente nuclear.
 
La realidad es que la reciente evolución de ambas tecnologías ha modificado radicalmente la primera frase de este artículo. Así, a día de hoy, ya es más barata la electricidad de origen fotovoltaico que la nuclear. Como ejemplo, podemos comparar los datos de Reino Unido. En 2013, el Gobierno británico se comprometió a pagar (y está por ver que sea suficiente) 10,9 céntimos de euro por cada kilovatio-hora que genere la central nuclear de Hinkley Point C, actualmente en construcción. Mientras, el mismo Gobierno retribuye con apenas 8 céntimos de euro por kilovatio-hora la electricidad producida mediante paneles fotovoltaicos instalados ese mismo año (la tarifa garantizada a las plantas fotovoltaicas que se instalan hoy es todavía menor).
El principal motivo que ha originado este cambio de paradigma es la espectacular curva de aprendizaje de la energía fotovoltaica. Dicha curva describe la evolución del precio de una tecnología a medida que se fabrican más y más unidades y se aprende a hacerlo de manera más eficiente. Entre las razones que han abaratado el coste de la fotovoltaica está el traslado de su fabricación a países asiáticos, pero también hay motivos tecnológicos como el aumento del tamaño de las fábricas o el adelgazamiento de las obleas que se usan para fabricar las células solares. Sin embargo, si miramos ahora la curva de aprendizaje de la energía nuclear vemos que tiene una tendencia opuesta a la de la fotovoltaica: el precio de construir las centrales nucleares en Estados Unidos y Francia, no solo no ha disminuido a medida que ha crecido el número de centrales instaladas sino que ha aumentado. El encarecimiento de los sistemas de seguridad y los retrasos en la construcción son dos de los principales motivos del incremento del precio de construcción.
La figura con las curvas de aprendizaje requiere una explicación detallada. Los precios mostrados en ella no son directamente comparables, pues hacen referencia a los costes de instalación en el caso de la nuclear y a los del panel en el caso fotovoltaico. Para calcular el precio de la energía generada hay que incluir otros costes, como el coste del combustible nuclear o el de la estructura y cableado en instalaciones fotovoltaicas, y tener en cuenta que, mientras que las centrales nucleares funcionan prácticamente todas las horas del año, los paneles fotovoltaicos solo generan electricidad cuando hay sol (aproximadamente 1.800 horas al año). Cuando se tienen en cuenta todos estos aspectos resulta que, en la actualidad, el coste medio de la electricidad fotovoltaica es menor que el de la nuclear. Además, la tendencia de las curvas no deja lugar a dudas; esta ventaja va a seguir aumentando en el futuro.

Fuente:– Observatorio Crítico de la Energía -  http://blogs.20minutos.es

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Alemania tendrá que indemnizar a las energéticas por el apagón nuclear

Rosalía Sánchez
Tras la catástrofe de Fukishima, Merkel decidió el abandono de la energía nuclear en Alemania con fecha tope en 2022, una frontera que ni siquiera Los Verdes, cuando habían formado parte de la coalición de gobierno con Gerhard Schröder se habían atrevido a proponer.
La sentencia que el Tribunal Constitucional alemán ha emitido esta semana en última instancia supone un triunfo para el sector energético y supone que el Estado alemán tendrá que pagar una suma en concepto de indemnización a estas empresas que se prevé millonaria. Lo que dice la sentencia es «una cifra adecuada» y se calcula que podría rondar los 20.000 millones de dólares.
A Merkel la noticia le llega al inicio de un complicado año electoral y cuando varias de sus políticas están sometidas a numerosas críticas. Para las compañías Eon, RWE y Vattenfall significa la posibilidad de prever en sus cuentas un inesperado aumento de ingresos. Y para los legisladores alemanes la sentencia supone que tendrán que elaborar y aprobar una nueva regulación al respecto antes de finales de junio de 2019.
El fallo emitido por el Tribunal Constitucional alemán no supone la concesión automática de una compensación económica a las empresas, pero pone las bases para que las compañías puedan reclamar dichas indemnizaciones mediante un acuerdo extrajudicial o a través de otro proceso en los tribunales. El sector espera sufragar así las pérdidas ocasionadas por el inesperado apagón nuclear.

Fuente: http://www.finanzas.com/noticias-001/todos/20161206/alemania-tendra-indemnizar-energeticas-3533065.html

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