El inicio de la era de los hidrocarburos


Año 1712: La máquina de vapor creada por Thomas Newcomen abrió la gran carrera por la energía que ha definido la civilización desde entonces.

Se trataba de un artilugio automático que transformaba la energía química del carbón en energía física; una máquina cara, ruidosa y ridículamente ineficaz (más de un 99% de la energía calórica del carbón se perdía debido a un diseño deficiente), pero que bombearía agua de un pozo de mina inundado y situado a cincuenta metros bajo tierra.
Inglaterra estaba sumida en una crisis de combustible, había agotado toda su leña y dependía del carbón. El carbón proporcionaba calor para cocinar e impulsaba miles de fábricas y fundiciones que estaban creciendo por todo el país. Los mineros británicos ya habían agotado las vetas próximas a la superficie y ahora debían excavar más hondo; por desgracia, los nuevos pozos estaban constantemente inundándose de agua subterránea. Muchas minas habían instalado rudimentarias bombas de tracción animal, pero estos artilugios eran lentos, ineficaces y prohibitivamente caros.
La máquina de vapor de Newcomen dio al ser humano el primer dominio real sobre la energía. Cierto es que, durante siglos, nuestros ancestros habían hecho funcionar máquinas con energía, como molinos de agua y de viento, pero esta máquina podía instalarse en cualquier lugar y funcionar continuamente siempre que hubiera un suministro constante de carbón.
La importancia del invento de Newcomen no era sólo que permitía producir más energía, sino que también modificó el modo de usarla. Hasta entonces el carbón, la leña y otros combustibles no eran más que fuentes de calor; su energía química se convertía, a través de la combustión, en energía calorífica empleada sobre todo para cocinar o calentar. En cierto sentido, la máquina de Newcomen conseguía convertir la energía calorífica aquello que hombres, caballos y bueyes hacían de forma natural con calorías.
Lo único necesario era un suministro cada vez mayor de carbón, algo que el propio artilugio de Newcomen parecía garantizar.
Lo singular era que cuanto más carbón producía Inglaterra, más carbón quemaba. Comenzaba la era de los hidrocarburos.

Para saber más: Paul Roberts. El fin del petróleo.

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